SANTIAGO, Chile. - Dos veces intentó Sebastián Piñera pactar una cita privada con el papa Francisco antes de su viaje a Chile y las dos veces la respuesta fue negativa. El equipo del presidente electo de Chile consideró que era pertinente tener una reunión, pero el protocolo del Vaticano no lo permitió, explicó el canciller chileno, Heraldo Muñoz. La explicación no pasó inadvertida y José Miguel Insulza, exsecretario general de la OEA y recién electo senador en Chile, dijo que a él le parecía que "como jefe de Estado" el Papa debería recibir al presidente electo. "El Estado Vaticano tiene relaciones con Chile y se va a tener que entender con este caballero en dos meses más. Es raro desde el punto de vista protocolar, es extraño y espero que lo corrijan", señaló. Ayer en el Palacio de La Moneda, el papa Francisco pronunció el primer discurso de su gira frente a Michelle Bachelet, que era la anfitriona, y Sebastián Piñera, que estaba en primera fila. Al entrar, Bergoglio le entregó una medalla vaticana a Piñera y luego otra a su esposa. Iban en una caja blanca que al menos el mandatario electo se empeñó en abrir de inmediato, mientras el Papa siguió rápidamente apretando manos y riendo con bastante más ánimo cuando saludó al expresidente Ricardo Lagos. "Papa saluda a Piñera a lo Bielsa", tituló el diario electrónico El Mostrador, aludiendo a la vez que el exentrenador de Chile fue a la sede del gobierno y dejó al entonces presidente con la mano estirada. "Creo que el Papa como jefe de Estado Vaticano sabe que su interlocutor va a cambiar en dos meses. Por lo tanto, es una relación que se puede empezar a cultivar y si hay algún progreso que se debió realizar, tuvo que ser con Piñera. Era oportuno y generalmente es una práctica diplomática. Lo lógico es hacer un gesto al que entra. ¿Qué pudo haber pasado? Uno podría atribuirlo a una señal política o a inexperiencia, pero sería muy raro", explicó a LA NACION el politólogo Fernando García Naddaf, de la Universidad Diego Portales y Alacop Chile (Asociación Latinoamericana de Consultores Políticos). García Naddaf agregó que una de las primera facultades de Piñera será nombrar a los embajadores, y que una reunión con el Papa pudo servir para presentarle a su próximo interlocutor en la Santa Sede. También considera que hubo frialdad al momento del saludo; "contrasta con el del expresidente Lagos, mucho más cordial y con cierta complicidad. Es sin duda un saludo frío". El senador opositor Francisco Chahuán dijo a LA NACION que "por supuesto habría sido útil" que el Papa se reuniera con el presidente electo. "Claramente fue una oportunidad que podríamos haber tenido para profundizar su visión respecto de los cambios que el país necesita", agregó. Chahuán también considera que hay señales claras que Francisco dio a la clase política y a la sociedad civil. Le llamó la atención, por ejemplo, que pusiera énfasis en la responsabilidad que le corresponde "a un país que ha cambiado rotundamente y que tiene una desconfianza instalada a nivel personal e institucional".