El Partido Obrero y La Mella estuvieron 17 años al frente de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) con dos presidentes. Ese doble comando no estaba contemplado en el estatuto, pero la costumbre lo instaló y hasta ahora nadie lo podía desterrar. Esa imposibilidad de la izquierda de resolver su interna fue lo que terminó jugando a favor del frente reformista que el sábado quedó a cargo de la FUBA. Los ganadores de estas elecciones -avaladas primero por la Inspección General de Justicia y ayer por el Consejo Superior de la UBA- son un grupo de radicales, peronistas, socialistas e independientes. Aunque en los hechos representan el regreso de la Franja Morada a la cúpula de la conducción estudiantil porteña. Lo que sucedió fue posible a partir de un lento proceso de desgaste de la izquierda, que fue perdiendo poder sobre los centros de estudiantes de las 13 facultades. El frente reformista tenía ya preponderancia en las facultades con mayor cantidad de alumnos (Ciencias Económicas, Medicina, Derecho), y en el último año sumó casas de estudio afines. Siete en la propia vereda, contra seis en la de enfrente. Esa mayoría fue clave para convocar a las elecciones del sábado. Lo que sucedió ese día y su resultado es probable que finalmente termine en la Justicia. La izquierda denuncia fraude a partir del cuestionamiento de dos de los 67 delegados que participaron del congreso, de un total de 130 (se necesita la mitad más uno para conseguir el quórum que permite sesionar). Y si no está dispuesta a dejar las instalaciones que ocupa ni el millonario negocio de los apuntes del CBC, sería otro flanco que quedaría en manos de la Justicia. El reformismo se valió precisamente del doble comando, copyright del trotskismo universitario de los últimos años, para conseguir la adhesión de un delegado clave y alcanzar el triunfo. El atajo lo buscaron en la co-presidencia del centro de estudiantes de Filosofía y Letras, integrada por Federico Amoretti y Santiago Chame. El primero no dio quórum el sábado y el segundo sí, lo que dejó a la izquierda con pocos argumentos para patalear. La vieja conducción de la FUBA estaba durmiendo con algunos enemigos. Y en las últimas horas decidió con gesto impotente tratar de saldar el fracaso por la fuerza.
FUBA: la izquierda cayó en la propia trampa del doble comando
El Partido Obrero y La Mella estuvieron 17 años al frente de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) con dos presidentes. Ese doble comando no estaba contemplado en el estatuto, pero la costumbre lo instaló y hasta ahora nadie lo podía desterrar. Esa imposibilidad de la izquierda de resolver su interna fue l