Era el año 2004 y el país entero estuvo en vilo por la hermosa beba de 18 meses que necesitaba urgente un corazón. El equipo de cirujanos del Hospital Garrahan practicaron aquella vez el primer trasplante coronario con un órgano no compatible. La familia esperaba un milagro y los médicos lo hicieron realidad. La implantación del corazón de Ayelén en el cuerpo de Abril fue una hazaña médica local sin precedentes. La ahora adolescente nació completamente sana, pero cuando tenía apenas un año fue infectada por un adenovirus que se alojó en su corazón provocándole una cardiopatía que se agravó hasta dejarla en estado de emergencia nacional. Sergio Dispenza, el papá de Abril, destaca la valentía de los cirujanos Horacio Vogelfang y Gerardo Naiman cuando le dijeron que estaban estudiando un protocolo canadiense de trasplante con sangre cruzada del que sólo había dos antecedentes en el mundo. “Más allá de la magia de sus manos, si dejaban pasar el órgano, mi hija se moría, ellos se arriesgaron y Abril ya cumplió 15 años”, celebró Sergio. La fiesta de Abril fue pura emoción. Es costumbre que las quinceañeras entren a su fiesta del brazo de su padre, pero ella eligió a Enrique Pereyra, el papá de Ayelén, la beba cuyo corazón latía en su pecho esa noche. Ayelén era una pequeña de 18 meses que luchó por su vida durante siete días debido a una fractura de cráneo masiva tras un terrible accidente de tránsito en Santiago del Estero. En el acto, habían muerto su madre y su hermana mayor. La decisión de incluirlo de forma tan activa en la celebración tomó a Enrique por sorpresa. Ante la propuesta que le hizo Sergio cinco minutos antes de la fiesta, Pereyra dijo que ese lugar le correspondía al padre a Abril, a lo que él respondió: “Los dos somos sus papás”. Entonces, aceptó emocionado y dijo: “Será un honor”. Abril ya es una mujercita que quiere ser médica porque gracias a la proeza de la medicina logró sobrevivir. Una buena inspiración también son los médicos del Hospital Garrahan que la atienden desde que era bebé, y que también fueron invitados a la fiesta.
Abril, la beba por la que el país pidió un corazón, entró su fiesta de 15 con el papá de su donante
El suyo fue un trasplante inédito en Argentina y su historia impulsó la Ley del Donante Presunto.