Más que una elección, esto fue una lección para Latinoamérica, dijo un experimentado diplomático de organismos internacionales sobre la coronación este sábado de Mauricio Claver Carone como próximo presidente del Banco Interamericano de Desarrollo. Para la Argentina, y para este Gobierno en especial, es la historia de un estrepitoso fracaso de política exterior, con varios frentes, en tan solo nueve meses de ejercicio del poder. Los errores vuelven a tener fuente en la Casa Rosada, escenario de una fuerte ideologización por haber encarado una pelea con objetivos imposibles según se evidenciaban ya a mitad de camino: la de liderar una cruzada de países contra el candidato a presidir el BID que Donald Trump impuso a mediados de año, el cubano americano Claver Carone. En esta batalla el Gobierno intentó primero obtener un 25 por ciento de apoyos suficientes para no darle quórum a Estados Unidos en la votación virtual pautada para este sábado 12; después para que una mayoría de países lograra revertir la votación pidiendo públicamente su postergación para marzo de 2021 cuando argumentando la pandemia del coronavirus, y con el deseo de que un incierto triunfo del demócrata Joseph Biden en las presidenciales estadounidenses de noviembre volteara a Clavera Carone como candidato. Despues, Alberto Fernández confió en que su secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, hombre respetado por sus ex colegas en el BID -adonde trabajó tras ser expulsado del gobierno de Néstor Kircher-, tenía chances de conseguir apoyos para ganarle al Claver Carone, que ha sido el principal asesor de Trump en temas de Seguridad para el hemisferio Occidental. Durante los sesenta años que tiene el BID, Estados Unidos aceptó una regla no escrita -de usos y costumbres-en la que la presidencia del organismo la encarnaba un latinoamericano y Washington se reservaba la vicepresidencia para sí. Algo comparable al reparto que se hace cuando elige al presidente del Banco Mundial y los europeos al director del Fondo Monetario Internacional. En plena campaña de Trump para reelegirse, Washington entró a la carrera para revertir esa condición en la que con un capital accionario del 30% del Banco, buscará ejercer una presencia que antes descuidaba. Y que también descuidaron los latinoamericanos, incapaces de advertir la prolongada permanencia del colombiano Luis Alberto Moreno en el cargo, que cumplirá tres lustros este año-. Por otra parte, la región tampoco llegó a un consenso para tener candidato propio, lo que facilitó la irrupción de Claver Carone. Vale advertir la inmensa grieta que separa hoy a Alberto Fernández de Jair Bolsonaro, Luis Lacalle Pou y Mario Abdo Benitez. Para el caso, Brasil, Paraguay y Uruguay apoyaron desde la primera hora a Claver Carone, que obtuvo 17 apoyos tempranos. Béliz no tuvo chance. Para ganar, un candidato debe tener al menos 15 de los 28 países americanos y el respaldo de un número de países miembros del BID que le den mayoría de 75% del poder de voto. Una mala lectura argentina al lanzarse a una cruzada "antiimperialista" contra el candidato de los Estados Unidos es no ver que, como dijo el propio Claver Carone -profundamente anti castrista y antichavista- Estado Unidos quiere convertir al BID en un peso pesado financiero para contrarrestar la influencia de China. Argentina hoy es la "niña mimada" de los chinos. El Gobierno también perdió la memoria -o la memoria lo traicionó- sobre quien es Claver Carone para este país. Es, guste o no, el hombre que ayudó a Mauricio Macri a conseguir apoyos de Trump ante el FMI por el último multimillonario préstamo que el organismo le concedió y por el que está atrapado el país. Y es, por su influencia en Washington quien podría seguir pidiendo ayuda para la Argentina en sus negociaciones de deuda. Argentina tiene poca peso internacional pero sus necesidades son muchas. Claver Carone es además el funcionario que pegó un portazo durante la fiesta kirchnerista del 10 de diciembre pasado. Se fue de la Argentina enojado porque, siendo invitado especial de Béliz, el Gobierno no le avisó que también invitado a un jerarca del régimen de Nicolás Maduro a la asunción de Alberto Fernández. Le tocó al canciller Felipe Solá hacer campaña por Béliz. Desde mediados de año se lograron apoyos públicos de Chile, México, Costa Rica -la ex presidente Laura Chinchilla se bajó de la carrera por el BID- que pedían postergar las elecciones del Banco. También lo pidió el Alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Joseph Borrell. Hubo comunicados públicos de ex presidentes y ex cancilleres en ese camino. Y si bien numerosos diarios del mundo se hicieron eco de funcionarios en off que criticaron a Trump por imponerle a Latinoamérica un candidato propio y abrir heridas, la potencia se impuso. Con sus distintas posiciones sobre lo ocurrido, este sábado los 48 países del BID dieron quórum a la elección del próximo titular del Banco. Argentina decidió estar sub presentada con un funcionario de segunda línea del ministerio de Economía. Y aunque Claver Carone acusó a este país de liderar la "sublevación" de una "minoría" que quería "robarse el balón" (la pelota), prometió que no habrá represalias. En eso ahora están las negociaciones en Washington. GB COMENTARIOS COMENTARIOS CERRADOS POR PROBLEMAS TÉCNICOS. ESTAMOS TRABAJANDO PARA REACTIVARLOS EN BREVE. Comentarios Comentar las notas de Clarín es exclusivo para suscriptores. Suscribite para comentar Ya tengo suscripción CARGANDO COMENTARIOS Para comentar debés activar tu cuenta haciendo clic en el e-mail que te enviamos a la casilla ¿No encontraste el e-mail? Hace clic acá y te lo volvemos a enviar. Para comentar nuestras notas por favor completá los siguientes datos.
Elección en el BID: una derrota múltiple para la Argentina
El Gobierno encabezó una cruzada para que no hubiera quórum en la votación. También para que se postergara. Y para que no ganara el candidato de Donald Trump. No lo logró.