Sociedad

Viajó de Neuquén a Córdoba para ver a su hija enferma de cáncer, pero le prohibieron la entrada y lo obligaron a volver

En el ingreso a la provincia le hicieron un test de coronavirus que dio "dudoso". Por lo que no pudo reencontrarse con su hija, que está internada.

Pablo Muse vive en Neuquén, pero su hija -enferma de cáncer- está internada en Alta Gracia, Córdoba. Desde marzo, cuando comenzó la pandemia por el coronavirus, quedaron separados y el día del reencuentro iba a ser este fin de semana. Pero en el límite al ingreso a la provincia central del país un control sanitario se lo impidió y lo obligaron a volver. Su historia forma parte de las tantas que se generaron y que se esconden detrás del COVID-19. Su caso comenzó el sábado, cuando se subió al auto y recorrió medio país para volver a ver a su hija Solange internada en Alta Gracia realizando un “tratamiento alternativo” para luchar contra un grave cáncer de mama. Una vez que llegó hasta el límite de la provincia de Córdoba, un control sanitario lo detuvo y fue allí donde empezaron los inconvenientes. #ArribaCordoba | La odisea de un padre para ver a su hija. Viajó desde Neuquén a Córdoba con todos los permisos y no lo dejaron entrar. ElDoce en vivo??https://t.co/8oiTpPjNjv pic. twitter. com/R4Pv5LdyJO El hombre viajaba acompañado por su cuñada, que padece discapacidad motriz y tiene domicilio en Córdoba. “Nos hicieron los hisopados. El de ella dio negativo, pero me dijeron que el mío fue ‘dudoso’. Entonces me hicieron otro, y volvió a dar ‘dudoso’”, agregó. “Me explicaron que podía ser porque tenga otra afección, pero me dijeron que dos resultados ‘dudosos’ ya era coronavirus”. En ese momento, le dijeron que no podía ingresar. Sin poder ver a su hija, el hombre denunció que lo obligaron a regresar a la provincia de Neuquén sin darles la posibilidad de hacer cuarentena en un hotel de Córdoba a pesar de que su cuñada tiene domicilio en territorio provincial. “Mi hija me estaba esperando. Estaba muy ansiosa y todo esto le hizo mal”, contó desesperado por poder ver a Solange, sin poder contener las lágrimas, en el canal El Doce, de Córdoba. La vuelta a Neuquén, denunció, fue una tortura. Contó que lo obligaron a manejar 40 horas sin poder parar en estaciones de servicio para descansar. Relató que fue escoltado por ocho patrulleros que lo siguieron como un criminal. “No les importó nada”, dijo y aseguró que no lo dejaron parar a descansar a pesar de que dio aviso a los policías de su cansancio y lo peligroso que es conducir en ese estado. “Nos acompañaron ocho móviles policiales por toda la ruta hasta Neuquén. Los policías me decían que no me podía bajar ni en las estaciones de servicio a comprar comida”, manifestó molesto y aseguró que tampoco les permitieron ir al baño y tuvieron que “hacer sus necesidades en el campo, en medio del camino”. AFG COMENTARIOS COMENTARIOS CERRADOS POR PROBLEMAS TÉCNICOS. ESTAMOS TRABAJANDO PARA REACTIVARLOS EN BREVE. Comentarios CARGANDO COMENTARIOS Para comentar debés activar tu cuenta haciendo clic en el e-mail que te enviamos a la casilla ¿No encontraste el e-mail? Hace clic acá y te lo volvemos a enviar. Para comentar nuestras notas por favor completá los siguientes datos.

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