Política

Lula da Silva hablará esta tarde, instantes antes de la hora límite para entregarse a la Policía

Sobre el ex mandatario pesa una orden de reclusión por una de las cinco causas de corrupción que tiene en su contra. El juez Sérgio Moro le dio plazo hasta las 17 de hoy para presentarse voluntariamente

Los trabajadores del PT ya trabajan en el Sindicato de Metalúrgicos de São Bernardo do Campo, en las afueras de San Pablo, donde el ex presidente está atrincherado, para montar un escenario en la calle. Allí hablara una hora antes de que se cumpla el plazo impuesto por Moro para entregarse. El magistrado le dio hasta las 17 de hoy para presentarse voluntariamente ante las autoridades en Curitiba, donde está el penal en el que será recluido. Sin embargo, ahora el equipo del petista negocia nuevos plazos. Se espera que Lula le explique a sus seguidores cómo actuará. Fuentes de la Policía no descartaron que el ex presidente (2003-2010) se entregue en alguna dependencia de San Pablo y de allí sea trasladado a Curitiba, donde ingresará a una "sala especial", que cuenta con "una cama, con una mesa con sillas y un baño" y que está aislada del resto de detenidos. Esa "sala especial" reservada para Lula tiene 15 metros cuadrados, se ubica en el cuarto piso de la sede y ha sido habilitada para él en virtud de su condición de ex mandatario. La Policía indicó además que el líder del Partido de los Trabajadores solo podrá recibir visitas los miércoles de sus familiares más próximos, mientras que el resto necesitará una autorización judicial. En la sede de la Policía Federal de Curitiba se encuentran 20 detenidos, siete de ellos por el caso Petrobras, el gigantesco escándalo de corrupción destapado en el seno de la petrolera estatal por el que ha sido condenado Lula, además de otros importantes políticos y empresarios. A las puertas de la institución, situada en el barrio Santa Cándida, en la zona norte de Curitiba, por el momento solo hay periodistas y el movimiento habitual de personas que acuden al local para realizar diversos trámites burocráticos. Lula fue condenado en julio del año pasado por el juez Sérgio Moro, encargado en primera instancia de las investigaciones del caso Petrobras, a 9 años y 6 meses de prisión por los delitos de corrupción pasiva y lavado de dinero. Moro dio por comprobado que el ex presidente se benefició con un apartamento en la playa a cambio de favorecer a la constructora OAS en la adjudicación de contratos públicos de Petrobras. La condena fue ampliada hasta los 12 años y 1 mes por un tribunal de apelación, y Moro dictó el auto de prisión menos de un día después de que el Tribunal Supremo negara un habeas corpus a la defensa de Lula. MÁS SOBRE ESTE TEMA: Cuáles son las consecuencias que enfrenta Lula da Silva si no se entrega Lula da Silva resiste en el sindicato metalúrgico y dice que no se entregará en Curitiba Ni por defender la democracia ni por sus ideas: Lula, el primer presidente brasileño en ir preso por un delito común

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