A las 10.30 de hoy se presentará en el cuarto piso del edificio de Comodoro Py 2002 la procuradora general de la Nación Alejandra Gils Carbó. Declarará en indagatoria como imputada en el caso en el que se investiga el pago de comisiones millonarias en la operación de compra venta del edificio que la Procuración General de la Nación (PGN) tiene en la calle Perón al 600. Ese inmueble, donde se mudaron las principales oficinas del Ministerio Público Fiscal de la Nación, fue la primera compra grande que hizo Gils Carbó en su gestión que comenzó en 2012. Está comprobado que la PGN pagó 43.850.000 pesos por el edificio que fue vendido por la firma Arfinsa perteneciente al Grupo Bemberg. Hasta allí, había sido una licitación pública en la que hubo varios oferentes y el precio del edificio de Perón 667 estaba por debajo del que había calculado el Tribunal de Tasaciones de la Nación. Los vendedores le pagaron una generosa comisión de 7, 7 millones de pesos a la inmobiliaria de Bárbara Jaureguiberry por su intervención en la operación. Hasta allí nada fuera de lo común salvo el porcentaje de la comisión: un 17 por ciento del precio de venta. Pero Jaureguiberry se quedó solo con la mitad de la comisión porque tuvo que pagarle tres millones de pesos por sus inestimables servicios de asesoría en "licitaciones públicas" a Juan Carlos Thill un productor de seguros de La Plata que no tenía relación con el negocio inmobiliario. Hasta allí, el negocio entre los comisionista, era un contrato con facturas y pagos en blanco entre privados. Pero en abril de este año Infobae reveló el pago de la comisión a Thill, que además era medio hermano de Guillermo Bellingi, quien como subdirector de la Procuración había intervenido en el proceso licitatorio favoreciendo-según la acusación en su contra- a la empresa que finalmente ganó la licitación. Bellingi, contador público, fue nombrado por Gils Carbó y con dependencia directa de la procuradora para coordinar el área de Administración de la PGN. Y se ocupó de ese proceso para luego pasar a revistar hasta abril de este año en la Procuraduría que combate el lavado de dinero, PROCELAC. Ahí la situación cambió: el hermano del funcionario al que Gils Carbó puso a cargo de la licitación había cobrado una comisión por asesorar a los ganadores de la licitación. El caso está radicado en el juzgado de Julián Ercolini ante quien deberá declarar hoy Gils Carbó. El fiscal federal Eduardo Taiano, quien depende de Gils Carbó, condujo la investigación y pidió la indagatoria de varios imputados. Consideró que se cometieron los delitos de fraude en perjuicio de la administración pública, abuso de autoridad, cohecho, tráfico de influencias y negociaciones incompatibles con el ejercicio de la función pública. Para el fiscal que hoy interrogará a su jefa, se direccionó la licitación para que Arfinsa fuera el ganador y se recibieron coimas. La de Gils Carbó será la que cierre la serie de indagatorias. Ya pasaron a declarar-algunos se negaron, otros presentaron escritos y también hubo quienes contestaron preguntas- todos los que fueron citados. Se presentaron Bellingi, Jaureguiberry y Thill. Y también los funcionarios de la Procuración que intervinieron en el proceso licitatorio Héctor Zurita, Jorge Domanico y Osvaldo Leguizamón. Además Ignacio Costa Urquiza, asociado a Jaureguiberry en la inmobiliaria, y los ejecutivos de Arfinsa Adrián González Fischer, Pedro Viceconte y Roberto Martino. Dos de los imputados en sus declaraciones ubicaron a Gils Carbó en una visita al edificio previo a que se iniciara el proceso licitatorio lo que para los investigadores podría ser un indicio de que la licitación se direccionó porque la procuradora ya había elegido dónde quería instalar sus oficinas. El primero fue Zurita, quien estaba a cargo del área de Administración, donde fue designado Bellingi como coordinador . El funcionario de carrera de la Procuración también explicó cómo fue que el edificio llegó ser presentado: "Lo que seguro afirmo es que ese edificio no salió del relevamiento hecho por Arquitectura, no salió de nosotros, de la línea. Ese inmueble lo trajo Bellingi. A mí fue el licenciado Bellingi quien me invitó a conocerlo". Y sobre la visita de Gils Carbó dijo que "Si bien no me consta, se nos dijo que sí, que (Gils Carbó) había ido con una comitiva en el mes de enero. No me consta porque yo no estuve presente. No recuerdo si eso me lo contó el licenciado Bellingi o la propia Jaureguiberry". Viceconte es otro de los que creyó haber visto a Gils Carbó en el edificio. En su escrito al que Infobae accedió a través de fuentes relacionadas con el caso- el ejecutivo señaló que "Nunca me fue presentada la doctora Alejandra Gils Carbó y, aunque no muy nítidamente, creo haberla visto una vez cuando en una recorrida que hizo del edificio se asomó a la oficina en que yo trabajaba y, sin siquiera saludarme, dio una muy ligera ojeada al ambiente y a los muebles que allí se encontraban". Consultado sobre la visita previa a la licitación, el abogado de Gils Carbó, Alejandro Rúa dijo que "Efectivamente la procuradora e integrantes de otras áreas técnicas de la Procuración visitaron varios edificios antes de que se iniciara el procedimiento de licitación en febrero de 2013. Es un trámite de rigor en el que todas las áreas de la Procuración participaron. Eso fue explicado en la causa por otros funcionarios que declararon como testigos". Todos los indagados que declararon o presentaron escritos negaron haber cometido delito. Bellingi y Thill, hermanados también por la misma estrategia de defensa, se negaron a declarar a la espera del peritaje informático ordenado en la causa para determinar a partir del análisis de correos electrónicos, cómo se realizó la maniobra. En cercanías de Gils Carbó se señaló a Bellingi-que fue separado y reincoporado a la Procuración- como un empleado infiel, hay que ver qué dice en su indagatoria la procuradora sobre el funcionario cuyo medio hermano terminó cobrando una comisión millonaria. LEA MÁS Edificio de la Procuración: el contrato por el que se pagó una comisión de 7, 7 millones de pesos Cuál fue la responsabilidad de Gils Carbó en el caso del edificio de la Procuración, según Taiano
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Por primera vez, la jefa de los fiscales tiene que declarar por sospechas de corrupción