Mauricio Macri recibió 48 horas después del escrutinio provisorio un informe del Ministerio del Interior con el detalle del ingreso de telegramas versus carga en el sistema informático donde se observa, claramente, la perfecta concordancia entre ambos. Es decir, que no hubo manipulación de la información sino una estricta evolución de los datos de acuerdo a la doble carga aleatoria, verificada y totalizada, que inmediatamente después se pone a la comunicación pública. Infobae accedió en forma exclusiva a ese informe que requirió el mismo Presidente al ministro del Interior, Rogelio Frigerio, luego de que Cristina Kirchner anunciara que había ganado las elecciones y denunciara que "sabían que que estaban perdiendo la elección y por eso manipularon las reglas de juego", en alusión al resultado que se fue achicando a medida que avanzaba la noche y que concluyó con una leve ventaja para el oficialismo, contabilizados el 95.68% de los telegramas recibidos. Según un funcionario que es consultado en forma permanente en asuntos electorales, Macri quiso conocer cómo había sido el escrutinio provisorio en las PASO anteriores, y allí el cuadro que se le mostró es contundente: en el 2015, de 34.502 mesas fueron escrutadas 32.917, o sea, el 95.41%, un porcentaje muy similar, incluso algo menor que en esta ocasión. De las 1.537 mesas no escrutadas en estas elecciones primarias por el conteo provisorio, 547 fue porque la suma de votos fue mayor a la de los que votaron, 48 porque no tenían datos y 942 porque los telegramas no fueron enviados. Pero lo verdaderamente contundente son otros dos cuadros sobre estas elecciones que acompañan esta nota. Por un lado, el que refleja la variación porcentual de la carga por candidaturas, que muestra la manera en que la línea Cambiemos y la línea Unidad Ciudadana se fueron encontrando a partir de la 1.30 de la mañana, cuando el recuento estaba en el 87.6% de los votos. Por otro lado, la evolución de la carga de votos en la primera vuelta y en la segunda vuelta de las elecciones generales presidenciales del 2015, donde se observa un trayecto muy similar de Cambiemos y el FPV al que se vio en esta oportunidad. Es decir, que Cambiemos arrancó siempre más arriba y terminó más abajo, en una trayectoria inversa a la que siguió el FPV, que siempre arrancó más abajo y terminó más arriba. "El Presidente está tranquilo porque sabe que se actuó con transparencia y sin ninguna especulación", dijo el funcionario, que también agregó: "Él no quería que se vuelva a votar así en el 2017, es una frustración para todos, pero la responsabilidad no es nuestra, sino del peronismo y, más específicamente, del kirchnerismo". En efecto, Cristina dijo muchas veces que le gustaba el sistema de boleta partidaria porque permite que hacer campaña a la usanza tradicional en los barrios. Para Macri se trata de una forma de votar obsoleta y muy cara, que supone un gasto en papel contrario al medio ambiente, además de un esfuerzo fenomenal en materia de movilización de recursos humanos, que los pequeños partidos no están en condiciones de realizar. En esta elección, sin embargo, hubo algunas particularidades que no existieron en tiempos K. Por ejemplo, los apoderados partidarios recibieron el lunes 14 de agosto un pen drive del Correo Argentino con todas las incidencias del escrutinio provisorio en la provincia de Buenos Aires y un detalle de las mesas de donde recibieron 0 voto, 281 de Unidad Ciudadana y 407 de Esteban Bullrich. Lo pudo constatar Transparencia Electoral, la organización civil que fue contratada, también por primera vez, para la realizar una auditoría del escrutinio provisorio, o sea, para que audite el trabajo del Correo y de Indra. "Cuando termine el escrutinio provisorio en la provincia de Buenos Aires habrá algo así como 450.000 votos más, que provendrán de las mesas sin procesar y los votos de los ciudadanos privados de su libertad, que se distribuirán entre los candidatos casi en la misma proporción actual", explica el informe. En el informe preliminar de la ONG que promueve los comicios limpios en Argentina y la región, al que Infobae también accedió en forma exclusiva, adelanta que "siendo que ascienden a 633 las mesas que quedaron sin escrutar de la Tercera Sección Electoral, es probable que pueda favorecer levemente a los candidatos de Unidad Ciudadana". Las mesas con 0 voto a los grandes partidos deben ser controladas especialmente, primero observando si hay divergencias entre el telegrama y el acta de votación y, eventualmente, abriendo la urna para volver a realizar el conteo si se siguen encontrando inconsistencias. Por eso el Correo Argentino dispuso, por primera vez, que los partidos tengan anticipadamente estas mesas, para que redoblen el control y para que tomen medidas especiales en las elecciones generales. Lo curioso es que el kirchnerismo denuncie como "fraude" información que entregó el mismo Correo y que, por otra parte, es un problema que se repite en todos comicios por las grandes limitaciones del sistema electoral argentino. Transparencia Electoral realizó una auditoría en 15 distritos de todo el país, instalando fiscales en los principales centros de distribución y digitalización, donde pudieron constatar las condiciones de seguridad (asunto central para el normal desenvolvimiento del proceso) y que los bolsines con los telegramas que llegaron en sobres perfectamente sellados se abrieran frente a los fiscales partidarios. Solo en Santa Cruz y Formosa no les fue permitido realizar las tareas de control. En el caso de la provincia de Buenos Aires, los auditores de Transparencia Electoral se ubicaron en La Plata, Avellaneda, Ramos Mejía, Vicente López y Olivos. El escrutinio provisorio es el momento más frágil del comicio, y el que exige mayores controles, porque no es legal y forma opinión pública, ya que se hace digitalmente y en pocas horas. Recién el escrutinio que realiza la justicia electoral es el definitivo. Explicó Leandro Querido, titular de Transparencia Electoral: "Ante un resultado tan ajustado, es normal que el principal partido de oposición esté concentrando esfuerzos en recuperar la mayor cantidad de votos posibles, que normalmente quedan sin contar por el gran sesgo territorial que tiene la elección en el conurbano de la provincia de Buenos Aires, es decir, por la dificultad de que los resultados de las zonas más empobrecidas lleguen en tiempo y forma a los centros de digitilización". Desde La Plata, el apoderado de Cambiemos en la provincia de Buenos Aires, Patricio Blanco Ilario calcula que en el escrutinio definitivo se están auditando 2500 mesas por día, a razón de 300 por hora. Ayer sábado estaban abocados a terminar con el conteo de la Primera Sección Electoral y consideraba que hoy domingo podrían terminar con la Segunda Sección Electoral. Es decir, mañana lunes podrían empezar la Tercera Sección Electoral, donde el kirchnerismo espera descontar la diferencia. "Hasta ahora todo viene muy tranquilo", dice el abogado de 34 años, afiliado al PRO hace cinco años. Blanco Ilario coordina un equipo de 80 personas, 60 que forman parte del "equipo recinto" que monitorea las 30 mesas simultáneas donde se hace el escrutinio definitivo (en el Teatro Argentino), más 16 auxiliares "planilleros" (los que detectan las actas con problemas) y 4 apoderados. Son los recursos humanos mínimos que se necesitan para controlar las urnas durante quince días, sin feriados. Para un partido de oposición es un gran esfuerzo. Para un partido chico que no tuvo la posibilidad de tener contratos gubernamentales se trata de algo inviable. Digámoslo de nuevo. El sistema de votación argentino favorece al que está en el poder, no tanto por la manipulación informática que es muy difícil de practicar y controlable, sino por la exigencia de una estructura logística que muy pesada desde afuera del Estado. Este Gobierno, por cumplir una promesa de campaña, se animó a proponer una reforma electoral que beneficiaba a la oposición y ponía el control del escrutinio en manos de la justicia electoral. Solo una Cristina enceguecida, con dificultades de leer la realidad, se pudo perder la oportunidad de tener condiciones más equitativas en el comicio. Claro, estrenó rol opositor en esta elección y todavía no está del todo acostumbrada.
Exclusivo: el informe que Mauricio Macri tiene sobre el escrutinio provisorio bonaerense
Demuestra que no hubo manipulación. La auditoría que, por primera vez, contrató el Correo Argentino, dice lo mismo. Cristina se equivocó al apoyar la boleta partidaria y no aceptar ninguna reforma