Los 11 jueces del Supremo Tribunal Federal (STF) se reúnen este miércoles a las 14.00 horas de Brasilia (17:00 GMT) para tomar una decisión que será trascendental para el futuro de la política brasileña. Si rechazan el pedido de habeas corpus interpuesto por la defensa del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, dejarán a un paso de la cárcel al dirigente político más popular del país, que lidera cómodo las encuestas para las elecciones de octubre. Si lo aceptan, podría llegar en libertad a los comicios y, quizás, volver a ser presidente a pesar de estar condenado a 12 años y un mes de prisión por corrupción pasiva. De todos modos, para materializar la postulación todavía tendría que sortear el escollo del Tribunal Superior Electoral, que podría inhabilitarlo por tener una sentencia confirmada en segunda instancia. El pedido de habeas corpus es precisamente una respuesta al fallo del Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región (TRF4), que el 24 de enero pasado ratificó la sentencia del juez Sérgio Moro, que investigó a Lula en el marco de la Operación Lava Jato. Los abogados del ex presidente hicieron la presentación para evitar que se aplique a su defendido el criterio dominante en la Justicia brasileña: el encarcelamiento de quienes tienen una condena en segunda instancia. El expediente llegó al STF el 22 de marzo. Los magistrados tuvieron que votar primero si les correspondía tratar el pedido. Tras cuatro horas de deliberaciones, resolvieron que sí por 7 a 4. Llegaba el momento de tomar la decisión crucial. Sin embargo, como algunos miembros del tribunal tenían otros compromisos, pospusieron la votación definitiva para este miércoles. Antes de que finalizara la sesión, tomaron otra decisión importante. Como el TRF4 se iba a reunir días después para resolver si ordenaba el arresto de Lula, sus abogados solicitaron al máximo tribunal que suspenda cualquier orden de detención mientras el STF no se expida sobre el habeas corpus. La votación fue mucho más pareja: admitieron la solicitud por 6 a 5. Estos son los jueces que resolverán el futuro de Lula, según el orden en el que votarán: Edson Fachin Es el relator de la causa, es decir, quien lidera el proceso. Tiene 60 años y es juez del STF desde el 16 de junio de 2015, cuando fue nombrado por Dilma Rousseff. En la sesión del 22 votó en contra de los intereses de Lula, autorizando su arresto en caso de que el TRF4 lo ordenara antes del 4 de abril. Sostiene que la jurisprudencia de la Corte supone el encarcelamiento de los condenados en segunda instancia, y que no hay razón para hacer una excepción en esta ocasión. Alexandre de Moraes Tiene 49 años y fue designado el 22 de marzo de 2017 por Michel Temer. Fue secretario de Justicia del estado de San Pablo durante el gobierno de Geraldo Alckmin, del PSDB, principal partido de oposición al PT. También votó en contra de Lula, con el argumento de que no había precedentes para conceder un pedido como el que finalmente se terminó autorizando. Luís Roberto Barroso Tiene 60 años y está en el STF desde 26 de junio de 2013, nominado por Dilma. Se expidió en el mismo sentido que los otros dos. "Considero irrelevante que se trate de un ex presidente de la República. Debe ser tratado como cualquier otro brasileño", dijo. Rosa Weber Tiene 69 años y es ministra del tribunal desde 2011, nombrada por Dilma. El 22 les dio la razón a los abogados de Lula porque no creía correcto que se lo pusiera bajo arresto antes de que el STF se expidiera sobre el habeas corpus. Luiz Fux Tiene 64 años y está en el cargo desde el 3 de marzo de 2011. También fue elegido por Rousseff. Votó en contra del ex presidente y, al igual que Fachin, fundamentó su decisión en la jurisprudencia del tribunal. José Antonio Dias Toffoli Es el vicepresidente del STF desde el 12 de septiembre de 2016. Tiene 50 años y asumió como juez de la Corte el 23 de octubre de 2009, durante la presidencia de Lula. Es el más cercano al ex presidente. Fue consultor jurídico de la Central Única de Trabajadores entre 1993 y 1994, y asesor jurídico del PT en la Cámara de Diputados entre 1995 y 2000. Además, fue abogado en tres de las campañas presidenciales de Da Silva y subjefe de Asuntos Jurídicos de la Presidencia entre 2003 y 2005. Lógicamente, el 22 votó a favor del ex presidente, afirmando que no habían tenido tiempo de analizar los argumentos de la defensa. Ricardo Lewandowski Tiene 69 años y es ministro del STF desde el 16 de marzo de 2006, nominado por Lula. Fue presidente del cuerpo entre 2014 y 2016, razón por la cual ofició de presidente del Senado Federal durante el proceso de impeachment a Dilma. Se pronunció a favor del pedido de Lula explicando que una de las partes no podía verse afectada en sus derechos por un retraso que era entera responsabilidad del tribunal. Gilmar Mendes Tiene 62 años y asumió el 20 de junio de 2002, durante la presidencia de Fernando Henrique Cardoso, que antes lo había puesto al frente de la Abogacía General de la Unión. Fue presidente del STF entre 2008 y 2010. Votó de la misma manera que los dos anteriores, y dijo sentirse tranquilo con la decisión porque es imposible acusarlo de simpatizar con el PT. Marco Aurélio Mello Tiene 71 años y es juez del máximo tribunal desde el 13 de junio de 1990, designado por Fernando Collor de Mell, su primo. También votó con la mayoría y se inclina por la preservación de la libertad de los condenados mientras tengan alguna instancia de apelación pendiente. Celso de Mello Tiene 72 años y es el miembro más antiguo del STF. Lo nombró José Sarney el 17 de agosto de 1989, y entre 1997 y 1999 fue presidente del cuerpo. Se pronunció a favor de Lula porque consideró que no se lo podía arrestar cuando existía la posibilidad de que el 4 se acepte el habeas corpus. Carmen Lúcia Tiene 63 años y es la presidente del STF desde el 12 de septiembre de 2016. Juró como miembro de la Corte el 21 de junio de 2006, durante el primer mandato de Lula. Votó en contra del ex mandatario, citando los antecedentes del tribunal. "No veo razones (para acceder al pedido de la defensa) que sean tan urgentes como para llevar a peligros que no puedan ser cortados inmediatamente si llegara a producirse alguna lesión", sostuvo. Un final abierto Todavía existe la posibilidad de que la discusión continúe incluso después de la cita de hoy. Si uno de los ministros de la corte pide una audiencia para analizar con más profundidad el caso, se volvería a aplazar la resolución. Sea cual sea el fallo, el proceso seguirá abierto. En prisión o en libertad, Lula ya apeló la sentencia de segunda instancia, que será revisada en los próximos meses por el Superior Tribunal de Justicia. Luego, al ex mandatario le quedaría la posibilidad de presentar un recurso extraordinario ante el STF, que, en ese caso, deberá resolver sobre la cuestión de fondo: si Lula es culpable o inocente de los delitos que se le imputan. MÁS SOBRE ESTE TEMA: Día clave en Brasil: el Tribunal Supremo decide si Lula da Silva es detenido o sigue en libertad El jefe del Ejército de Brasil dijo repudiar la "impunidad" en víspera de la decisión sobre Lula
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El Supremo Tribunal Federal se reúne hoy para resolver si acepta o rechaza el pedido de habeas corpus presentado por el ex presidente. Cada magistrado tiene un voto y se requiere una mayoría de seis para fallar