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Albert Rivera: "España tiene que recuperar el liderazgo en Europa y el puente que somos con Iberoamérica"

El jefe de Ciudadanos, la estrella del escenario político español, llega hoy a la Argentina y se reunirá con el Presidente

Hoy llega a Buenos Aires Albert Rivera. Es, con 37 años, la estrella del panorama político español. Rivera fundó y lidera el partido Ciudadanos, que ganó en las últimas elecciones catalanas y que figura en las encuestas como el favorito si hoy hubiera comicios generales en España. En una entrevista con LA NACION, Rivera explicó cuál es el papel de Ciudadanos en el nuevo mapa político de su país, cómo se relaciona con los partidos tradicionales, qué errores y aciertos comete el gobierno de Mariano Rajoy en la crisis catalana y cuál es el rol que España debería desempeñar en la comunidad iberoamericana. -¿Cuál es su visión de la crisis política de España en los últimos años y qué lugar ocupa Ciudadanos en ese mapa? -En España hemos tenido una triple crisis. Una crisis económico-financiera como en muchos países del mundo. Segundo, ha habido una crisis de confianza en la política. La corrupción ha afectado prácticamente a todas las autonomías de España, al Partido Popular, al Partido Socialista, a los partidos nacionalistas, por tanto, a toda la política tradicional española de 40 años. Y finalmente una crisis de unidad, una crisis de valores constitucionales con el golpe a la democracia en Cataluña por parte de los separatistas y el nacionalismo. Con esas tres grandes crisis surgen dos partidos nuevos. Un partido de corte populista, a la izquierda del PSOE, con algunos vínculos con los movimientos bolivarianos, con otros que han surgido en países europeos como Syriza (en Grecia), como el de (Jean-Luc) Mélenchon en Francia. Y por el otro lado surge Ciudadanos, con una vía más reformista, centrista, con una visión más proglobalización, pro-Europa, pro libre mercado y de sociedad de bienestar. Nosotros, con un plus que es haber sido la primera fuerza política catalana y un partido que surgió en Barcelona, no en Madrid, con un origen catalán, pero con vocación nacional. Entonces, Ciudadanos ahora está ubicado como primera fuerza en la mayoría de las encuestas que se publican, como primera fuerza en las últimas elecciones regionales en Cataluña y llevándose el voto centrista, de la centroderecha y la centroizquierda, que van al PSOE y a Podemos. -En un sistema como el español, a nivel nacional y en el de las autonomías, la perspectiva de renovación política a veces se ve frustrada porque, para administrar, se necesitan acuerdos con fuerzas tradicionales impugnadas. A ustedes les sucede, por ejemplo, en Andalucía. ¿Cómo resuelven esa tensión o esa contradicción? -En España lo que ha sucedido es que lo viejo no ha muerto del todo ni lo nuevo acaba de ganar. Ni Ciudadanos ni Podemos todavía hemos ganado las elecciones, sino que hemos tenido que pactar. Y en nuestro caso hemos tenido que pactar fuera de los gobiernos con mayorías, poniendo una serie de cortafuegos, de límites con los casos de corrupción que tenía la vieja política en España. Por ejemplo, en Andalucía o Madrid. En Madrid ganó el Partido Popular, pero perdió muchos votos y tuvo que llegar a un acuerdo con nosotros, por el que pusimos condiciones de renovación. Y en Andalucía igual. Exigimos al PSOE que dimitieran los presidentes anteriores que estaban implicados en irregularidades. Hemos intentado poner un cortafuegos, tomar distancia, y estamos demostrando que desde la oposición, una oposición constructiva, con pactos, estamos consiguiendo superarlos. -Si ustedes ganaran, pero sin obtener la mayoría, ¿gobernarían con el PP o con el PSOE? Como se los ve como una sustitución sociológica del Partido Popular, muchos suponen que gobernarían con el PSOE. -Es bastante más complejo que una sustitución. No venimos a sustituir a un partido. Venimos a renovar el panorama. La prueba está en que vienen votos por la centroderecha, pero también está llegando casi un tercio de votos por la centroizquierda. A pesar de que Podemos está bajando, el PSOE también baja. Y esa es la prueba de que Ciudadanos también le resta votos al PSOE. Estamos ensanchando el centro sociológico y el centro político. Yo creo que a partir de ahí nuestro reto de futuro es efectivamente ganar las elecciones y tener un programa renovador. Es verdad que si no las ganamos, es muy complicado que el PSOE y el PP nos apoyen. Pero si las ganamos, también es verdad que, siendo un partido que está en el centro, tenemos más fácil el acuerdo a nuestra derecha y a nuestra izquierda. Quien apoye nuestro programa electoral debe saber que, si nosotros ganamos, negociaremos con la segunda y la tercera fuerza política para intentar gobernar. -¿Cuál ha sido el mayor acierto y el mayor error de Rajoy frente al independentismo catalán? -Yo creo que el mayor acierto ha sido consensuar la aplicación del 155, de la Constitución española, con el PSOE. Yo no sé si es acierto o es lo único que se puede hacer, porque sin mayoría tampoco lo haces. Y el error mayor ha sido minusvalorar al nacionalismo. En los años de mandato de Rajoy ha ido creciendo el separatismo, se ha ido haciendo un discurso victimista, un discurso contra España, un discurso incluso supremacista en algunos casos del nacionalismo. Se ha ido arrinconando a los catalanes que no son nacionalistas, que son mayoría social. Y Rajoy ha mirado hacia otro lado. También le pasó a (José Luis Rodríguez) Zapatero de alguna manera. Yo creo que el bipartidismo español ha minusvalorado la fuerza del nacionalismo. -Ha llamado la atención la posibilidad de una candidatura del ex primer ministro francés Manuel Valls para gobernar Barcelona. Y ahora también aparece la versión de Mario Vargas Llosa en Madrid. ¿Hay algo de eso? -La verdad es que ni siquiera nos lo hemos planteado. Mi relación con Vargas Llosa es muy buena. Se lo podría tildar de buen amigo y buen amigo de España también. Incluso ha participado en algún acto que hemos hecho. Pero ni nos lo planteamos y él tampoco. Lo de Valls es cierto. Lo contó él públicamente. Nosotros también se lo hemos planteado. Y entonces estamos viendo si somos capaces de articular una candidatura con una base amplia. -España fue un modelo para muchos países de América Latina, entre ellos, la Argentina, en el proceso de democratización. Y después también fue un modelo de modernización de la economía. Desde que entró en crisis, ese rol aparece desdibujado. ¿Usted qué idea tiene de las relaciones de su país con Iberoamérica? -Lo primero que tenemos que hacer los españoles es ser conscientes de que como comunidad, a pesar de la historia, a pesar de todo lo que haya sucedido, somos uno más y no somos uno menos tampoco. Yo creo que primero hay que tener un respeto de igualdad, de tú a tú. Eso es importante porque a veces en España se puede confundir ese rol. Pero también es cierto que tenemos una pata en la Unión Europea. Yo creo en la defensa de la economía de mercado, del libre comercio, de la defensa de los derechos humanos. Y en los países donde estamos tratando de cumplir un papel de ayuda, de apoyo. En el caso de la Argentina y el Mercosur, con el libre comercio es evidente que también eso sirva para que sea el puente entre el Mercosur y Europa. Yo mismo he hablado en estos días con la comisaria (de Comercio de la Comisión Europea, Cecilia) Malmström. Son algunos ejemplos de lo que España puede hacer. Es verdad que se perdió un poco por la crisis. Está un poco desdibujado en esta última década. Yo creo que si nos toca gobernar a Ciudadanos, a mí me gustaría recuperar ese liderazgo en Europa y ese puente con Iberoamérica que somos, y con el resto de los países. Por eso también en esta visita quiero conocer a la sociedad civil en la Argentina y en Chile. Quiero ver a los presidentes (Mauricio) Macri y (Sebastián) Piñera. En definitiva, yo no creo que nadie pueda ser presidente de España sin tener una buena relación con los países de la comunidad iberoamericana. -¿A Macri lo ha conocido personalmente o se van a conocer ahora? -Yo lo conocí cuando estuvo de viaje. Lo conocí en la cena que dieron los reyes en el palacio real. Y luego tuve unos veinte o treinta minutos para hablar con él en un acto que hizo con Vargas Llosa aquí también. Él me dijo que si iba a la Argentina, iba a ser bienvenido. Y que lo llamara y quedáramos si era el caso. Y tengo que estar agradecido al presidente Macri de que reciba a Ciudadanos. No somos gobierno. Yo no soy primer ministro. Pero sí es verdad que la relación con la Argentina y con el presidente Macri es buena. Y me parece bueno que se visualice también, incluso generacionalmente, que políticos jóvenes de España quieren tener una buena relación con su gobierno. Albert Rivera, líder de ciudadanos

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