El mercado se achica y las líneas aéreas reestructuran sus negocios. Emirates Airlines ya le comunicó a las autoridades regulatorias locales que dejará de volar al país cuando regresen las operaciones comerciales. De esta manera la empresa de Emiratos Árabes se suma a Air New Zealand y Qatar que ya anunciaron que no retomarán las rutas con Buenos Aires. Las tres compañías tienen una característica: en la mayoría de los ranking mundiales de las mejores empresas del mundo forman parte de las primeras diez. Ayer, los reguladores ya tenían conocimiento de la partida de la línea aérea. "Igualmente no hay que dramatizar porque las empresas ajustan sus destinos. Es posible que cuando todo empiece a normalizarse puedan volver. Con el caso de las empresas de Oceanía, Qantas y Air New Zealand, hay mucha volatilidad. Han ido y vuelto muchas veces", dijo un conocedor de la industria que se anticipaba a los pasos de la empresa árabe. A la caída global en el tráfico aerocomercial, la Argentina le suma una enorme indecisión en la política de vuelos. De hecho, la pasividad del Ministerio de Transporte y la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) jamás movió la fecha del 1° de septiembre como el momento desde el cual se pueden vender vuelos. Ante el silencio del regulador, de hecho, las empresas ya dieron por sentado que no volverán los viajes. Operacionalmente, la partida de Emirates y Qatar no solo cancelará la posibilidad de llegar a Dubai y Doha, sino que también se suprimirán dos vuelos muy utilizados por los argentinos. Sucede que las dos líneas aéreas hacían escala en Río de Janeiro y San Pablo y permitían que pasajeros brasileños y argentinos hagan esos tramos cortos. Además, se habían posicionado como las dos líneas aéreas más utilizadas para llegar a Oriente. Con menos destinos internacionales, sumado a la salida de Latam del mercado local, los argentinos deberán utilizar las cabeceras regionales para acercarse al mundo. Santiago de Chile, San Pablo y Lima serán, seguramente, las escalas necesarias para volar al exterior. En la Argentina, por ahora, no hay un protocolo que genere definiciones concretas sobre cómo será el regreso de la operación. Varios actores del sector le han acercado al Gobierno algunos manuales como el que usa Uruguay o algunos países europeos y que, básicamente, tiene como requisito, el hisopado previo para subir a un avión y uno posterior al llegar al lugar de destino. Pero el ministro, Mario Meoni, guarda silencio. Quizá porque es una decisión sobre la que no hay consenso o porque el tema turístico desvela al Gobierno por una cuestión cambiaria. O, quizá, porque es un área que sólo está en su organigrama.
