Sociedad

"Esto es un misterio, no lo entiendo en absoluto", dijo el excompañero de Gentile que habló con él

WASHINGTON. – Peter Thieberger fue uno de los primeros en sorprenderse cuando se enteró que su amigo,

WASHINGTON. - Peter Thieberger fue uno de los primeros en sorprenderse cuando se enteró que su amigo, Antonio Gentile, con quien estudió física en el Instituto Balseiro y a quien creía muerto, estaba, en realidad, vivo y residía cerca suyo. "Esto es un misterio, no lo entiendo en absoluto", dice Thieberger, en una charla telefónica con LA NACION. Thieberger dijo que no veía a Gentile desde 1973 o 1974. Pensaba que estaba muerto hasta hace unos meses, cuando habló por teléfono con el físico argentino, quien vive en Manhattan, Nueva York, luego de que la Comisión Nacional de Energía Atómica le avisó que creían que estaba vivo, y alguien le mandó un número de fax para que lo contactara y verificara que, de hecho, era la persona que decía ser. Thieberger envió un fax con un mensaje al teléfono que le pasaron, y Gentile lo llamó. "Él estaba muy entretenido. No tenía idea de que se lo consideraba desaparecido. Pensó que era divertido que la gente pensara que estaba muerto. Se enteró cuando alguien llamó a su esposa, y luego también hablaron con él", relató Thieberger. "Todos pensamos que estaba muerto y luego alguien de la Comisión Nacional de Energía Atómica que estaba investigando a todas las personas que habían desaparecido se comunicó con su esposa y descubrió que estaba vivo". La Comisión le pidió a Thieberger que lo llamara para verificar que se tratara, en efecto, de Gentile. Thieberger lo reconoció en seguida. Tuvieron una conversación muy corta -apenas "diez, cinco minutos", dice- y quedaron en reunirse durante el próximo verano boreal. Thieberger espera poder responder sus interrogantes y despejar sus dudas sobre el pasado en ese momento. Una de las dudas que sí despejó Gentile en su charla con Thieberger fue que su hermana tampoco había sido detenida durante la última dictadura militar. Nada más. Thieberger tiene 82 años y trabaja como físico en el Laboratorio Nacional Brookhaven, ubicado en Long Island, a unas dos horas de Manhattan. Nació en Austria, pero se mudó a la Argentina cuando tenía apenas un año de edad luego de que sus padres, judíos, decidieran huir del nazismo. Pide hablar en inglés, aunque suelta de tanto en tanto una frase en castellano con acento argentino. Conoció a Gentile en Bariloche, donde ambos estudiaron y fueron compañeros de cuarto en la residencia. No quiso decir mucho sobre su amigo, ni tampoco brindar su información de contacto. Sólo se limitó a aceptar pedidos de entrevista que le llegaron desde la Argentina. "Sé que cuando habló con el Balseiro en la Argentina mencionó que no quería hablar sobre el pasado. No lo sé. Tuve una conversación de diez, cinco minutos con él. Acordamos reunirnos nuevamente en algún momento del verano. Espero averiguar más entonces, pero no sé mucho. Lo vi por última vez en 1973 o 74", dice Thieberger. -¿Cómo se enteró de que estaba vivo? -La Comisión de Energía Atómica en Buenos Aires se puso en contacto conmigo. Me dieron un número de fax, le envié un mensaje por fax y luego él me devolvió la llamada. Antonio es un buen amigo mío, estaba ansioso por comprobar que estaba vivo. -¿Qué pensaba que le había sucedido? -Pensé que él era uno de los desaparecidos, que había sido asesinado.

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