Política

11 años después, la CIDH reclama a la Argentina por la desaparición de Jorge Julio López

El pedido no lo dice pero es claro que pesó en el organismo regional el impacto que está teniendo el caso Santiago Maldonado.

Más vale tarde que nunca. Once años después de su desaparición y casi cuatro después de recibida la denuncia, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos le pidió a la Argentina que asegure las condiciones necesarias para esclarecer el caso de Jorge Julio López. Es el albañil de La Plata que había sido secuestrado y torturado durante la última dictadura militar por la banda del represor Miguel Etchecolatz y que volvió a desaparecer el 18 de setiembre de 2006, en pleno gobierno de Cristina Kirchner y dos meses después de declarar contra sus secuestradores. El pedido de la CIDH no lo dice pero está claro que pesó en el ánimo del organismo regional el impacto que está teniendo en la Argentina la desaparición de Santiago Maldonado, hasta ahora sin respuestas concretas ni hipótesis confiables por parte del gobierno de Mauricio Macri, ni del gobierno de Chubut ni de la Justicia Federal ni de las policías provinciales. En medio de la polémica nacional que ha despertado el caso, parecía una broma que la Comisión no hubiera respondido a la denuncia de hace cuatro años por otro desaparecido, en este caso víctima de la dictadura militar y desaparecido durante la gestión kirchnerista, también sin respuestas firmes del Estado. La denuncia por López había sido presentada ante la CIDH el 7 de mayo de 2014 por la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, por la Unión por los Derechos Humanos y por el Comité de Acción Jurídica. Las entidades fueron asistidas legalmente por cinco abogadas: las doctoras Belén Gil, Pía Garralda, Ailyn Alvarez, Carolina Vilchez y Myriam Bregman. Esta última es la dirigente troskista que se presentará en octubre como candidata a diputada porteña por el Frente de Izquierda de los Trabajadores (FIT). El caso de la desaparición de López, en el que Bregman es abogada defensora, se constituyó en un estigma y una contradicción para Cristina y el kirchnerismo. Siempre buscaron minimizar su importancia al punto que el Estado argentino nunca se convirtió en querellante durante la gestión K, lo que le hubiera permitido asumir un papel mucho más activo y protagónico en las investigaciones. Paradójicamente, el Estado argentino pidió convertirse en querellante del caso en abril del 2016, ya en plena gestión de Macri. El secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, presentó el pedido ante el Juzgado Federal Nª 1 de La Plata, presentación que fue rechazada y luego apelada. En la misma línea, el represor Etchecolatz nunca había sido exonerado de la Policía Bonaerense, hecho que ocurrió hace dos semanas por orden de la gobernadora María Eugenia Vidal, tal como lo anticipó en Clarín el periodista Héctor Gambini. Rubén López, el hijo del albañil que a los 77 años pasó a ser uno de los casi doscientos desaparecidos en democracia, estuvo en Plaza de Mayo el 1º de septiembre durante el reclamo por la aparición con vida de Santiago Maldonado. Allí habló con Sergio, el hermano del artesano que oficia de vocero público de la familia, y le aconsejó confiar en la Justicia pero también le pidió que nunca deje de controlarla. El hijo de López tiene sólidas y lamentables razones para la desconfianza.

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