Después de que el Consejo Superior de la universidad los reconociera ayer, las nuevas autoridades de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) dieron una conferencia de prensa. Al contrario de lo que se esperaba, fue pacífica. No hubo incidentes. Ni siquiera se acercaron manifestantes a la entrada de la Facultad de Odontología, donde habló por primera vez la flamante conducción: un frente reformista que nuclea a peronistas, radicales y socialistas, que desplazó después de 17 años a la izquierda. En el medio de las denuncias de fraude y la escalada de violencia, el presidente electo Francisco Strambini, del Movimiento Linealmente Independiente (Ingeniería), dijo: "La izquierda no va a reconocer la elección. Incluso están atrincherados en las fotocopiadoras. Nosotros los llamamos a la reflexión, pero la situación está clara y es legal. No necesitamos de su aprobación". La caja de las fotocopiadoras del CBC es la fuente de financiación exclusiva de la FUBA. Ante la consulta de cuánto dinero es el que maneja la federación, Strambini no lo pudo precisar ya que aseguró que no hay balances. "Estimo varios millones de pesos. Cuando lo sepamos lo vamos a transparentar para que esto no sea un negocio", agregó. Según dijeron ayer fuentes del CBC a Infobae, se trata de un negocio "millonario de verdad". "Son 60 mil alumnos que cursan seis materias por año. En cada materia, como poco, cada alumno gasta $500. Por eso están desesperados", plantearon. A su vez, denuncian la intromisión de empresas privadas en la venta de apuntes. En especial, en la cátedra de Matemática, donde participa una La Copia S.A. lo cual genera que los precios se inflen "para que ganen todos". El Frente Reformista prometió vender los apuntes "al costo". Más allá de la disputa por la caja de apuntes, desde el sábado, el Partido Obrero y La Mella, la anterior doble conducción, denuncian un fraude en las elecciones. Hay dos delegados en discordia. El nuevo gobierno asegura que el estatuto los avala, que en caso de ausentarse el primero de la lista, se puede acreditar al segundo congresal. De ahí la polémica. Ezequiel Marín, uno de los cuatro consejeros superiores presentes, describió: "El sábado a las 13 comenzó la acreditación. Se desarrolló con normalidad hasta las 16 que se constituyó el quórum necesario con 67 delegados para sesionar. El problema es que durante muchos años no hubo convocatoria a congresos. Había autoridades que se autoproclamaban porque no habían sido votadas por nadie. Esto termina con la usurpación de los últimos cinco años". Después de denunciar el fraude, los estudiantes tomaron el rectorado y provocaron destrozos. Unos 25 jóvenes rompieron computadoras, escritorios, mamposterías y amenazaron a los empleados de la tesorería, aunque también ellos acusan a la seguridad de la universidad de responderles abriendo un matafuegos. De hecho, hoy la nueva vicepresidente Ayelén Petracca (UES-Peronismo-, de Sociales) repudió el accionar policial y pidió la liberación del alumno detenido. Pese a los incidentes, ayer el Consejo Superior de la UBA validó la elección con 23 votos a favor y 5 en contra. Felipe Vega Terra, uno de los consejeros que representan a los estudiantes, dijo: "Se cerró un ciclo de irregularidades, de una FUBA acéfala. Ayer intentaron ingresar a la sala para evitar que el proyecto se aprobara, pero no lo lograron. Hace años que gobernaban de facto, con una copresidencia violatoria del estatuto. Ahora se acuerdan de que existe el estatuto, pero durante 17 años lo violaron constantemente. Con el reconocimiento institucional de ayer, se da por terminada la discusión". A partir de ahora comenzará a gestionar la coalición reformista. El principal eje de gestión, según plantearon, será el CBC. Un tercio de los ingresantes termina abandonando y otro tercio no logra terminarlo en tiempo y forma. "Ahí entendemos que está el problema principal. La federación puede acompañar a los estudiantes y proveer becas que hoy no se están dando", aseguró el nuevo presidente de la FUBA.
