El fiscal federal Eduardo Taiano sospecha que los ex custodios de Nisman Rubén Fabián Benítez, Néstor Oscar Durán, Luis Ismael Miño y Armando Niz -que serán indagados por incumplimiento de los deberes de funcionario público- guardan secretos, por lo menos, vinculados con los servicios de inteligencia. Benítez es el policía al que Nisman le preguntó si le prestaba su arma reglamentaria el 17 de enero del 2013, un día ante de su muerte violenta. Y Miño y Niz eran quienes fueron el domingo 18 a buscarlo a las 11 y esperaron más de 10 horas antes de entrar a su departamento. Es más, Niz fue el que llegó con Sara Garfunkel -madre del ex fiscal de la AMIA- hasta el baño de las torres Le Parc donde estaba el cadáver con el balazo en la cabeza. Entre el 20 y 21 de este mes, estos cuatro suboficiales de la Policía Federal serán indagados por el juez federal Julián Ercolini, quien tiene la causa por la muerte violenta de Nisman. Y Taiano espera que revelen algunos secretos del submundo del espionaje que ya aparecen en varios indicios recolectados en la causa. Ayer sus domicilios fueron allanados por Ercolini y se le secuestraron celulares y una computadora. La mayor esperanza del fiscal está sobre Miño, quien además de ser policía en actividad, en el 2013 prestaba funciones como custodio del empresario Juan Navarro y mantenía una estrecha vinculación con la flota de teléfonos registrada a nombre de Héctor Osvaldo Goncalves Pereira, quien falleció el año pasado en un tiroteo con piratas del asfalto. Desde enero del 2013, los cuatro están en disponibilidad, el paso previo al retiro. Si eventualmente son procesados por Ercolini, pasarán a retiro y puede también sufrir sanciones administrativas. “Si saben algo, les conviene contarlo ahora”, dijo a Clarín una alta fuente del Gobierno que conoce la causa. La flota de Goncalvez Pereira tenía telefónos registrados a nombre de ex policías, entre ellos el hermano de Luis Miño” Carlos Miño, y/o personas vinculadas a servicios de inteligencia -conforme lo manifestado por Antonio Horacio Stiuso”, dijo Taiano. La pregunta que se hacían ayer en el Gobierno es si Miño era un informante inorgánico de la SIDE de Stiuso cuando este fue echado por Cristina Kirchner en diciembre del 2014, “¿habrá pasado a reportar al nuevo jefe de la SIDE Oscar Parrilli o al jefe del Ejército, general César Milani?”. Estos policías seguramente serán procesado por incumplimiento de los deberes de funcionario -que tiene una pena máxima de 3 años- porque queda claro que actuaron, por lo menos, con negligencia. Aunque es cierto que Nisman los maltrataba, los insultaba y eso les creó una conducta pasiva como custodios del hombre más importante de la Argentina en aquel mes de la denuncia contra Cristina Kirchner por encubrimiento de Irán en la causa AMIA. En las conversaciones intervenida por la Justicia del teléfono de Luis Miño hay una del día 19 de enero de 2016, cuando hablaba telefónicamente con un oficial superior de la Federal. En ella Miño revelo “mire ese día vine y me comunique con un boga de la Corte que esta con mi hermano y que se yo, le explique y me explico lo mismo que me explico usted. Que lo conoce a usted. Y el tema de Armando, Armando es muy especial, pero bueno bueno”. En otra charla, Miño dijo que “…quiero que usted le avise, no quiero pasar, porque yo me manejo así, sabes lo que pasa, que en la vida ya nos manchamos demasiado con Armando somos viejos de mierda, usted en maniero viejo, nosotros somos manieros viejos, por ahí capaz tiene un poquito más de categoría…” La relación de Luis Miño con sectores de la comunidad de inteligencia ya se conocía en la causa. En su declaración testimonial ante la jueza Viviana Palmaghini -la primera que tuvo la causa Nisman-, Goncálvez Pereyra había dicho en el 2015 "que tenía una flota de Nextel a su nombre y uno es el que (Luis) Miño se conecta cuando ya aparece sin vida Nisman". Y a partir de esa comunicación, se conectan con el teléfono de Stiuso y paralelamente, hablan Milani con el dos de la AFI, Juan Martín Mena, y otras comunicaciones inhabituales en un fin de semana. Goncálvez Pereyra explicó que las empresas de seguridad Vesuvio y PCDA le brindaban servicios al Exxel Group de Juan Navarro. Dijo que Carlos Miño, hermano de Luis trabajaba con él en esas empresas desde que se retiraron de la Policía Federal. Goncalvez Pereyra había dicho que el número de Nextel que estaba en su nombre y se activó en esa red de llamadas entre espías se lo entregó Eugenio Ecke a Carlos Miño. Recordó que Ecke le compró un equipo de teléfono de alta gama (marca Airon Rock) el 30 de diciembre por 8 mil pesos y que no lo pagó la empresa Exxel “sino que Ecke se hizo cargo”. Preguntado por la fiscal, Goncalvez dijo que Ecke era amigo de Claudio Picón, quien prestó un Audi que usaba Nisman. En realidad, fueron más que amigos. Ecke y Picón fueron socios en las empresas Easy Pack, Control Bag y Starpack. Pero lo más importante es que Ecke participó de la empresa de seguridad privada Bluehawk Consulting. En su testimonio ante Palmaghini sobre una “guerra” de espías antes de la muerte de Nisman, Stiuso habló de “grupos de inteligencia paralelos” entre los que nombró a la empresa de seguridad privada Dark Start a la que implicó en un supuesto seguimiento ilegal de Nisman antes de su muerte que, dijo, se demuestra con el virus que el fiscal tenía en su celular. Pero lo más inquietante fue que, además de a Pocino y a Milani, vinculó con esa empresa al ex jefe de Gabinete Aníbal Fernández sin dar detalles. En su dictamen del lunes, Taiano reveló que Miño se contactó en el 2016 con un comisario de la Policía Federal Argentina asignado a una dependencia relacionada al “Ministerio Público” para hablar de su llamado a indagatoria. En esta conversación habla sobre el delito del que sería acusado y Miño manifestó “No hay delito si acá … acá es lo importante como yo la otra vez … que el sub y usted me lo explicaron quería, quería ver, bueno, este es un eh quería ver si algo excarcelable…” . Luego Miño mantuvo una comunicación con una persona de apellido “Soto” a quien el custodio referencia como “Jefe”, en la cual este último le acercó el contacto de un abogado de su confianza, ofreciéndose, inclusive, a pagarlo por su propia cuenta. Después, Miño le consultó a “Soto” si se había contactado con el comisario mayor Rinconsky de esa fuerza, en relación con su situación y éste le manifestó que debía quedarse tranquilo que él se ocuparía de elaborar un informe que elevaría a su superior personalmente, siendo que además, "las transcripciones telefónicas dan cuenta de reuniones mantenidas por parte de Miño y Niz con sus superiores con anterioridad a su citación indagatoria", dice Taiano. Para el fiscal Taiano, Miño -además- no fue preciso respecto de los abonados telefónicos que “se encontraban a su nombre y principalmente respecto de aquellos que él utilizaba, y le indicó a Benítez que había dado de baja algunas de las líneas en su poder, desconociéndose actualmente el motivo de esta sustitución”. Es decir, el fiscal cree que ocultó teléfonos que podrían ser clave en la investigación.
El fiscal sospecha que custodios de Alberto Nisman tenían vínculos con servicios de inteligencia
Por lo menos uno de los cuatro guardaespaldas trabajó para Stiuso y en el gobierno se preguntan si, también, "eran informantes de Parrilli y Milani".