Política

“El deseo de no volver atrás es mayoritario en la provincia”

Marcos Peña reconoció que falta que los indicadores económicos se reflejen en el bolsillo de mucha gente. Sostuvo que no hay que preocuparse por la suba del dólar. Aseguró que el Gobierno no quiso polarizar con la ex presidenta. Y dijo compartir lo que piensa la gobernadora sobre la gestión local.

por Ramiro Melucci @RamiroMelucci Marcos Peña se quedó este fin de semana a disfrutar de la ciudad con su hijo de 8 años. Todas las actividades que tenía previstas culminaron ayer, después de recorrer una feria con candidatos de Cambiemos y de encabezar una conferencia de prensa. Lejos del traje y la corbata, el jefe de Gabinete optó por una campera tipo canguro, jean y zapatillas de lona. Un atuendo de campaña similar al que había elegido siete días atrás la gobernadora María Eugenia Vidal. Distendido, como si el aire fresco de Mar del Plata lo alejara del ajetreo cotidiano, repasó con LA CAPITAL parte de la agenda política y económica. – ¿Cuánto pone en juego el gobierno nacional en estas elecciones? – Nos jugamos mucho los argentinos, como en toda elección, porque es la oportunidad que tenemos todos de que nuestra voz valga lo mismo. Es una oportunidad muy buena para expresarse, para revalidar valores y la visión de lo que uno quiere para su sociedad. En ese sentido, creo que esa mayoría de argentinos que respaldó un proceso de cambio tiene la oportunidad de dar un voto de confianza y decir ‘sigamos para adelante’. – ¿La economía está dando los resultados esperados o es más lento el proceso de lo que creían que iba a ser? – Si uno toma en cuenta el nivel de deterioro de la economía cuando llegamos, el hecho de que en un año y medio ya estemos creciendo, con una inflación a la baja, crédito hipotecario, récord de producción en el sector agropecuario, una industria que arranca y empieza a tomar velocidad, la obra pública en marcha, un déficit fiscal bajando, creemos que en la macro se está yendo por un buen camino. Entendemos que todavía falta que eso se sienta en el bolsillo de la gente, en muchos casos, pero estamos muy confiados de que estamos en el camino correcto y de que eso, mes a mes, se va a ir sintiendo cada vez más. – ¿En qué medida preocupa la suba que experimentó el dólar en las últimas semanas? – Estamos tranquilos porque el Banco Central tiene reservas, tiene un equipo idóneo y, a la vez, tenemos un tipo de cambio flotante, que eso justamente permite esa flexibilidad que nos previene de las crisis que nos pasaban antes. Con lo cual, no hay motivo para preocuparse. – ¿El principal enemigo es el déficit fiscal? – Hay dos grandes desafíos que históricamente la Argentina ha tenido que enfrentar y casi nunca lo ha logrado. Uno es cómo tener un acuerdo fiscal que nos permita salir del déficit, bajar impuestos, tener una coparticipación y un federalismo sano. Y por otro lado, el desafío de cómo integrarnos productivamente al mundo. En ambos casos, para generar mucho trabajo y salir de la pobreza. Es todo un equilibrio compartido. En este plan gradual que estamos implementando, lo más importante es la previsibilidad y la constancia. – Con todos esos logros que enumera, ¿por qué cree que la ex presidenta está tan bien en las encuestas, en un plano de paridad con el oficialismo en la provincia de Buenos Aires? – No creo que ella esté tan bien. Creo que ella representa a una minoría muy concentrada geográficamente que junto a sus intendentes y dirigentes revalida una forma de ver la Argentina y la política que hace tan solo algunos años era la ultra mayoría del país. Y es natural que un año y medio después de que ella se haya ido conserve un núcleo de adherentes. Pero claramente creemos que la posición de esperanza por el cambio y de no deseo de volver atrás es mayoritario en la provincia. A las encuestas que salen publicadas hay que tomarlas con pinzas. Hay que esperar la elección del domingo 13 de agosto para que de verdad sepamos cómo estamos y seguir trabajando para, en cualquier escenario, sumar el apoyo necesario a la tarea que estamos haciendo. – En algún momento se percibía la intención del oficialismo de rivalizar con Cristina y el anterior gobierno. ¿Eso pudo haberla hecho crecer en las encuestas? ¿Se arrepienten de esa estrategia? – Me parece que eso siempre fue una construcción falsa. Nunca existió ese deseo de polarización. Lo que pasa es que algunos creían que no hablando más de Cristina iba a desaparecer el apoyo que podía tener. Nosotros creemos que el apoyo a los dirigentes es una decisión de los ciudadanos, no de los dirigentes. No creemos que todo se manipule, que todo se construya en base a la manipulación o al deseo de los poderosos. En todo caso, la polarización surgía más de abajo para arriba que otra cosa. Nuestro mensaje siempre fue el mismo, siempre fue propositivo, constructivo, de ir para adelante y de trabajar para resolver los problemas de los argentinos. Para eso estamos gobernando. – ¿Si el oficialismo obtiene más bancas en la Cámara de Diputados intentará nuevamente excluir a De Vido? – Sin duda que, con la nueva composición, mientras que Julio de Vido esté allí va a haber un impulso de Cambiemos a dar esa discusión. Ahora y después. Sobre todo, porque creemos que es muy positivo que el Congreso dé una discusión, como se ha dado en el pasado, sobre la honestidad e integridad de quienes lo representan. -Los principales candidatos no tienen competencia interna en las elecciones del 13 de agosto. ¿Va a haber una revisión de las PASO? – Sin duda hay que avanzar en la reforma política después de la elección e incluir en esto la discusión sobre las PASO, que es un experimento único en el mundo y que evidentemente no ha cumplido los objetivos que se planteaban. De todas formas, creemos que es muy importante aprovechar la PASO para expresarse y para votar. No hay que dejar ese espacio vacío. Los que hoy tienen problemas de libertad de expresión, como ocurre en Venezuela, nos pueden recordar cómo a veces la libertad se subestima cuando se la tiene. Es muy importante que cada ciudadano vaya, vote, se exprese, y después de la elección damos la discusión sobre cómo tiene que ser en el futuro el sistema político. – La semana pasada la gobernadora admitió en Mar del Plata diferencias de gestión con el gobierno local. ¿Comparte esas diferencias que tiene Vidal? – La relación con los intendentes la trabaja en forma más directa la gobernadora. Y por supuesto que siempre compartimos todo lo que ella piensa. Estamos trabajando en equipo. Pero lo más importante es que el gobierno nacional, por decisión de Mauricio (Macri), y el gobierno provincial vienen trabajando muy fuerte en ayudar a los marplatenses a salir adelante. Independientemente de todo, está claro que esta ciudad necesita mucho apoyo, muchas herramientas para salir adelante y, desde el cariño y aprecio que le tenemos a sus habitantes, hay un foco muy grande puesto en trabajar para ellos. Después, a nivel local, se irá dando la discusión que hace falta. Pero hoy es una prioridad para nosotros ayudar a Mar del Plata. – ¿Cuál es la discusión que hace falta? – Y bueno… será la próxima elección, cuando se defina quién es el intendente. Si los marplatenses respaldan o no al actual intendente o buscan un cambio. – ¿Qué le transmitieron los marplatenses en la recorrida que hizo? – Como en todo el país, por un lado, mucho cariño, mucho mensaje de “fuerza”, “no aflojen” y “dénle para adelante”. Obviamente, alguna gente expresa sus preocupaciones, sus problemas. Pero siempre con mucho respeto. Sentimos que hay un reconocimiento a un estilo de gobierno muy cercano, muy llano. – ¿Cuánto le preocupan al Gobierno los indicadores sociales? – Es lo que más nos preocupa. Ya Mauricio planteó que él quiere ser evaluado como presidente por qué pasa con el indicador de la pobreza al final de su mandato. Y todo lo que hacemos va por ahí. Estamos haciendo una enorme inversión social en todos los planos: la reparación histórica a los jubilados, el relevamiento de barrios populares, el “Estado en tu Barrio”, los créditos Argenta para sectores más vulnerables. Todo tiene que ver con ayudar a fortalecer la capacidad no sólo de transitar los momentos más difíciles en lo económico, sino de salir de la pobreza estructural. Eso es lo que tenemos que lograr. Hemos visto cómo en toda la provincia de Buenos Aires y muchos lugares del país el abandono del Estado ha sido estructural.

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