El silencio de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana fue evidente ante el asesinato de dos de sus compañeros de armas. Ni el ministro Vladimir Padrino López que siempre está presto a opinar de temas que muchas veces no son competencia de la institución castrense, ni el Comandante Estratégico Operacional almirante Remigio Ceballos Ichaso, ni siquiera el Comandante General del Ejército Mayor General Alexis José Rodríguez Cabello informaron sobre lo sucedido. Por las redes empezaron a correr las minutas, pero sin la versión oficial, que aún dos días después no ha sido dada a conocer por los altos oficiales, más allá de la versión ofrecida casi 20 horas después por Nicolás Maduro que no aportó más que ataque “por grupos mafiosos”. ¿Por qué el ruidoso silencio de la Fuerza Armada ante el asesinato del jefe del Fuerte Tarabay y su chofer? Porque en los predios militares se sabía de la relación del comandante Solís Mares con la guerrilla colombiana, convertida en pieza fundamental para el control de las minas de oro. Aunque el reporte de la Guardia Nacional dice que los oficiales “fueron interceptados en la vía por varios sujetos, aún por determinar, quienes sin mediar palabra alguna le efectuaron múltiples disparos”, la verdad es que hasta ahora nadie puede explicar si hubo un cruce de palabras o no entre víctimas y victimarios. Tampoco puede asegurarse, aún cuando el mismo reporte lo dice, que haya sido sicariato. Lo único cierto es que fue un asesinato con uso de fuego desproporcionado. El diputado Américo Giuseppe de Grazia Veltri aseguró que el ataque lo ejecutó el colectivo Las 3R, basándose en que son “suficientemente conocidos en la zona, el enfrentamiento entre el Colectivo Las 3R contra el ELN por el control de las minas en Tumeremo. Mientras las FANB juegan abiertamente a favor de la guerrilla colombiana por instrucciones superiores”. El comandante del Fuerte Tarabay había sido fuertemente cuestionado por habitantes de la zona. Para diciembre del año pasado era investigado por la Fiscalía 49, a cargo de la doctora Yuleidis Pérez, por acusaciones sobre violación de derechos humanos y crímenes de lesa humanidad, tales como abuso de autoridad, desapariciones forzosas, muertes extrajudiciales, violaciones de mujeres, extorsiones, robo, entre otros delitos. Ese día más de 500 mineros se concentraron en la plaza Bolívar de Tumeremo para protestar contra el comandante Solís Mares y exigir que se les permitiera seguir sacando oro. En esa zona hay dos grupos ahora claramente enfrentados: el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y los llamados sindicatos que son grupos armados. Ambos buscan controlar las minas, lo que hacen a sangre y plomo. En medio de eso está el pueblo de Tumeremo que vive de la minería, que se niega a que la guerrilla ocupe las minas que custodian para que empresas extranjeras se lleven el oro. Las presiones del pueblo no lograron la salida del comandante del Tarabay de la zona. Sin duda que el oficial estaba respaldado por sus mandos superiores. Su muerte es un indicativo de lo peligroso que ha resultado para la Fuerza Armada esa relación de connivencia con los grupos irregulares, especialmente con la guerrilla del ELN en esa parte del país, donde la FANB, que debería ostentar el monopolio de las armas e imponer el orden, se ha parcializado o ha mostrado tolerancia con uno de los bandos o de las bandas que se enfrentan por el control del oro en la zona. No es casual que el principal señalamiento que le hacían los mineros al comandante asesinado era su relación con el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Hace poco más de un año, el 3 de marzo de 2019, el comandante Solís Mares dijo, a través de las redes sociales: “Tenemos una lucha grande con estas bandas delictivas que se hacen llamar organización R y oprimen al pueblo con extorsiones a diestra y siniestra”. Tres días después, el 6 de marzo de 2019, la Organización Run (3R) manifestó, a través de un comunicado, que se retiraba de Tumeremo. “Siempre hemos puesto un granito de arena para mantener la paz, pero desde que el comandante Ernesto Solís Mare sintió que sus intereses eran afectados en el pueblo y en las minas y que todo se está organizando en un buen vivir para nuestro pueblo a este señor no le pareció la idea de nuestra humilde y valiosa causa y es por esta razón que ya todo nuestro pueblo sabe el desenlace de las actuaciones de este ciudadano”. Agregaron en el escrito: “Nuestro pueblo siempre vivirá en nuestro corazón y por eso queremos dejar bien claro que seguiremos apoyando desde nuestra Fundación 3 RRR y a través de nuestro partido político UPV todas las ayudas y gestiones sociales que solicite nuestro amado y valioso pueblo de Tumeremo”. Los hechos Un alto oficial dijo a Infobae que “resulta extraño que el comandante Solís se desplazara solo con el chofer y sin escolta, a tan altas horas de la noche, cuando él tenía problemas con grupos muy peligrosos de las minas. Además, que se movilizara confiado, no preparado aun cuando tenían dos fusiles Kalashnikov, modelo AK-103, cada uno con su respectivo cargador de 30 balas, y dos pistolas, una Glock modelo 17 y otra Pietro Beretta modelo 92FS, también con sus cargadores de 15 balas cada una”. Todo pasó en un minuto. Eran casi las 11 de la noche cuando, desde el sector Las Tejas, de la parroquia Tumeremo, municipio Sifontes del estado Bolívar, se oyeron disparos. Los primeros en llegar al lugar habrían sido los integrantes de una comisión al mando del Cap. Luis Padrón, quien estaba con dos oficiales subalternos y diez Tropas Profesionales. En la vía encontraron la camioneta Fortuner, que manejaba el SM/3 Gustavo Manuel Flores Palacios, a quien encuentran sin vida junto al comandante del 512 BIS, Tcnel León Ernesto Solís Mares. El vehículo estaba en la vía hacia el Fuerte Tarabay, como es conocido el BIS. Después llegaron otras comisiones militares y policiales, tanto del Ejército en la persona del Mayor José Calzadilla, de la Guardia Nacional al mando del Capitán Padrón Briceño y por el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC) estuvo Jefe de la Subdelegación Tumeremo, Comisario Jesús Medina. Maduro ordenó más patrullaje Entre los pocos oficiales que hicieron mención al caso de los militares asesinados, está la almirante Erika Coromoto Virgüez Oviedo, Viceministro de Servicios para la Defensa, quien envió condolencias a los familiares y seres queridos del comandante asesinado. “Desde la FANB defendemos la vida y la paz, repudiamos el terrorismo en todas sus formas”, publicó. La cuenta de Twitter del Comando Logístico del Ejército publicó el mensaje de su jefe el GD Carlos Gamboa: “En nombre de toda la gran familia logística, se une al dolor de la familia del Teniente coronel León Ernesto Solís Mares, quien en vida fuera 1er comandante del 512 Batallón de Infantería de Selva Tomás de Heres, asesinado en Tumeremo, estado Bolívar en cumplimiento de su deber”. Igual mensaje publicaron para los dolientes del SM/3 Manuel Flores Palacios. La 31 Brigada de Infantería Mecanizada G/B Lucas Carvajal publicó la nota de duelo suscrita por el Comandante General del Ejército, MG Alexis José Rodríguez Cabello, que se limita en decir: “Desde lo más profundo de nuestros corazones expresamos nuestras más sinceras palabras de condolencias a sus deudos. Sabemos que la pérdida de un ser querido es un dolor del cual a veces nos cuesta recuperarnos, pero encontramos alivio en los recuerdos de los momentos compartidos con ese ser que ya no está”. Fue ayer a final de tarde, cuando en el marco de una reunión con la comisión presidencial para la prevención del Covid-19, Nicolás Maduro mencionó el hecho, expresando condolencias al Ejército Bolivariano e integrantes del Alto Mando Militar. “Ayer en la noche recibimos la infausta noticia de un atentado, un ataque de grupos mafiosos en Tumeremo contra un teniente coronel de nuestro Ejército, un teniente coronel ejemplar y contra un sargento”, dijo a la vez que saludó a toda la promoción del año 2000 a la cual pertenecía el oficial muerto. Agregó que “fue acribillado a balazos por una banda de asesinos que, más temprano que tarde, conseguiremos y llegará la justicia”, aseguró mientras también hizo mención al SM2 Gustavo Manuel Flores Palacios. “Estos grupos mafiosos están en correspondencia con los grupos conspiradores del guaidosismo para atacar y asesinar a la fuerza armada, no les quede duda. Están detrás de planes terroristas”, manifestó a la vez que ordenó incrementar el patrullaje y la inteligencia preventiva. Dijo que habló con el almirante Remigio Ceballos (jefe del Comando Estratégico Operacional) y con el ministro Néstor Reverol (de Interior y Justicia), quienes tienen órdenes muy claras sobre incrementar las medidas de seguridad de todas las unidades militares y policiales. El sol llora en el Esequibo El diputado Teodoro Felipe Campos Rodríguez, en agosto 2018, integró el grupo de parlamentarios de la Comisión de Defensa del Esequibo de la Asamblea Nacional para ratificar la soberanía de Venezuela en el Esequibo. En el camino, cuando se desplazaban por territorio de la Área de Defensa Integral (ADI) bajo la responsabilidad del Batallón de Infantería de Selva “Tomas de Heres” y del Comando de Zona de la Guardia Nacional, les advirtieron que a dos kilómetros encontrarían la zona minera de oro, que no estaba controlada por la Fuerza Armada ni Organismos de Seguridad o de inteligencia. Con el diputado Campos iban los diputados Sergio Vergara, Francisco Sucre y William Dávila como presidente de la Comisión, entre otros. “En la vía a la Isla de Anacoco, que está en medio del río Cuyuní, fuimos detenidos para revisión en un retén narcoguerrillero que es público y notorio en el estado Bolívar”. Dice el parlamentario que “tenía que ocurrir el asesinato de un Teniente Coronel en el estado Bolívar, para ratificar que, casi dos años después, siguen zonas liberadas en Venezuela como la de Amazonas, donde masacraron a un grupo de Guardias Nacionales”. “El General Vladimir Padrino, el Almirante Remigio Ceballos y los Comandantes de ZODI fronterizas, tienen nuevamente sus manos manchadas de sangre por negligencia y blandenguería y negocios de oro sangriento. Ese lema de ‘el sol sale por el Esequibo’ es una farsa del Alto Mando Militar y de Nicolás Maduro. Hoy el sol lloró de dolor por la muerte de un Teniente Coronel del Ejército en el Esequibo y por la violación de soberanía”. Critica Campos que “el general Padrino anda pendiente de los americanos, pero permite que dentro de Venezuela los terroristas del ELN tengan una zona liberada y dominada por ellos, al punto de asesinar al Comandante Militar de la zona para probar que allá mandan ellos y no la Fuerza Armada”. “En la foto de la camioneta, donde murió el Teniente Coronel, se evidencia el uso de fusiles automáticos. Se evidencia la presencia del narcoterrorismo en zonas liberadas dentro de Venezuela”. MÁS SOBRE ESTE TEMA:
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