Tras participar en una misa en la iglesia del Obispado de San Justo, donde se pidió por la salud de la sargento baleada, la intendenta de La Matanza, Verónica Magario, se retiró del lugar entre insultos, gritos y reclamos de decenas de vecinos que le exigieron seguridad. Los cuestionamientos surgieron tras el golpe comando a la Comisaría 1° de esa localidad bonaerense, donde cuatro hombres armados irrumpieron a los tiros e hirieron a la oficial. La ceremonia religiosa fue para pedir por Rocío Villarreal, de 25 años, internada con pronóstico reservado en una clínica porteña. Magario dio una breve entrevista a TN al irse de la iglesia. "Mañana estamos reuniéndonos con el ministro Cristian Ritondo", confirmó la jefa comunal. Al ser consultada por el caso de la sargento, evitó dar respuestas: "Los familiares están muy consternados. Iban a venir y no pudieron. Les pido que respetemos el momento de ellos". Durante los breves segundos en los que caminó por la plaza principal de San Justo mientras respondía preguntas, varios vecinos que la esperaban, a los gritos, le reprocharon por los brutales casos de inseguridad de las últimas semanas. "¡Dónde está la seguridad!", "Ladrona", "Poné a la policía", "Delincuente", "Mirá cómo matan a la gente", fueron varios de los reproches que recibió. Mientra tanto, esta tarde se conoció la decisión de la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, de ascender a la policía, tras el violento episodio y luego de visitarla en la Clínica Fitz Roy del barrio de Villa Crespo, donde está internada. "Vidal le dio la noticia de que ella y sus compañeros serán ascendidos al inmediato grado superior por un acto destacado", confirmó el comisario general Fabián Perroni. La investigación sobre el intento de copamiento a la comisaría 1° de San Justo gira en torno a la pista narco. Según fuentes policiales, una joven de 19 años planificó el intento de rescate de uno de los detenidos en ese lugar, acusado de haber matado a un traficante que se había quedado con 70 kilos de cocaína. El golpe comando lo habrían instigado Ludmila Bustamante y Bruno Marullo Postigo, ambos de 19 años, los dos detenidos acusados de organizar la violenta acción para intentar liberar a Leandro Aranda. Detrás de las detenciones se esconde un plan orquestado a través de WhatsApp entre la chica y Aranda, quienes eran novios. Al principio se creyó que el objetivo era liberar a barras de Almirante Brown, pero con el paso de las horas la hipótesis principal cambió. En el ataque, cuatro hombre armados entraron en forma violenta a la dependencia, llegaron hasta la oficina de guardia y sin dudarlo les dispararon a Villarreal y sus compañeros. Se fueron corriendo sin haber finalizado el plan. La única herida fue la chica.
Verónica Magario salió de la misa por la sargento baleada entre gritos e insultos
La intendenta de La Matanza recibió fuertes cuestionamientos tras el tiroteo en la comisaría de San Justo.