Economía

El gobierno kirchnerista profundiza la relación con el régimen chino: compraría blindados que descarta su propio ejército

El ministro Agustín Rossi reconoció que avanza en las negociaciones con Beijing, que los blindados están destinados al Ejército Argentino y que se adquirirá un modelo que sólo se produce para exportación

Alberto Fernández fortalece su relación diplomática con China, mientras toma cierta distancia de los Estados Unidos y su agenda en América Latina. El presidente argentino ordenó a su ministro de Defensa, Agustín Rossi, negociar con Beijing la compra de blindados para el Ejército Argentino. Se trata de vehículos de combate y transporte que no son usados por las tropas del régimen chino, y que habitualmente se exportan a países subdesarrollados. -¿Están evaluando comprar blindados a China?-, preguntó Infobae al ministro Rossi. -Sí. Estamos en tratativas. Es el modelo ZBL, 8x8, que produce la empresa NORINCO (North Industries Corporation, por sus siglas en inglés). -¿Esos blindados serían para el Ejército? -Sí. -¿Van a comprar muchos? -Depende del presupuesto. Si fuera por el Ejército, al menos 200... - El Ejército de China no usa el blindado que piensan comprar. Sólo se vende al exterior... -Es cierto. Pero es un modelo muy bueno. La decisión presidencial respecto a los blindados chinos aparece cuando aumenta la tensión entre la Casa Rosada y la Casa Blanca. Beijing aprovecha la zanja diplomática que divide Buenos Aires y Washington, y avanza con sigilo en su estrategia de acercamiento a la Argentina. En China se juega al Go, que implica un método de acción envolvente, constante y en bloque. La paciencia es clave y los recursos se mueven bajo un comando vertical. Desde esta perspectiva, Xi despliega frente a Alberto Fernández una estrategia Go, que se basa en apoyar su gestión y moverse en bloque para obtener beneficios políticos que Mauricio Macri prometió y nunca cumplió. Hace pocos días, el jefe de Estado promulgó un tratado bilateral de investigación espacial que dormía en Cancillería, autorizó la creación de un Centro Cultural y está por dar un paso esencial para recibir beneficios millonarios del proyecto chino de desarrollo global que se llama Camino de la Seda. En este contexto, Xi contempla las necesidades de la Casa Rosada y procede a máxima velocidad política. Alberto Fernández necesitaba renovar un swap chino por 8.500 millones de dólares, y Beijing avanzó con ese movimiento financiero. Y en el ínterin, mientras Martín Guzmán negociaba con los acreedores privados, Xi dejó entrever que apoyaba ese diálogo clave para la economía y que estaba a disposición si el Banco Central necesitaba una nueva partida de fondos frescos. La cercanía personal y diplomática de Alberto Fernández y Xi conduce a la posibilidad de establecer nuevos negocios entre Argentina y China. Esos negocios acercan a Buenos Aires con Beijing, complican la relación con Estados Unidos, y fortalecen la influencia de XI en América Latina. El líder comunista cree que se puede desplazar a Washington como eje central del poder global, y su cercanía con el presidente argentino apunta a ese objetivo geopolítico. Se trata de sumar influencia regional a través de los tratados bilaterales, los créditos blandos para ayuda financiera y los acuerdos comerciales que China empuja con la mayoría de los países de América Latina. Xi facilitó la exportación de cerdos, limones y soja a los gigantescos mercados chinos, y ya tiene el compromiso oficial para construir dos centrales nucleares en la Provincia de Buenos Aires, que ya estaban aprobadas durante la administración de Macri. No es la primera vez que un gobierno kirchnerista intenta adquirir vehículos blindados a la empresa china NORINCO. Hacia fines de 2015, Cristina Fernández avaló la compra de 110 blindados, que se suspendió por el cambio de gobierno. Y ahora, como reconoció Rossi a Infobae, se iniciaron de nuevo las conversaciones con Beijing. En Casa Rosada y en el Ejército coincidieron en afirmar que se intenta cerrar una operación comercial por un poco más de 200 vehículos blindados. Y dentro de este número tentativo, las autoridades militares solicitaron que 60 porten torretas con un cañón de 30mm, y que el resto tengan una sola ametralladora de 12.7mm. Además, el Ejército pidió que tuvieran capacidad para transportar soldados armados, y rampa para bajar, en lugar de las puertas que tiene el modelo ZBL09. Y respecto a las comunicaciones, el Ministerio de Defensa ya anticipó que no usará la tecnología china, puesto que el Ejercito tiene contratos exclusivos con Israel. La versión for export del modelo ZBL09 sólo fue vendido a precio de ganga en Venezuela (40 vehículos en 2012), mientras que Tailandia y Gabón -países del Tercer Mundo- demostraron algún interés. El Ministerio de Defensa pretende traer las unidades desarmadas y luego asignarlas a Tandanor o Tamse, que tienen capacidad ociosa para reconstruir los blindados que llegarían desde China. La negociación que emprende Rossi implicará un nuevo acercamiento a China y un error básico en la provisión de blindados para el Ejército. Estos vehículos sólo son compatibles con la tecnología china, y sufrieron graves contratiempos en maniobras militares que se ejecutaron en Kenia y Filipinas. Alberto Fernández no cree que los nuevos negocios con China compliquen la relación bilateral con Estados Unidos, y menos aún la negociación con Fondo Monetario Internacional (FMI), que siempre se alineó a la agenda global de la Casa Blanca. A veces, la diplomacia en zigzag de un país emergente se transforma en un volátil juego de suma cero.

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