Economía

Emerge el Iceberg

Desde 1998, cuando Maurizio Macrì era su vicepresidente ejecutivo, Sideco Americana es socia de Odebrecht en el fondo de inversiones Blackwood. Lo conocido hasta ahora es menor ante los negocios de energía, construcciones, petróleo y gas, consultoría, minería, finanzas, fusiones y adquisiciones, que comparten en Europa, Asia, Africa, Medio Oriente, Norte, Centro, Sudamérica y el Caribe. Kirchner decía que Maurizio es Macrì. Ahora se sabe que Macrì es Odebrecht. Se entiende la desazón oficial.

La desazón del gobierno nacional ante las investigaciones por el pago de sobornos por parte del consorcio brasileño Odebrecht y la insistencia por derivar de la justicia al Poder Ejecutivo las negociaciones con la megaconstructora brasileña se explican por un dato que hasta ahora no había entrado en el radar público: el Grupo Macrì es socio de Odebrecht en el fondo de inversión Blackwood Group, creado en 1998, cuando el actual jefe de Estado era vicepresidente ejecutivo del holding familiar Sociedades Macrì (Socma). Blackwood es un grupo internacional que manejó diversos fondos de inversión y uno especializado en energía y comunicaciones, con inversiones en todo el mundo. La ley de responsabilidad empresarial enviada por el Poder Ejecutivo al Congreso consiguió media sanción de la Cámara de Diputados, al costo de sacrificar el denominado Artículo Odebrecht, por el cual las negociaciones con la constructora brasileña y sus directivos por hechos previos a su sanción quedarían a cargo del Procurador del Tesoro de la Nación, es decir el abogado personal de Macrì, Bernardo Saravia Frías, designado en reemplazo de Carlos Balbín, cuyo dictamen sobre el Correo Argentino defendía los intereses del Estado que quería y no los de Macrì que se resistía a pagar. El gobierno, por medio de la Oficina de Encubrimiento de la Corrupción, cuya titular Laura Alonso visitó la última semana el Senado, insiste en reintroducir ese artículo clave. Las propinas que un bolsero de Odebrecht dijo haber pagado al íntimo amigo de Macrì que conduce la agencia nacional de espionaje, Gustavo Arribas, la intervención que otro procesado en Brasil atribuye al vividor Jorge Rodríguez y a Javier Sánchez Caballero, principal ejecutivo de la constructora familiar Iecsa, también asociada con Odebrecht para el soterramiento del ferrocarril Sarmiento, son apenas la punta de un iceberg que recién comienza a emerger. Se entiende mejor así porqué un banco caribeño de Odebrecht ayudó a los Macrì a manipular las mayorías en perjuicio de los acreedores en el concurso del Correo Argentino, soportando para ello fuertes pérdidas. Según el dictamen de la fiscal general Gabriela Boquín el Meinl Bank (filial de un banco austriaco en la guarida fiscal de Antigua & Barbuda) compró créditos del BID y del Banco Mundial contra el Correo Argentino por 400 millones de dólares, con la expectativa de recuperar sólo 8 millones. Según Boquín, el banco de Odebrecht “ha votado en forma contraria a su interés, por lo que su decisión equivale a la renuncia al cobro de su crédito”. El Meinl Bank también otorgó créditos a los principales accionistas del Correo, Socma, Sideco e Inversid, todas del Grupo Macrì, con garantía de acciones. Cuando el actual presidente comenzaba su tentativa de desasociar su imagen de la de su padre, Néstor Kirchner acuñó una frase ingeniosa: “Mauricio es Macrì”. Si aún viviera podría agregar: “Y Macrì es Odebrecht”. Estos son los socios que integran el grupo, tal como los caracterizaba en 2011 el propio holding Blackwood: Todos esos socios de Odebrecht (salvo quizás Sofinter), forman o formaron parte del Grupo Macri. Si se cree en las palabras de Blackwood, el grupo busca empresas excepcionales con una clara visión del crecimiento en los sectores en que el holding se especializa, y como “no respondemos a accionistas externos, tenemos libertad para centrarnos en la construcción de relaciones de largo plazo y valor duradero”. Busca inversiones en todo el mundo, no sólo en adquisiciones apalancadas de empresas maduras sino también recientes, fusiones y adquisiciones, inversiones en paquetes minoritarios, asociaciones corporativas o consolidación de industrias. Su actividad principal se centra en Energía, Petróleo y Gas y Minería también se especializa en regiones emergentes y de rápido desarrollo en Africa Occidental, Asia Central y Sudamérica, donde establece asociaciones locales y regionales. Entre las inversiones que menciona hay tres plantas térmicas de ciclo combinado en Nigeria, Ghana y Croacia y concesiones petroleras en Nigeria. Ofrece plantas llave en mano. En tareas de consultoría enumera asesoramiento a la división Energía de Leman Brothers en África, Italia y Gran Bretaña; a Siemens en Afganistán, Libia e Irak; a Philip Holzmann, Hochtief, Isolux Corsan, Grupo Macri, Marsh& McLennan, Italbrokers, en proyectos financieros, de infraestructura, gas y petróleo, energía, minería y seguridad; a los gobiernos de Nigeria, Gana, Libia, Irak, Afganistán, Pakistán, China, República Centroafricana, Camerún, Kazajistán, Japón, Argentina, Brasil, Uruguay, Australia en proyectos de petróleo y gas, energía, infraestructura, finanzas, telecomunicaciones, seguridad y seguros de riesgo político. En Minería declara dedicarse al desarrollo de proyectos de exploración de óxido de hierro, cobre y oro en la Argentina y África y menciona explícitamente las actividades de Minera Geometales, del Grupo Macrì, a través de Sideco Americana, en Mendoza y San Juan. Sus fortalezas –dice– son su habilidad en la consolidación legal de la propiedad y la capacidad de invertir en exploración. Para ello, Minera Geometales “busca inversores que, actuando como socios, ayuden a agregar valor a proyectos lucrativos, de modo de ofrecer oportunidades de negocios a grandes empresas mineras”, lo cual parece el ofrecimiento más explícito posible en un documento público de lobby sobre los gobiernos para obtener concesiones y beneficios. El documento también describe el proceso por el cual Sideco Americana, que en la década de 1960 era una empresa constructora se convirtió en un grupo diversificado que se insertó con éxito en el mercado sudamericano. Su crecimiento se basó en cuatro pilares: su capacidad para generar asociaciones con líderes internacionales; su experiencia para desarrollar las estructuras financieras de los proyectos, incluyendo la implementación de confianza; el management profesional y de alta capacidad; el constante desarrollo de procesos de aseguramiento de la calidad, de modo de cumplir con las necesidades y expectativas de los clientes. También afirma que las principales áreas de negocios de Sideco Americana son Ingeniería y Construcciones, Inmobiliaria, Tratamiento de Residuos, Tecnologías de la Información, Gas Natural Comprimido, concesiones viales, generación y transmisión eléctrica y minería. Incluso se refiere a las leyes 24.196, de estabilidad impositiva; 24.402 de financiamiento de la inversión en bienes de capital; y 24.228 de federalismo minero con miras a la privatización e identifica a la Argentina como la última frontera occidental para la minería. En su presentación el Blackwood Group afirma que no es un típico fondo de inversión que opera con dinero ajeno, sino que invierte el propio; que no está pendiente de las estrategias de salida sino de la creación de valor a largo plazo. No le interesa conducir las empresas sino aportar socios que lo hagan. “No tenemos parámetros estrictos a los que adherir, somos muy flexibles sobre empresas y estructuras de transacción”, una frase reminiscente de la que Groucho Marx empleó para definir sus principios. Al paso de la carrera política de Maurizio Macrì, el grupo familiar se desprendió de algunos de esos negocios y enmascaró la propiedad de otros. * Con la colaboración de Mariana Escalada.

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