Es la primera vez que se aleja tanto de Pía, su segunda hija de apenas cinco meses, nacida en París. La que cumplió el pedido de Mía, la primera, de cuatro año, madrileña, que tanto insistía en tener una hermanita. La que permitió que Ángel Di María y Jorgelina Cardoso pudieran vencer los miedos de volver a ser padres. “Para nosotros era muy importante que pasara los primeros seis meses, por lo que había sucedido con Mía (nació prematura y peleó por su vida durante dos meses). Además, en el medio, mi mujer había perdido un embarazo de mellizos. Pero por suerte salió todo bien. Llegó cuando debía hacerlo. Y nos hizo muy felices”, cuenta él, el mejor socio de Messi, uno de los pocos que se atreve a decirle “Enano”, ese apodo cariñoso que también utiliza Chiquito Romero. “Es por la confianza que tenemos. Con Leo hace diez años que jugamos juntos en la Selección. Desde el 2008, en los Juegos Olímpicos”, recuerda. Di María sonríe. Se acomoda en una de las oficinas del enorme predio del City y se muestra relajado en la charla con Olé. Se le iluminan los ojos cuando habla de sus hijas. Pero dice, convencido, que ya no habrá heredero. “¿El varón? Nooooo. Se terminó, se cerró ahí. Creo que no. Bah, te diría que no, jejeje”, reafirma. Pero está claro que ellas dominan su mundo. Un mundo que, inevitablemente, está asociado a la pelota. Y, también juega con eso. -Mía ya llegó a una final, ¿qué le espera a Pía? -Y... Ojalá que venga con la Copa debajo del brazo, que no sólo sea nuestro año sino el que todos los argentinos esperamos. -¿Qué los lleva a volver, qué los hace insistir? ¿Que esta camada tenga por fin su premio? -Somos cabezaduras. Queremos seguir, lograr lo que a cualquier jugador le gustaría con la camiseta argentina. Muchos ya lo conseguimos en las categorías chicas, la Sub 20, la Sub 23. Pero hacerlo en la Mayor sería único. Por eso estamos acá. Y vamos por más. -¿La gloria no se negocia por más sufrimiento que exista en el camino? -Lo que pasa es que sentimos que estamos ahí, que estamos cerca del objetivo, en el último paso, el último escalón... No es fácil jugar tres finales, pero creemos que podemos volver a hacerlo y esta vez lograr la meta. Eso es lo que te lleva. Y el escudo también, claro. Jugar con esta camiseta es maravilloso. -Vos fuiste el primero en decir que, por ese trauma de las finales perdidas, tuviste que ir al psicólogo. -Es que no es fácil haber jugado esas tres definiciones y fracasar. Porque fue un fracaso al fin de cuentas: llegaste, pero no lograste el objetivo. Entonces, se te cruzan muchas cosas por la cabeza. Como a Leo se le cruzó dejar la Selección y a muchos de nosotros también, aunque sin decirlo. Cada final que pasaba hacía que fuera más difícil seguir. Pero uno trata de ayudarse, de levantarse. Y a mí me hizo bien hacer terapia para tratar las pequeñas cosas que yo sentía. -¿Fuiste especialmente para tratarte por la Selección? -En general, pero basado en la Selección, sí. Al fin y al cabo, lo que rodea tu vida es el fútbol. -Sin entrar en detalles tan íntimos, ¿qué fue lo primero que le planteaste al psicólogo, lo que más te torturaba? -Un poco las finales y otro poco, las críticas malas. Porque aunque no quiera, uno lee, mira, escucha. Y hay críticas que, por la manera en la que se dicen, tomás bien. Pero otras hacen daño. Te llevan a dudar de vos, me preguntaba si esto era para mí... -¿Seguís yendo a terapia? -No, porque sentí que era lo que necesitaba en ese momento. Si siento que lo necesito otra vez, volveré. Pero la verdad es que hoy estoy muy bien. -¿Jorgelina, tu mujer, qué opinaba? Te impulsaba a seguir o te decía: “Basta, Ángel, ya está”? -Ella, mi familia, todos, me decían que siguiera. Era imposible dejar. No sólo por ellos, también por mí. A mí no me gusta fracasar, no me gusta perder y sé que estuvimos tan cerca de lograrlo, que sentimos que se nos puede dar. -Te pregunto por Jorgelina porque ella se encabrona bastante cuando te critican y hasta lo escribe en sus redes... -(Se ríe) Se le sale la cadena de vez en cuando, pero es normal. Hay muchas mujeres de jugadores que escriben, incluso mis hermanas también. Pero por ahí no salen porque no son tan conocidas o no las siguen en las redes. Pero a mí mujer las siguen bastante, je.. -Y cuando eso pasa, cuando escribe, ¿vos qué decís? -Yo la banco, es normal porque son cosas que puede hacer cualquiera. Pasa que te ven sufrir, ven que estás mal y a ellos les duele. Muchos piensan que uno pierde, llega a la casa y se olvida. Y no es así. Mi mujer me tiene que ver con cara de ojete, las nenas también. No es fácil desconectarse. -¿La clasificación al Mundial te ayudó un poco a liberarte? -Sí, porque la presión era grandísima. Podíamos quedar afuera, podía terminarse el ciclo de los más grandes... Era duro de asimilar. Pero a partir de la clasificación nos liberamos. No sólo yo, Leo, todos... -¿Y puede servir como quiebre esto para el Mundial? Haber llegado a ese punto límite y pasarlo. -Sí, puede que ayude. Contra Rusia ya hicimos un gran partido, jugamos más sueltos. Y ante Nigeria fue un muy buen primer tiempo, aunque después lo dieron vuelta. -Hoy Sampaoli dijo que es injusto que los consideren perdedores. -Por eso digo. Hay críticas positivas y negativas. No creo que seamos perdedores. Perdimos tres finales sí, pero no por eso nos tienen que decir así. -¿Te pusiste a pensar si para vos Rusia es tu último Mundial? -Trato de no pensarlo demasiado, aunque a veces se me cruza que puede ser el último. Por la edad o porque si las cosas no se dan como esperamos, se terminará esta camada. Pero trato de vivir el momento, de estar cerca de otro Mundial y de disfrutarlo. Me tocó estar en dos, en uno me fue más o menos y en el otro bastante bien. -Muchos creen que si hubieses jugado la final vs Alemania, Argentina ganaba. -No perdimos porque haya faltado yo. De hecho, en la final Enzo Pérez hizo un partidazo. Y fue nuestro mejor encuentro en el Mundial. Sí me me duele, sí me reprocho y hasta me doy la cabeza contra la pared porque era el mejor momento del equipo, se lo veía fuerte y yo justo me caigo. -Darías lo que fueras por otra final... -Hubo una, la de Chile, en la que sí estaba al 100% pero me lesioné a poco de empezar. Son cosas que pasan y estoy trabajando para eso, para que no vuelva a suceder. -Entre los placeres que sí da la Selección, además de orgullo, imagino que está jugar con Messi. -Sí, yo amo jugar con el Enano, es espectacular, inolvidable. Es algo que le voy a poder contar a mis hijas: estuve ahí, compartí cancha con él. Fue lo mejor que me pasó en el fútbol. -¿Y ser su mejor socio también? -Eso me lo dicen mucho. Pero trato de darle siempre línea de pase. Como digo siempre en joda: corro al espacio para que él decida qué quiere hacer, si patear al arco, tocar o gambetearse a tres y darle. -¿Pero sentís que sos al primero que se la da? -Sí, claro, Y me da orgullo. Sé que cada vez que la tiene, me busca. Y yo lo busco a él. -Alguna vez dijiste que tratabas de copiarles movimientos a Jordi Alba o a Neymar para ayudarlo más a Leo... -Son muchas cosas que también nos marca Jorge (Sampaoli) en las prácticas. Que hay que darle a Leo línea de pase, estar disponibles para que él pueda hacer lo que quiera o tener una segunda opción. A mí me gusta mirar fútbol. Y miro mucho al Barcelona. No sólo por Leo. Por los movimientos. Cuando estaba en el Real miraba otros equipos. Siempre algo aprendés. -¿Con Neymar hablan también de él? -Con Ney, la verdad, no tenía relación, pero me pareció un chico espectacular, muy humilde y, como todo brasileño, muy jodón. Y hablamos de Leo, sí. Lo quiere mucho y está muy agradecido de lo que hizo por él. -Cuando Sampaoli dice que el fútbol le debe un Mundial a Leo. ¿Ustedes también sienten que hay que ayudarlo a que eso pase? -Sí, claro. No hay dudas de que el fútbol le debe un Mundial a Leo, por todo lo que hizo y logró en su vida. Y por supuesto que queremos ayudarlo. Aparte, si lo gana él, al fin y al cabo los ganamos todos, je. -¿Sampaoli es un técnico distinto a los que tuviste? -Sí, es diferente a los que me tocó. Mira muchos videos, está atento a todas las cosas del rival, y es importante tener un DT que te ofrezca muchas cosas diferentes en un partido. Eso es algo que se hace en Europa y él tiene mucho de eso. -Ayer dijo que notaba que su idea de juego a ustedes los seducía... -Sí, nos gusta mucho. Pensar más en el arco rival que el nuestro. Ojo, quizás te puede pasar que equipos como España te tiren un poco para atrás por el manejo de pelota que tienen. Pero es importante tener la cabeza en el arco rival y que los demás equipos se preocupen más por nosotros que nosotros por ellos. -Para muchos, Argentina no es tan candidata el título. ¿Para ustedes? -Puede ser que no sea candidata por cómo clasificamos o cómo veníamos jugando antes de la llegada de Sampaoli. Pero tener a Messi te da un plus. Y tenemos jugadores que siempre están en los mejores clubes. Eso te hace candidato. Pero debemos pensar y hacer las cosas bien de a poco. -Si hoy pudieras elegir cómo te gustaría que te recuerden en la Selección, ¿qué dirías? -No lo pensé... Es medio complicado. Pero me gustaría que me recuerden por haber ganado la Copa del Mundo... MANCHESTER (ENVIADO).
"Quiero que me recuerden con la Copa del Mundo"
Di María acepta que están seducidos por la idea de Sampaoli. "Es diferente", lo elogia mano a mano con Olé. Fracasos, terapia y lucha del socio de Messi: "Queremos ayudarlo a ganar el Mundial". Es la primera vez que se aleja tanto de Pía, su segunda hija de apenas cinco meses, nacida en París. La que cumplió el pedido