Durante el primer semestre del año, Buenos Aires se ubicó primera, por muy lejos, en el podio de las provincias que más recursos recibieron del Estado nacional para atender sus gastos corrientes. Así lo revela el último informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), que detalla que de los $177.295 millones de las transferencias corrientes que se repartieron entre las provincias, el 52, 1% ($92.362 millones) fueron a manos del gobernador Axel Kicillof. Se trata de un porcentaje casi diez veces superior al de Córdoba, segunda en el ranking, que recibió el 5, 3% de esos recursos. Por lo tanto, uno de cada dos pesos que repartió la Casa Rosada por fuera de la coparticipación se destinó al principal bastión político y electoral del Frente de Todos y de la vicepresidenta Cristina Kirchner. Si bien Buenos Aires es la provincia más populosa (contiene al 38, 7% de los habitantes del país), en estos seis meses recibió recursos por fuera de la coparticipación que superan ese porcentaje. Otras provincias no tienen esa suerte. Es el caso de los distritos más importantes del país: Córdoba, por caso, con el 8, 3% de la población total, recibió en este primer semestre $9377 millones de transferencias corrientes (el 5, 3% del total); a Santa Fe, con el 7, 8% de la población, le fueron girados $7435 millones (4, 2%); y Mendoza, con el 4, 4% de la población, recibió $3612 millones (2%). Otros distritos, por el contrario, vieron colmadas sus expectativas y recibieron en proporción más transferencias discrecionales que su porcentaje de población. Son los casos de Santa Cruz -el clásico terruño kirchnerista-, La Pampa, Entre Ríos y Formosa, todas provincias gobernadas por mandatarios peronistas afines. No se podrá aducir en estos casos el problema de la pandemia; salvo Entre Ríos (con 576 contagios de coronavirus), las demás registraron hasta ahora menos de cien afectados. Un caso llamativo es la Capital Federal. Con el 6, 8% de la población del país y el 37% del total de contagiados, se supondría que sería, junto con la provincia de Buenos Aires, la gran beneficiada con las transferencias no automáticas por parte del Gobierno. No es así: según el informe de la OPC, en estos primeros seis meses recibió casi $9000 millones, el 5, 1% del total de los recursos repartidos. Dicho de otra manera, el gobierno del opositor Horacio Rodríguez Larreta (Juntos por el Cambio) recibió un porcentaje diez veces menor de fondos que Kicillof, su par bonaerense. Vale aclarar que estas transferencias corrientes no incluyen los fondos de los programas creados especialmente para atender los gastos de la pandemia, el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) ni el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP). Se trata de fondos que corren por fuera de lo que se reparte por coparticipación. Aquí se incluyen los programas Asistencia Financiera a Provincias y Municipios; Relaciones con las Provincias y Desarrollo Regional (que incluye los Aportes del Tesoro Nacional, ATN); las transferencias correspondientes al subsidio a las tasas de interés por préstamos otorgados a las provincias; los fondos de las cajas previsionales provinciales, y las transferencias del Fondo Nacional de Incentivo Docente. Todos estos programas devengaron al primer semestre del año $177.295 millones. De todos ellos vale la pena poner la lupa en uno de ellos: el de las transferencias a provincias y municipios para financiar gastos corrientes, que se encuentra en la órbita de las obligaciones a cargo del Tesoro. Según se observa en el sitio oficial del Ministerio de Hacienda, a principios de este año este programa tenía una partida de $29.800 millones, que luego trepó (con el argumento de la pandemia) a $79.800. Lo llamativo es que casi la totalidad de esos fondos ya fueron para Buenos Aires: $59.670 millones. Esto explica por qué la provincia que gobierna Axel Kicillof se ubica primera, por lejos, en el podio de las provincias beneficiadas por las transferencias discrecionales. A la oposición no le sorprenden estas cifras; más bien, confirman sus acusaciones sobre el reparto discrecional de los fondos entre las provincias. Alfredo Cornejo, diputado y jefe de la UCR, fue el primero en alzar la voz para advertir sobre la situación. "Estos datos confirman que la distribución de los recursos no se guía por un criterio objetivo, sino por el arbitrio de la Casa Rosada -sostuvo Cornejo a LA NACION-. Es curioso observar lo que sucede con Buenos Aires: en todos los gobiernos fue perjudicada en el reparto de fondos per cápita; siempre recibió porcentajes inferiores al 38% de su población. Esta es la primera vez, con el gobierno de Alberto Fernández, que pasa al frente". En la misma línea opinó el diputado Alejandro Cacace (UCR). "Prácticamente la totalidad de la asistencia financiera por obligaciones a cargo del Tesoro y más de la mitad de las transferencias corrientes a provincias fueron otorgadas a Buenos Aires en el semestre. Eso rompe el equilibrio federal que reclama nuestra Constitución y evidencia la discrecionalidad en el otorgamiento de los recursos del gobierno federal, en lugar de haber criterios objetivos de reparto", advirtió el legislador. Y puntualizó que "ningún distrito gobernado por la oposición llegó a recibir siquiera lo proporcional a su población". Los diputados y senadores de Juntos por el Cambio trasladaron este planteo al presidente Fernández durante la videoconferencia que mantuvieron el lunes pasado. El primer mandatario rechazó que hubiese discrecionalidad en el reparto de los fondos públicos, a pesar de los números del informe presupuestario. "Dimos 120.000 millones de pesos a las provincias. No las dejamos solas. Mendoza recibió 16.000 millones de pesos. Queremos que Mendoza no se vaya", le dedicó al mendocino Cornejo, quien días atrás había insinuado la posibilidad de que la provincia pudiese independizarse del resto del país si persistía el trato discrecional por parte de la Casa Rosada en su perjuicio. En aquella videoconferencia, Fernández destacó la relación que tiene con el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y con el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales. "Los que reprochan que discrimino a las provincias opositoras tienen que saber que hablo con Morales, con Larreta, y ninguno me plantea ningún reproche", retrucó el Presidente. Los argumentos presidenciales no convencen a la principal coalición opositora, que observa inquieta este millonario drenaje de fondos públicos al bastión kirchnerista que gobierna Kicillof. Los dirigentes bonaerenses de Juntos por el Cambio, ansiosos por recuperar la provincia en las próximas elecciones, hacen un rápido cálculo: si bien Axel Kicillof dejó de percibir en el último semestre unos 65.000 millones por coparticipación (debido a la caída en la recaudación), la Nación salió a compensarlo con más de 90.000 millones de transferencias discrecionales. "Está claro que el kirchnerismo se está preparando para las próximas elecciones", arriesgan, suspicaces.
Reparto.El Gobierno favorece a Kicillof con el 52% de los giros a las provincias
Durante el primer semestre del año, Buenos Aires se ubicó primera, por muy lejos, en el podio de las