"Esto lo han hecho investigadores argentinos y lo produce un laboratorio argentino. Es tan importante para el desarrollo de un país, porque esto demuestra que no dependemos de otros, esto es soberanía, y eso es lo importante y lo que todos deben entender", así presentaba el presidente Alberto Fernández, el 15 de mayo pasado, el Neokit de diagnóstico rápido desarrollado por el Conicet, la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación y científicos y científicas del Instituto de Ciencia y Tecnología Dr. César Milstein (Conicet - Fundación Pablo Cassará). Ese día, mientras el Presidente recordaba "a los que siempre menospreciaron y no valoraron el trabajo de nuestros científicos", nada hacía suponer que cinco meses después el Ministerio de Salud de la Nación licitara y adjudicara, a la par del lanzamiento del Plan Federal Detectar, una compra de 375.000 test rápidos a Laboratorios Abbot, por un valor de 1, 9 millones de dólares, unos $158.7 millones, dejando de lado los test de producción nacional. Después de más de 200 días de confinamiento, nuestro país se encuentra entre los últimos países en cuanto a cantidad de testeos por millón de habitantes, una estrategia considerada por muchos expertos epidemiólogos como uno de los aspectos más débiles de la estrategia desarrollada para luchar contra la pandemia. Muchos expertos se preguntan cómo no se utilizaron masivamente estos test de producción argentina. "El Instituto Milstein cuenta con la capacidad necesaria para producir 20.000 reacciones por día", dice a LA NACION Carolina Carrillo, investigadora del Conicet. Y agrega: "Hoy hay mucho interés en países vecinos por el Neokit que se produce en Argentina". En el Milstein confirman que "la demanda de test estuvo por el lado de las provincias. Ciudad de Buenos Aires, Neuquén y recientemente la provincia de Buenos Aires nos compraron, pero no así el Ministerio de Salud nacional", señala Jorge Cassará, director del Laboratorio Cassará. Según la Disposición 471, donde se informa la adjudicación de la compra a Laboratorios Abott, seis ofertas fueron desestimadas. Entre ellas la del nacional Neokit, del consorcio público-privado desarrollado entre el Conicet y el laboratorio Cassará. Las razones indican "que no se ajustaron a lo exigido en las especificaciones técnicas". Pese a esto, la diputada Graciela Ocaña objetó y denunció la licitación realizada por el Ministerio de Salud. "Esa licitación estuvo hecha a la medida de Laboratorios Abott", señala a LA NACION. Y detalla: "Básicamente porque el prospecto de Abott coincide con los detalles técnicos que el Ministerio de Salud exige para la compra". Ocaña envió una carta a la representación del Banco Mundial en la Argentina, organismo que prestó ese dinero al país para la compra de insumos utilizados en la lucha contra el Covid-19. "Lo que cuestionamos es esa licitación convocada por el Ministerio de Salud porque nos parece que está simulada y viola las normas de trasparencia", y agrega: "Se está comprando a un laboratorio internacional con dólares prestados por el Banco Mundial, que los argentinos vamos a tener que devolver, y no se compra a laboratorios locales". Otro detalle que señala Ocaña es que "el actual Director de Ventas Gubernamentales de Laboratorios Abott para Argentina sea José Priegue, quien estuvo en la administración anterior de Ginés González García como ministro, justamente a cargo de la Unidad de Financiamiento Internacional entre el 2002 y el 2005 hasta mi llegada al ministerio y que ahora es representante de Abott". Días antes de que se publicara en el Boletín Oficial la adjudicación de esa licitación a Laboratorios Abott, a Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) aprobó el Neokit Plus, una nueva versión del test nacional presentado en mayo, que "posibilita la detección del coronavirus a través de una muestra de hisopado o de saliva con un paso menos que el Neokit anterior, lo que permite reducir a la mitad el tiempo y bajar costos", anunciaba el Conicet. "El Neokit Plus posibilita evitar un paso que es la extracción del ARN de la muestra del paciente; hasta hoy se hace un hisopado y esa muestra se traslada a un laboratorio que lo primero que tiene que hacer es extraer el ARN y después se confirma si hay o no virus con PCR o con otro sistema que puede ser nuestro Neokit Covid-19", señaló a Télam Adrián Vojnov, investigador del Conicet y jefe del Laboratorio de Fitopatología Molecular del ICT Milstein. Mientras esto se conocía en nuestro país, en EE.UU. el New York Times publicaba la semana pasada un artículo donde criticaba a la Casa Blanca por "apostar a los test rápidos de Abott que no funcionan". "Siempre digo, tenemos la mejor calidad humana y científica para ofrecer estas respuestas y la Argentina los ha maltratado tanto tiempo, que esto es lo imperdonable", resaltaba el Presidente meses atrás en la presentación de los Neokit. Sin embargo, esta semana, finalmente se oficializó la compra de 375.000 test rápidos a un laboratorio extranjero. Desde el Ministerio de Salud no respondieron sobre este tema ante la consulta de LA NACION.
Coronavirus: denuncian que el Gobierno les da la espalda a los test del Conicet
"Esto lo han hecho investigadores argentinos y lo produce un laboratorio argentino. Es tan importante