Política

De Vido suma apoyos de ex aliados y el Gobierno admite que no podría echarlo

Diputados de Santiago y Misiones, provincias que recibieron fondos millonarios de Planificación, avisaron que no votarán su expulsión. La impensada ayuda desde la izquierda.

Salvado. Así estimaron en Cambiemos que estará Julio De Vido este miércoles, en la sesión que impulsará el oficialismo con el objetivo de expulsarlo por “indignidad”. Con los últimos pronunciamientos de bloques con pocos integrantes pero decisivos, referenciados en gobernadores u hombres fuertes en las provincias y con vínculos con el ex ministro, la cuenta del macrismo para alcanzar los dos tercios de los votos se hizo aun más cuesta arriba. Tanto que referentes del PRO y la UCR ya casi descontaron que no llegarán y aseguraron que de todos modos sostendrán la convocatoria para generar un costo político a parte de la oposición. Apenas mantendrán una última expectativa por eventuales ausencias en el Frente para la Victoria, aunque deberían ser muchas para habilitar la remoción. “Si va la mayor parte del bloque kirchnerista, el Evita, los provinciales que juegan con ellos y la izquierda, no hay manera: lo tienen salvado”, admitió a Clarín uno de los principales dirigentes del interbloque oficialista. El repaso de la contención que impediría el avance sobre De Vido le daba al legislador unos 93 votos, arriba de los 86 necesarios para hacer imposible (sobre el total de 257) los dos tercios. “Espero que todos hagan pública su posición previo a la sesión”, pidió Sergio Massa, en otra muestra de que los cálculos no resultan favorables: UNA, como Cambiemos a favor de la expulsión, se prepara para exponer los apoyos al ex funcionario con cinco procesamientos, a dos semanas y media de las primarias de agosto. En la Comisión de Asuntos Constitucionales podrá haber dictamen mañana en contra de De Vido, pero al día siguiente en el recinto la balanza se inclinaría a su favor por la postura de los pequeños bloques provinciales, una escisión del Frente para la Victoria y el Frente de Izquierda. En los primeros dos casos ex aliados kirchneristas y con buenas relaciones con De Vido, uno de los encargados de girar fondos millonarios a los gobernadores durante 12 años. “El artículo 66 de la Constitución no deja dudas en cuanto a la inconstitucionalidad de una eventual remoción del diputado De Vido. Nuestro bloque no va a acompañar una exclusión, sea quien sea, que se pretenda aprobar en contra de un precepto constitucional”, expresó el Frente Cívico por Santiago con la firma de su titular, Cristian Oliva. Con seis integrantes, el bloque responde a Gerardo Zamora, ex gobernador y presidente provisional del Senado en el final del mandato de Cristina. Tampoco votarán la expulsión los tres diputados del Frente de la Concordia Misionero. Ya dejaron trascender que Jorge Franco, titular del bloque, se sentaría en su banca para remarcar las obras que el ex ministro de Planificación gestionó en la provincia y argumentar que “no pueden juzgar moralmente” los casos que tendrá que resolver la Justicia y que luego lo más probable será que se ausente del recinto, lo mismo que el ex gobernador Maurice Closs y Silvia Risko. Compromiso Federal, también con tres miembros, mantenía el misterio aunque en Cambiemos no los cuentan por el acuerdo electoral con el kircherismo. Desde la izquierda ya se habían pronunciado en contra de la expulsión, por considerarlo una “maniobra hipócrita” y que podría funcionar como “precedente” contra ese espacio. Tres diputados adelantaron el rechazo y Juan Carlos Giordano aseguró que se abstendrá, pese a la discusión sobre si estará habilitada esa posibilidad. De cualquier modo, en los hechos funcionaría como un voto en contra porque sumará como presencia y no como positivo para los dos tercios. Los cinco del Movimiento Evita, un desprendimiento del Frente para la Victoria, tampoco apoyarán la expulsión. “Es un acto de campaña en el recinto, inconstitucional, pero tenemos el número”, mostró confianza Teresa García, del FPV, en que De Vido seguirá siendo diputado, y relativizó el costo político que el oficialismo y otros espacios buscarán provocar una vez que el tablero marque el resultado de la votación o incluso antes, como pidió Massa: “La gente está harta de denuncias”. El debate en torno a la situación de De Vido en la Cámara se precipitó a partir del pedido de indagatoria, desafuero y detención del ex ministro por parte del fiscal Carlos Stornelli, por presunta malversación de fondos que debían destinarse al complejo Río Turbio. Cuando el juez federal Luis Rodríguez no hizo lugar a esa solicitud, Cambiemos decidió activar las iniciativas para avanzar con la expulsión. “Con el pedido de detención, nuevos procesamientos y la elevación a juicio oral por Once para nosotros es insostenible y no tenemos que estar contando los votos, que quede en evidencia quién está de cada lado”, insistió un hombre del oficialismo, decidido en principio a ir este miércoles al recinto aun sin llegar a los dos tercios. La alternativa de postergar la sesión se barajó ante la posibilidad de no contar con asistencia perfecta del macrismo, el radicalismo, la Coalición Cívica y otros aliados, aunque desde la Casa Rosada intensificaron la exigencia para que estén todos, unos 87. Con el massismo, el Bloque Justicialista, Progresistas y algunos aliados podrían rondar los 150 votos, lejos del número de 172 que aseguraría la remoción. “Si ellos tienen ausencias podemos acercarnos”, mantuvo el oficialismo algo de expectativa, aunque mínima.

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