Sociedad

#LaCampañaDeJustina: tiene 12 años y espera un corazón para seguir viviendo

Desde el 9 de septiembre encabeza la lista del Incucai.

Justina Lo Cane tiene 12 años y desde el 9 de septiembre espera un trasplante para poder seguir viviendo. Cada día que pasa sin que llegue ese corazón para ella, es un día que le juega en contra y es por eso que encabeza la lista de donaciones del Incucai. En las últimas horas, su mamá publicó una carta en la red social Facebook que ya fue compartida por más de 25 mil usuarios. “Les pido que nos ayuden”, escribió. Cuando tenía un año y medio los médicos le detectaron una malformación cardíaca pero controlada y con medicación, el tiempo pasó y su familia abrazó la esperanza de que ya nada malo podía pasarle. Hasta hace dos meses. Entonces su corazón manifestó un agotamiento y en un par de días su estado se volvió crítico. El 7 de septiembre ingresó de urgencia en terapia intensiva en la Fundación Favaloro. El 9 sus órganos se descompensaron, tuvieron que operarla y desde ese momento, está conectada a un respirador artificial con asistencia ventricular. Mientras la pequeña "leona", como le dice su mamá, se aferra a la vida, su familia lanzó a pedido de ella #LaCampañadeJustina para concientizar sobre la importancia de donar órganos. Una cruzada de la que ya se hicieron eco artistas, deportistas, personalidades, medios de comunicación, periodistas y ciudadanos en general. "Día a día su cuerpo se debilita, cuesta más verla sin que los ojos se me empañen", escribió Paola, su mamá en Facebook y concluye: "El 9 de diciembre Justina cumple 13 años, sueño con ese día recuperándose en casa con el corazón ya trasplantado. Necesito creer en esa imagen, necesito saber que mi hija después de tanto sufrimiento va a tener un final feliz. “Les pido que nos ayuden” Mi hija está internada en la Fundación Favaloro a la espera de un trasplante de corazón. Su estado es crítico, día a día su cuerpo se debilita, cuesta más verla sin que los ojos se me empañen. Al año y medio le descubrieron a Justi una cardiopatía, fue un momento doloroso, pero con medicación, el verla crecer y disfrutar la vida, aun alertada por los médicos de que esto podía suceder, pensé o quise pensar que ella siempre estaría bien. Pero hace tres meses todo cambió. Aún recuerdo, terminando las vacaciones de invierno en casa, cuando se descompensó. El 31 de julio pensé "la llevamos, la compensan y listo". Pero la realidad nos golpeó duro, más duro que al año y medio. Justina no podía seguir viviendo con su corazón, necesitaba un trasplante. Llegó la internación, y Justi pintaba corazones llenos de esperanza, se interesaba por otros chicos, como ella a la espera de un órgano, siempre optimista, y yo con ella. El 7 septiembre entró de urgencia a terapia intensiva, el 9 de septiembre estaba en un quirófano luchando por su vida. Todos sus órganos se descompensaron. Los médicos lograron estabilizarla, conectada a un ECMO. Aunque sufrió una trombosis en su pierna derecha, de la que recuperó todo salvo los dedos de su pié. Que se los tuvieron que amputar. Ella pelea poco a poco y sigue adelante, en estado crítico, cada día más. Ha superado todo tipo de inconvenientes. Lleva tres meses en cama. Su piel tiene ampollas. Le duele el cuerpo, el alma. Cuesta contagiarle esperanza, pero ella es una leona y se aferra a la vida. Lucha. Espera. Estoy desesperada, como toda madre lo estaría. Porque la veo ahí, en esa cama, le cambiaría el lugar y daría mi vida por volver a verla despertar en casa, rodeada de sus amigas, escuchando música y pintando. Justina hizo que muchos se inscriban como donantes de órganos en el INCUCAI. Les agradezco enormemente a todos los que verificaron y se registraron. A todos los que difunden su campaña. A todos los que rezan, envían buena energía. Pero necesito que todo se multiplique, una y mil veces más, que todos seamos donantes de órganos, que todos piensen en ella. Y especialmente te pido a vos, de mamá a mamá, si te toca vivir el dolor más terrible de perder un familiar, acordate de mi hija Justina y de todos los que esperan. Podés tener el gesto de amor más grande que pueda existir y multiplicar ese familiar en 7 vidas. El 9 de diciembre Justina cumple 13 años, sueño con ese día recuperándose en casa con el corazón ya trasplantado. Necesito creer en esa imagen, necesito saber que mi hija después de tanto sufrimiento va a tener un final feliz. Se los suplico. Desde el lugar que les toque y como puedan piensen en ella. Muchísimas gracias Paola, la mamá de Justina.

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