El paro de subtes contra las reformas impulsadas por el Gobierno se extendió durante dos horas. Sin embargo, alcanzó para trastocar la rutina matinal de los trabajadores y, además, dejó algunos hechos salientes. Pese a que no hubo incidentes graves, el paro arrancó convulsionado por los empujones entre los metrodelegados y personal de seguridad de Metrovías, que impedían el ingreso a los medios. En medio del tumulto, el representante de los metrodelegados de la línea C, Néstor Segovia, tuvo una brusca reacción contra una mujer que se encontraba en las escaleras de la boca de acceso al subte. Si bien fue un paro programado, las dos horas de parálisis del subte complicaron la mañana de los usuarios. Los trabajadores, minutos antes de las 7, ya hacían vigilia en Constitución aferrados a las cortinas bajas, en la antesala de los molinetes. Ni bien levantaron el enrejado, la gente comenzó una carrera alocada, similar a una maratón. Los andenes rápidamente se poblaron para tomar las primeras formaciones, que viajaron repletas. La medida de fuerza de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (Agtsyp) fue la previa de la marcha de este mediodía al Congreso, organizada por las dos CTA y el sector cegetista que conduce el dirigente camionero Pablo Moyano. En tanto, Metrovías anunció que por el paro realizó "la denuncia ante las autoridades laborales para su inmediata intervención". En un comunicado, sostuvo además que "los motivos planteados por la representación gremial resultan totalmente injustificados para decidir afectar el servicio que utilizan alrededor de 40.000 personas en esa franja horaria para trasladarse por la ciudad".
