Política

La trastienda del poroteo

La cocina de las conversaciones, llamadas y cambios de postura que marcaron toda la jornada del primero al último minuto. Recién una hora y cuarenta antes se tuvo el resultado final.

La vigilia fue pura incertidumbre. Los mensajes por Whatsapp iban y venían, con noticias desalentadoras. Alrededor de las 6 de la mañana los números no daban para ganar. Y no había fuego que calentara el espíritu. Recién a las 8.11, después de casi 21 horas de sesión –y poco menos de dos horas antes de la histórica votación–, un tuit del diputado pampeano Sergio Ziliotto, del bloque justicialista, con el anuncio del apoyo al proyecto de despenalización y legalización del aborto de sus compañeros de bancada y co provincianos Melina Delú y Ariel Rauschenberger, dio vuelta la tendencia y convirtió lo que hasta ese momento era un final incierto, con gusto amargo, en el camino hacia la media sanción. “La fortaleza de los antiderechos estaba en el recinto. La nuestra en la calle”, destacó la diputada Victoria Donda, de Libres del Sur. “Lo que pasó en la calle fue muy importante: eso nos permitió resistir”, coincidió Brenda Austin, de la UCR. Ziliotto había dado a conocer su voto positivo el lunes. Según contó a PáginaI12, la vigilia de jóvenes en los alrededores del Congreso fue crucial para sumar a sus compañeros de bancada. “Vimos una diferencia muy apretada, que cambiaba permanentemente. Nos dimos cuenta de lo que significaba la decisión política. Para no estar afuera del momento que estamos viviendo”, contó Ziliotto. Detrás, de esos dos votos, clave, estuvo el gobernador Carlos Verna, que entendió que podía diferenciarse, con vistas a la próxima elección, del pollo del colorado Mac Alister, el diputado Juan Martín Maquieyra, el único legislador de La Pampa, que votó en contra con un discurso muy reaccionario, según confió una fuente cercana. A las 23.03 la diputada Mirta Ameliana Pastoriza, del Frente Cívico por Santiago, anunció su voto favorable a través de Facebook. Era una de las “indecisas”. La noticia se esparció en grupos feministas. Un voto más. Pero a esa altura, no alcanzaba. El poroteo daba de dos a cuatro votos abajo, según quien lo hiciera. “Toda mi vida he trabajado arduamente por la democracia, por el divorcio vincular, la patria potestad compartida y por la ampliación de derechos ciudadanos. En todas estas conquistas, se libró un debate profundo; siempre con la creencia de hacer lo correcto. Es esta coherencia histórica la que ha jalonado mi trayectoria, por ello he decidido apoyar la legalización y despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo”, escribió Pastoriza en su FB y empezó a recibir apoyos de todo el país, de integrantes de organizaciones de mujeres: el pedido que se esparció por grupos de Whatsapp fue que había que apoyarla, frente a la embestida virtual de los “antiderechos”. Poco después trascendía la noticia de que Jorge Franco, del Frente Misionero de la Concordia, llegaba al Congreso: se lo contaba entre los votos positivos, pero no lo habían visto en toda la jornada. Portales de noticias de su provincia informaban que no podría llegar por problemas con los vuelos. Un voto más, pero la cuenta no daba. Y había algunos apoyos que podían ser volátiles. La esperanza verde volvió con el anuncio de abstención de Alejandra Vigo, de Córdoba Federal. La esposa del gobernador cordobés Juan Schiaretti habló en el recinto poco antes de la 1 de madrugada con argumentos en contra de la iniciativa, aunque responsabilizó al Estado nacional por no instrumentar políticas públicas preventivas. Su postura dio un respiro y devolvió el entusiasmo entre las legisladoras más comprometidas con el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Un poco antes de la cuatro de la mañana, el tucumano Facundo Garretón develó la incógnita. Su voto también era incierto. Había lanzado una encuesta on line para definirlo: ganó a nivel nacional el apoyo a la ley pero dijo que en su provincia el resultado había sido inverso, y por eso votaría en contra. Hasta su discurso fue confuso y no pudo explicar con claridad su posición frente al tema. Ayer varias legisladoras lo acusaban de haber aprovechado el tema para hacerse conocido, con ese juego de idas y vueltas: marketing barato. A esa altura de la madrugada, todavía el salteño Javier David, del justicialismo, y la formoseña Inés Lotto, de Frente para la Victoria, seguían entre los “indecisos”. La cuenta daba 126 a 126, pero se sospechaba que su postura sería contraria como finalmente se dio: los dos anunciaron que votaban en contra. “La fortaleza de ellos estaba en el recinto. La nuestra en la calle”, destacó la diputada Victoria Donda, de Libres del Sur. Por eso pidieron a la Campaña que trasmitiera el pedido de que había que mantener la vigilia. La imponente presencia de mujeres, mayoritariamente adolescentes y jóvenes, marcaría la diferencia. “Lo que pasó en la calle fue muy importante: eso nos permitió resistir”, coincidió Brenda Austin, de la UCR. En Twitter el pedido era para el macrismo: que lograra bajar de la sesión a dos de sus diputados contrarios al proyecto. Alrededor de las 6.30 de la mañana, Mayra Mendoza, del FpV, Romina del Plá, del FIT, Cecilia Moreau, del Frente Renovador y Donda se reunieron con el presidente de la Cámara, Emilio Monzó, el mismo que tuvo una cruz y una medalla durante toda la sesión en su escritorio. Le pidieron que no propusiera acortar la lista de oradores. Necesitaban ganar tiempo. Y llegó la sorpresa: los votos a favor de los dos pampeanos. “Cuando vimos el tuit no lo podíamos creer”, contó Austin. Le seguiría el apoyo del radical de San Luis, José Luis Riccardo, que un día antes había anunciado que se abstendría, pero cambió de postura al negociar algunos cambios en el proyecto: pidió invertir el orden de algunos artículos y aquellos referidos a la despenalización se colocaran al comienzo, se enfatizara la educación sexual integral y se creara una comisión de seguimiento de la ley. También sorprendió el fueguino del PRO, Carlos Roma, que había participado de la foto con funcionarios del Gobierno contrarios a la despenalización. Al terminar la sesión, explicó su apoyo con una carta en la que fijó que su “posición a favor de la vida no sufrió modificación alguna pero comprendí que lo mejor para sumar y enriquecer el debate era tomar esta postura y asegurar el acceso a políticas de salud pública para toda la sociedad”. Y agregó: “No estoy de acuerdo con el proyecto presentado, es más, considero que es absolutamente perfectible y no da una solución concreta a los requerimientos actuales, pero como Diputado Nacional tengo la responsabilidad y el deber de legislar para la sociedad en su conjunto”. Poco antes de las 10, el tablero anunciaba un resultado que se transpiró pero ya se esperaba: 129 a 125 y una abstención. Vino la emoción, los abrazos y el llanto.

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