Javier, de 42 años, baja en bermudas. -Somos del Ministerio de Educación. ¿Recuerda que ayer lo llamamos? Es el primer timbre que toca el equipo de Educación de la Ciudad: una puerta violeta sobre la calle Almafuerte, en Parque Patricios. Un caniche blanco ladra desde lo alto de la escalera. Las recorridas empezaron hace tres semanas y son para ver qué pasó con esos 6.500 chicas y chicos que se desvincularon de la escuela durante la pandemia. El casa a casa incluye también a los 12 mil estudiantes que vienen teniendo un contacto poco frecuente, generalmente sin intercambio de tareas y sin el ida y vuelta de aprendizajes. v 1.5 Desvinculaciones de alumnosdurante la pandemia Tocá para explorar los datos Fuente: GCBA Infografía: Clarín “Anda mal la conexión”, es casi lo primero que dice Javier. Vive con sus dos hijos, pero él también está dentro del sistema de enseñanza obligatorio. Mientras el más chico hace la primaria y la más grande, Allison (13), la secundaria, él termina la escuela en el Centro Educativo de Nivel Secundario (CENS) 72. “Yo tuve que poner más energía en buscar changas que al estudio, porque la fábrica textil en la que trabajaba no abrió más, pero mis hijos tienen que estudiar”, aclara. “Cuando empezó la pandemia, pedí que vinieran a instalar Internet para que todos pudiéramos hacer la tarea bien”, explica a Clarín. “Pero tardaron un montón, recién hace un mes y medio tengo el servicio. Y ahora el tema es que anda mal y no tengo otra forma de conectarnos: yo, para poder pagar Internet, que me sale 1.500 pesos, tuve que dar de baja el abono de mi línea de teléfono, que me costaba 1.200”. Su hija Allison recién comenzaba la secundaria cuando se decretó el aislamiento por la pandemia de coronavirus. En la casa, además del problema de conectividad, no hay computadora, así que hizo las tareas desde un celular los seis meses. “Todavía lo estoy pagando al teléfono e intenté hacer el trámite para pedirle la compu, pero no podía, no abría la página", dice Javier. Recorrida del Ministerio de Educación para contactar a familias con chicos que se desconectaron de la escuela por la pandemia por coronavirus. Foto: Guillermo Rodríguez Adami El equipo de relevadores se despide y le dejan una hoja impresa con un contacto para que pida más información y lo asesoren (0-800-222-3382 opción 1). En el marco de la pandemia, ya se entregaron en comodato 19.500 notebooks del Plan Sarmiento para garantizar el acceso educativo. “Nuestro objetivo es que ningún chico abandone la escuela, porque cuanto más tiempo está desconectado un estudiante, más difícil es volver después”, explica a Clarín la subsecretaria de Coordinación Pedagógica y Equidad Educativa del Gobierno porteño, Lucía Feced Abal. En ese sentido, la funcionaria aseguró que el relevamiento servirá para generar un primer contacto con las familias. Y, si Nación aprueba los protocolos presentados por el Gobierno de la Ciudad, estos chicos serán los primeros en regresar a las aulas. Bueno, no a las aulas, aclara Feced Abal y resume: “Actividades en espacios abiertos, como patios, en grupos de no más de diez alumnos y guardando distancia”. En el marco de la pandemia, ya se entregaron en comodato 19.500 notebooks del Plan Sarmiento para garantizar el acceso educativo. Foto: Guillermo Rodríguez Adami “Ni bien podamos implementarlo, la prioridad la tendrán estos 6.500 chicos. Porque la presencialidad es importante para todos, pero para ellos la diferencia es enorme”, señaló la funcionaria y adelantó que en el operativo territorial el Ministerio ya se puso en contacto con las familias de 1.500 alumnos. “A partir de ahora, nos quedan quince días para terminar con este primer barrido del operativo territorial”, detalló. Generalmente, las familias reciben bien a los equipos territoriales, cuenta Melisa Massinelli, mientras camina por Almafuerte hacia el segundo domicilio de la lista. “Hay gente que al principio está medio a la defensiva pero después afloja. Nos pasó con un chico de 19 años, que la mamá no sabía que no estaba siguiendo las clases y lo hizo bajar, lo increpó ahí en el momento y el chico ahí le dijo: ‘Bueno, sí, mamá, es verdad”. No es la porción más importante de casos de desvinculación escolar, según pudieron medir en el Ministerio de Educación porteño. Los que más se desconectaron fueron los que estaban arrancando el ciclo, sobre todo en la secundaria. En primaria, el 17, 42% de los que no siguieron cursando este año fueron alumnos de primer grado, mientras que de los pibes desvinculados del nivel medio, el 35, 52% fueron de primer año. En primaria, el 17, 42% de los que no siguieron cursando este año fueron del primer grado. Foto: Guillermo Rodríguez Adami “Nos mudamos de Quilmes y mi hija, Karen, se pasó este año de una escuela de Provincia a una técnica acá en Capital. Ella estaba entusiasmada con que iban a tener un montón de proyectos y talleres y ahora está como sin ganas”, cuenta Lucía Esquivel (35) frente a la puerta de su edificio. A mitad de año, Karen le mostró a su mamá el informe de valoración pedagógica, y ella se comunicó con la escuela para seguir más de cerca el día a día de las clases. Pero cuesta, asegura. Apenas empezaba a conocer a sus compañeros de clase cuando cayó la cuarentena. “Está en una etapa de rebeldía. Yo le digo 'ponete las pilas', la incentivo para que despacito se ponga al día, haga la tarea con calma y que no se atrase, pero es una lucha”, hace catarsis. En su caso, tampoco hay computadoras en la casa y Melisa le explica cómo hacer el pedido. Massinelli ve casos como estos a diario: “Es difícil sobre todo en los chicos de primer año, porque hay un vínculo roto: empezaron las clases y no se llegó a generar una grupalidad con los compañeros, y eso implica no tener un amigo o una amiga para preguntarles”. Otro integrante del equipo hace el relevamiento a través de un portero eléctrico, porque la mamá está al cuidado de un bebé y no puede bajar a atenderlos. De los pibes desvinculados del nivel medio, el 35, 52% fueron del primer año. Foto: Guillermo Rodríguez Adami Parte del trabajo de cada grupo del Ministerio, además de relevar, es generar contacto con otros equipos para ayudar a las familias según los problemas que tengan. El Gobierno porteño dispuso una beca alimentaria, lo que se conoce como “canasta escolar”, con entregas quincenales de alimentos. Una vez que se termina de relevar, le informan a las escuelas para que se pueda restablecer el contacto. También, pueden darle intervención a gabinetes sociales y psicológicos o solicitar apoyo escolar. En el caso más extremo de que hubiera vulneración de derechos, como situaciones de violencia, abuso o impedimento de la familia para que el chico asista a la escuela, se informa al Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes. La información relevada también permite medir el impacto geográfico de la pandemia. En primaria, por ejemplo, la mayor desvinculación fue en el distrito escolar número uno, que comprende la zona de Retiro, San Nicolás y parte de Balvanera y Recoleta. Una explicación posible es que son lugares con afluencia frecuente de personas de Provincia y Capital por la cercanía de las terminales de tren. La Ciudad detectó que el 10% de los 6.500 chicos que se desvincularon de la escuela tiene domicilio real en Provincia y el Gobierno porteño elevó ese listado a la gestión de Axel Kicillof. En algunos casos, fueron inscriptos en la escuela con la dirección real y, en otros, con direcciones laborales, que luego se determina que no son las de vivienda. NS COMENTARIOS COMENTARIOS CERRADOS POR PROBLEMAS TÉCNICOS. ESTAMOS TRABAJANDO PARA REACTIVARLOS EN BREVE. Comentarios Comentar las notas de Clarín es exclusivo para suscriptores. Suscribite para comentar Ya tengo suscripción CARGANDO COMENTARIOS Para comentar debés activar tu cuenta haciendo clic en el e-mail que te enviamos a la casilla ¿No encontraste el e-mail? Hace clic acá y te lo volvemos a enviar. Para comentar nuestras notas por favor completá los siguientes datos.
Casa por casa, buscan a los alumnos porteños que se "desconectaron" de la escuela durante la cuarentena
Los equipos del Ministerio de Educación de la Ciudad recorren los hogares de los 6.500 chicos y chicas que se desvincularon del sistema. Ellos tendrán prioridad para el regreso de las clases presenciales.