En el medio de las discusiones entre el Gobierno bonaerense y Roberto Baradel, el Secretario general del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación (SUTEBA), por el presentismo, se detectaron que al menos 220 docentes usaron certificados médicos truchos para pedir licencias. En febrero la provincia cambió el sistema para que los docentes pidan licencias. Ahora se hace a través de una aplicación, a pesar de que los gremios no querían que se implemente este nuevo control. A través de esta app en el celular, el Gobierno puede cruzar datos y chequear cuándo, porqué, cómo y desde dónde los docentes y auxiliares piden licencia. En los primeros tres meses de control, el Gobierno ya le inició sumario a 220 docentes. Entre febrero y mayo, 48 docentes y auxiliares solicitaron licencias médicas estando en el exterior. Diez lo hicieron desde Europa, ocho desde Asia y Oceanía, diez desde el norte y centro de América y 20 desde diferentes lugares de América del Sur. Toda esta información pudo verificarse gracias al número de IP (que identifica un dispositivo en la red) de los celulares desde los cuales se utilizó la aplicación. ¿Los docentes se podrían haber enfermado estando de vacaciones? Sí, pero el certificado con el que lo justifican está firmado por un médico argentino. Es decir, supieron de antemano que iban a enfermarse, cuándo y hasta de qué. Todos los docentes involucrados fueron convocados a junta médica para ver si estaban enfermos, pero muchos ni se presentaron y hubo siete que reconocieron haber falseado la enfermedad y pagado por la licencia trucha entre 400 y 800 pesos. El miércoles pasado la Policía Bonaerense allanó por orden del fiscal Condomi Alcorta, la sede de UPCN de José C. Paz. Allí se habían otorgado, al menos, 220 licencias truchas. La policía encontró libretas donde se registraban los pagos de los certificados. También encontraron certificados médicos sellados y firmados, en blanco. El delegado de UPCN Ángel Rubén Riquelme está acusado de otorgar 220 certificados truchos a docentes, auxiliares y empleados de la Dirección General de Cultura y Educación Bonaerense. Un docente que cargó el certificado médico a la aplicación se olvidó de sacarle el comentario que le hizo el que se lo vendió. "Te lo hice con clínico, ¿está bien?", dice el documento. La Dirección General de Escuelas Bonaerense detectó que la letra y los sellos del médico Alberto Horacio Benítez se repetía en muchos de los certificados truchos. Pero él negó todo y dijo que le robaron el sello.
