El genocida Adolfo Scilingo, excapitán de corbeta y comandante de los vuelos de la muerte, fue retratado caminando en libertad por las calles de una localidad de Madrid, donde vive, a pesar de haber sido condenado por la Justicia española a 1084 años de prisión. A los 71 años, el represor goza de un régimen de salidas transitorias que le permiten disfrutar de una vida amena en un pequeño pueblo de la sierra madrileña. Scilingo camina tranquilo. Con una camisa blanca arremangada, pantalón beige y anteojos colgados del cuello anda por una calle poco transitada. Las imágenes fueron retratadas por el medio Voz Pópuli, que bajo el titular “El escondite de Scilingo en Madrid” reveló que el genocida lleva 26 días en libertad. Supuestamente, las salidas de prisión se deben a los permisos penitenciarios ofrecidos por la justicia española. En 2006, el represor fue condenado primero a 640 años de prisión y luego, en 2007, a 1084 por una sentencia del Tribunal Supremo de España, que consideró los delitos de asesinato y detención ilegal cometidos por él en la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA) como “crímenes contra la humanidad”. Mientras era juzgado, Scilingo confesó ante la Justicia ibérica que participó en 1977 en dos traslados aéreos donde treinta personas “fueron arrojadas desnudas a las aguas del Atlántico”. La confesión había sido recogida dos años antes por el periodista Horacio Verbitsky en su libro El vuelo. Sin embargo, en la instancia del juicio oral Scilingo se desdijo. Aludiendo súbitos desmayos e imaginarias huelgas de hambre, el marino sostuvo que sus testimonios fueron inventados para promover la investigación de los hechos. Scilingo nació en Bahía Blanca, el 28 de julio de 1946. A los 30 se incorporó en el temido Grupo de Tareas 3.3.2, que operaba desde la ESMA. La condena que se ratificó en 2007 al represor fue considerada “irrevocable”. El Supremo condenó también a Scilingo como autor de un delito de detención ilegal y como cómplice de otros 255 secuestros, tantos como se acreditó que se cometieron durante el tiempo que él estuvo en la ESMA.
Scilingo se pasea al sol madrileño
El excapitán y comandante de los vuelos de la muerte, condenado a 1084 años de prisión por la justicia española, goza de permisos penitenciarios que le permiten refugiarse en un pueblo de la sierra madrileña. Un medio español lo grabó mientras caminaba por la calle, en total libertad.