Quebec, Canadá (enviada especial). - El presidente Mauricio Macri aterrizó esta mañana en un vuelo chárter en el aeropuerto de Quebec y, luego de un paso fugaz por su hotel en la ciudad vieja, partió para la localidad de La Malbaie, a 150 kilómetros, rumbo al resort donde están reunidos bajo enormes medidas de seguridad los líderes de las economías occidentales más poderosas. Macri está invitado a esta cumbre del Grupo de los 7 (G7) -formado por Estados Unidos, Gran Bretaña, Japón, Alemania, Francia, Italia y Canadá- porque la Argentina ocupa este año la presidencia del G20. El presidente Mauricio Macri y su esposa, Juliana Awada, al arribar esta mañana a la ciudad canadiense de Québec para participar de la Cumbre del G-7. Pero el presidente tiene también objetivos que van más allá de esa cita global: se llevará desde aquí un espaldarazo de los líderes mundiales sobre el reciente acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y, sobre todo, una foto deseada con Christine Lagarde, la jefa del FMI, una manera simbólica de sellar el programa de ayuda por 50.000 millones de dólares que vio la luz el jueves. La foto de familia, con los presidentes de los países del G7. AFP Además de retratarse junto al río y las montañas con todos los líderes y participar de las distintas sesiones, Macri tendrá su esperado encuentro con Lagarde a las 16, poco después de otro con la canciller alemana Angela Merkel. Al fin de la tarde se reunirá con el premier canadiense Justin Trudeau, quien lo ha invitado a cenar luego a un coqueto restaurante local acompañado de sus esposas. Juliana Awada viajó junto a su marido. Macri también tendrá encuentros informales con otros mandatarios que han sido invitados a esta cumbre, a pesar de no pertenecer al grupo, como los líderes de Jamaica, Kenia y Vietnam. Otra reunión importante que se buscaba concretar es una bilateral con el premier japonés Abe y otro encuentro con Angel Gurría, secretario general de la OCDE, la organización a la que busca ingresar nuestro país. Los líderes del G7 en una charla distendida. Foto: ANSA Si bien la delegación argentina intentó coordinar un encuentro de Macri con el presidente Donald Trump, no pudo concretarse, en medio de una inédita tensión con la batalla que el estadounidense libra con los líderes que siempre han sido aliados. Trump tuvo escasas bilaterales y adelantó su salida de la cumbre, un gesto que fue interpretado como un desplante por el resto de sus socios. Se va a Singapur, donde el martes se reunirá con el presidente norcoreano Kim Jong un. El acuerdo con el FMI no está formalmente cerrado porque el Directorio del organismo debe aprobarlo el 20 de junio. Pero la foto con Lagarde, en el marco de un encuentro con líderes globales, es un cierre para más de un mes de negociaciones con el FMI y para un préstamo que supone medidas de reducción del déficit e inflación. Después de un día agotador, Macri y su esposa volverán por la noche a Quebec, que ayer dio asueto a miles de trabajadores para despejar el área y hoy se ve invadida por barricadas y miles de agentes de seguridad. Se alojarán esta noche en un hotel que es un ícono de la ciudad, el Château Frontenac, un imponente castillo en la zona antigua y amurallada de Quebec, con una espectacular vista al río San Lorenzo. La delegación regresará a Buenos Aires mañana domingo.
Mauricio Macri ya está en Canadá y hoy se verá con Lagarde y Merkel
Fue invitado al encuentro porque este año lidera el G20. Cenará con Justin Trudeau.