Economía

Lo que no va a jardines se gasta en intereses

El Gobierno incumplió la promesa de construir tres mil jardines de infantes. Una de las razones es que debe destinar cada vez más recursos a afrontar los compromisos de deuda. Este año destinará 9 mil millones de dólares a ese fin.

La deuda emitida en los últimos 20 meses superó los 100 mil millones de dólares y el pago de intereses le demandará al sector público 9 mil millones de dólares este año. Este último dato representa una suba de 35 por ciento respecto de 2016 y de 90 por ciento con relación a 2015, según una investigación especial de la UMET a la que accedió este diario. El documento advierte que el gasto público destinado a cancelar deudas representa una porción cada vez mayor del presupuesto y reduce el margen del Gobierno para ejecutar inversiones sociales y de promoción a sectores productivos. El vencimiento de intereses de 2017 equivale al 7 por ciento de los gastos estatales, cuando en 2015 era menos de la mitad (3 por ciento). Los recursos destinados a pagar la deuda ya son 352 por ciento más elevados respecto de los desembolsados para promoción y asistencia social, un 421 por ciento más que los de vivienda y urbanismo, un 80 por ciento más que los de salud y un 23 por ciento más que los de subsidios al transporte. El Observatorio de la Deuda Externa de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) se transformó en una de las principales instituciones para revisar la evolución de los bonos colocados a partir de diciembre de 2015 en el mercado interno y externo. La entidad hace un seguimiento detallado de las emisiones del Tesoro, de las provincias, de las empresas del sector privado y de los municipios. En 2017 la emisión de nueva deuda de todos estos sectores sumó en torno a los 35.000 millones de dólares y acumuló 100.082 millones desde que comenzó la gestión de Mauricio Macri. La cifra representa 20 por ciento del PIB. Estos nuevos pasivos generaron una elevada presión financiera para el sector público, al incrementar la carga de intereses, que en una parte importante vencen en el corto plazo y deben renovarse. El documento detalla que en 2017 el Tesoro deberá cancelar intereses por 8465 millones de dólares y las provincias otros 905 millones. “Al promedio de 4, 5 mil millones de dólares pagados en intereses durante los años previos a 2015, en este ciclo los pagos se duplicaron y superaron los 9000 millones de dólares”, mencionó Nicolás Trotta, rector de la UMET. Agregó que “si consideramos los valores extraordinarios de estas erogaciones, el valor comparativamente permitiría multiplicar con creces el presupuesto total de ciencia; o pagar 1.600.000 nuevas jubilaciones de 7500 pesos; o en su defecto duplicar los haberes mínimos de los actuales perceptores. Otro destino: incrementar al doble el salario social complementario (hoy de 4030 pesos) para más de 1.500.000 titulares o, en forma combinada, pagar buena parte del Programa de Emergencia Alimentaria si se aprobara el proyecto de ley impulsado en el Congreso Nacional”. En el documento se precisó que el pago de deudas ya equivale a gran parte de la recaudación. “La exuberancia de la política financiera del Gobierno se lleva dos terceras partes de la recaudación mensual de las cuentas públicas”, apuntó. Mencionó que “esta canalización de recursos al creciente pago de los vencimientos de la deuda reduce las erogaciones hacia áreas más sensibles y urgentes. No puede pasarse por alto que el desembolso destinado a acreedores externos e internos es equivalente, por caso, a atender la totalidad del gasto social alimentario adicional reclamado por las organizaciones sociales, el cual se reclama por los resultados nefastos en materia de empleo, cierre de fábricas y de actividad de las reformas estructurales iniciadas a partir de finales de 2015”. El informe indica que no sólo se están dejando de girar recursos a la protección social sino que no se está avanzando en obras de infraestructura estratégicas para incrementar la competitividad de la economía. “Son muchos recursos que podrían estar destinándose a la ampliación de obras energéticas paralizadas en 2017”. El director del Observatorio de la Deuda, Arnaldo Bocco, planteó algunas tensiones claves sobre el papel de la deuda para sostener el desorden de las cuentas públicas y macroeconómicas. “En un contexto de marcado deterioro de los equilibrios financieros y fiscales, la economía avanza en el segundo semestre con señales inestables y negativas en el escenario fiscal y en el sector externo. En ambos frentes el déficit presiona sobre el Estado para cubrirlos con mayor emisión de deuda externa. Se espera además un incremento en el endeudamiento en 2018, vista la marcada crisis que produce el saldo negativo de la cuenta corriente”. Detalló que el Gobierno generó una importante reducción de ingresos fiscales por la eliminación de las retenciones y la caída de la recaudación. “El Gobierno hizo de la colocación de deuda externa su principal mecanismo para financiarse”, mencionó. El documento de la UMET alerta sobre el círculo vicioso del endeudamiento externo para los próximos años y destaca que en 2018 los recursos destinados a cubrir necesidades del frente externo, entre las que se subrayan el pago de deuda y la fuga de capitales (ver aparte), irán en aumento. “El piso de las necesidades del frente externo no será menor a 35.000 millones de dólares en 2018, lo que representa un 6, 5 por ciento del PIB”, detalló. Agregó que “volcar estos recursos a la inversión significaría darle un insumo fundamental a la readecuación del aparato industrial y productivo, un proceso necesario para la impostergable modernización del sector manufacturero, clave para el funcionamiento del mercado interno, el consumo y el empleo y base de la organización económica nacional”, cerró.

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