La aparición de Mauricio Macri como uno de los protagonistas de los Panama Papers en abril de 2016 desató una seguidilla de febriles gestiones, reuniones e intercambios de mails entre los abogados y contadores de la familia del Presidente y los agentes de Mossack Fonseca asentados en Uruguay, Panamá y Bahamas. ¿El motivo? Demostrar que el presidente argentino no es el dueño de la sociedad offshore Fleg Trading, sino su padre, Franco Macri, como finalmente confirmó la Justicia argentina. Para eso, Mossack Fonseca llegó al límite de proponer que se antedatara un certificado, algo que finalmente se descartó. Creada en 1998, Fleg Trading registró como primer directorio a Franco Macri y a dos de sus hijos, Mauricio y Mariano. Pero en los archivos de Mossack Fonseca nunca constó quién o quiénes eran los accionistas, lo que obligó al estudio panameño a consultar a sus representantes en Uruguay para así responder un exhorto que recibió de la Justicia argentina, según reconstruyó LA NACION en base a documentos y mails obtenidos por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, en inglés) y el diario alemán Süddeutsche Zeitung Estos nuevos documentos de Panamá Papers muestran que el 24 de abril de 2016, el juez nacional en lo Civil, Andrés Fraga, envío un exhorto a Bahamas para obtener información sobre Fleg Trading. Pidió los estatutos, libros y registros de la compañía, y dos informes: uno que indicara si Mauricio Macri "apareció como accionista o propietario beneficial de la empresa" y otro que detallara si la empresa seguía activa o "era propietaria de una cuenta bancaria". El pedido del juez Fraga se concretó dentro del expediente que se inició a pedido del propio presidente Macri para demostrar que no tenía acciones en Fleg Trading. A través de un pedido de "declaración de certeza" buscó forzar a su padre, Franco, quien se resistía a exhibir los papeles societarios que acreditaban que, en efecto, era el único dueño de la sociedad y acelerar los tiempos en Comodoro Py, donde se desarrollaba la causa penal en manos del juez federal Sebastián Casanello y del fiscal Federico Delgado. En el expediente civil, Franco Macri terminó por aportar los "documentos de trabajo" contables y los formularios impositivos que demostraron que él había declarado Fleg Trading como propia ante la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) desde 1998, mientras que el exhorto argentino pasó por Bahamas y terminó en Panamá. "La intención es responder con lo que haya en el expediente, a pesar de que la sociedad ya está morosa desde el 2010 por la falta de pago de la licencia en 2009", fueron las órdenes que dieron allí los agentes de Mossack Fonseca. Mientras tanto, en Uruguay, una agente de Mossack Fonseca se reunió con Santiago Lussich Torrendell, el contador uruguayo que actuó como intermediario de los Macri. Y, según un reporte de esa reunión, la agente uruguaya de Mossack Fonseca detalló que Lussich estaba dispuesto a viajar "a Panamá o Bahamas" para resolver la cuestión de forma expeditiva y advirtió que el contador no quería recibir correos ni llamados porque no quería más exposición tras la revelación de los Panama Papers. De algunos intercambios entre los agentes panameños y uruguayos de Mossack Fonseca surgen, sin embargo, indicios adicionales sobre Fleg Trading. "La sociedad quedó dada de baja en el 2010 por la falta de pago de la anualidad 2009, no fue en el 2007 como indica el cliente", dijeron los panameños. Y añadieron que a pesar de que en diversas ocasiones se solicitó el registro de accionistas de Fleg Trading, el cliente nunca lo envió y esa información no consta en sus archivos. "Tampoco tenemos información del beneficiario final". En sus mails, los agentes de Mossack comentaron que lo que los Macri querían dejar en claro es que la sociedad la compro Franco Macri "que sería el beneficiario final". Mencionaron que los dos hijos del empresario figuraron en el primer directorio, entre ellos Mauricio, y que "ese es el lío", porque los clientes nunca entregaron un acta de cambio de la junta directiva de la sociedad" y por lo tanto ese cambio nunca se efectivizó". Ante la falta de información y la urgencia por responder el exhorto, los agentes de Mossack presionaron para que Lussich Torrendell informara quiénes eran esos dueños ocultos. "De lo contrario declararemos que son los directores", dijeron en un mail desde Mossack Fonseca y abrieron la posibilidad de dejar expuesto a Macri. "Hazlo firmar un documento (a Lussich Torrendell) con su puño y letra y dile que será entregado como parte de la solicitud. Que le dé miedo mentir", le dijo una agente de la sucursal panameña de Mossack Fonseca a su colega en Uruguay. En otro mail, Mossack Fonseca exhibió su intención de confeccionar un documento antedatado con la información de los beneficiarios finales de Fleg Trading. "Debe ser desde la fecha que la(s) persona(s) empezó(aron) a ser UBO(s) de la sociedad", detalló el bufete. Pero Lussich Torrendell, según el relato de la agente uruguaya de Mossack Fonseca, se resistió a confeccionar un documento antedatado. "Le pareció mucho riesgo" redactar una carta de puño y letra "cuando esa prueba podría ser refutada por un perito caligráfico fácilmente" ya que habían pasado muchos años desde la constitución de la sociedad. "Lo que no sabe el cliente y no quiere jugarse, es el alcance que pueda llegar a tener esto, ya que está el Presidente de la Argentina y su familia involucrada. Por esto es que le incomoda fecharlo con la fecha de compra por si a futuro la piden la carta y le hacen un examen caligráfico ¿Entiendes? ", añadió la agente de Mossack. Finalmente, tras un acalorado intercambio de mails, en Mossack resuelven que Lussich Torrendell enviara una carta "con fecha actual" confirmando que la sociedad fue adquirida a pedido de Franco Macri y que fue él el único dueño de la sociedad. Fechado el 4 de octubre de 2016, fue un telegrama muy sucinto. "Por la presente le comunico que la sociedad Fleg Trading Ltd, sociedad de Bahamas, adquirida a vuestro estudio en el 1998 lo fue a pedido del señor Francisco (Franco) Macri", redactó Lussich Torrendell a Mossack Fonseca, que estimó que la carta no era "ideal" pero la aceptaron para resolver la urgencia. Con ese telegrama en su poder, ocho días después Mossack Fonseca le envió la respuesta al exhorto argentino. "De acuerdo al expediente, no hay evidencia de que Mauricio Macri haya sido accionista o beneficiario final de Fleg Trading". También le remitió otros documentos corporativos de la sociedad offshore que exhibieron que Mauricio Macri, su hermano y su padre figuran como directores, y que no aparecieron en el registro de accionistas, que figuraba vacío. También certificó que la firma de Bahamas no tuvo pasivos ni activos. Poco después, con esa respuesta de Mossack Fonseca y la presentación de Franco Macri, el juez Fraga despegó al Presidente de la operatoria offshore. Para entonces, sin embargo, Mauricio Macri ya había cosechado un primer alivio desde el fuero penal federal. Casanello consideró que no existió lavado con Fleg Trading, fallo que confirmaría la Cámara Federal.
Las gestiones secretas para demostrar que el Presidente no es dueño de una sociedad en Bahamas
La aparición de Mauricio Macri como uno de los protagonistas de los Panama Papers en abril de 2016 de