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Efecto coronavirus: cientos de personas regresan a Venezuela, país del que buscaban escapar de una crisis que hoy es más profunda

La pandemia ha generado una ola de xenofobia que afecta a los migrantes que dejaron el territorio gobernado por el chavismo, sobre todo contra los que tienen menos recursos y no pueden costear los alquileres al quedarse sin el ingreso de sus trabajos informales

Quedaron en el olvido aquellos días en que Venezuela recibió a millones de migrantes, por la guerra interna de Colombia que trajo a millones de desplazados a territorio venezolano, o de peruanos que en la década de los 80 enfrentó una brutal inflación y la etapa de terrorismos impuesta por Sendero Luminoso y el Movimiento Túpac Amaru. La crisis generada por la Revolución Bolivariana ha obligado a millones de venezolanos a migrar a diversos países, pero la más vulnerable es la población más pobre, la que vive del día a día, la que se desplazó, incluso caminando, hasta países cercanos. Ahora la pandemia mundial del Covid-19 colocó a esos venezolanos en un nivel de mayor indefensión. En las calles y transporte público de Colombia, Ecuador, Perú y otros, se les observaba vendiendo desde caramelos hasta pidiendo limosnas o ayudas. A otros en bodegas, almacenes o fábricas, la gran mayoría sub pagados y cumpliendo horarios de 12 y 14 horas diarias, aunque tuvieran o no profesión alguna. Aun así, con lo mínimo les permitía enviar algunos dólares a su familia en Venezuela, además de poder comprar alimentos y alquilar un sitio para vivir, muchas veces hacinados y en condiciones insalubres. Hubo varios delincuentes venezolanos que hicieron más duro ser aceptados en el extranjero. Pero llegó el coronavirus y con él afloraron muchos sentimientos hermosos de solidaridad, pero también los más escondidos sentimientos de xenofobia, de rechazo y desprecio hacia el extranjero. Gran cantidad de videos y testimonios dan cuenta de lo que está ocurriendo, principalmente en Perú y Colombia, donde muchos venezolanos son tirados a la calle por no poder pagar el alquiler de su vivienda. Las medidas sanitarias exigen que no pueden salir a trabajar, muchos no reciben atención médica y mucho menos medidas sociales que esos países destinan a sus nacionales. De xenofobia a escasez Si algo sorprendió a los venezolanos, e incluso a muchos colombianos, fueron las expresiones xenófobas de la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, cuando en un video que se hizo viral, señaló refiriéndose a los venezolanos que están en la capital de ese país neogranadino: “Ya pagamos la comida, ya pagamos el nacimiento, ya pagamos el jardín, ya pagamos la escuela, ya damos empleo. Qué pena que lo único que no podemos cubrir, es el arriendo. Y para eso pedimos un poquito de ayuda del Gobierno Nacional. Un peso, aunque sea, uno, porque todas estas cosas las pagan los impuestos de los bogotanos sin chistar. Llevamos tres años pagando eso, a 450 mil personas de Venezuela”. Eso le aclaró la duda a muchos bogotanos, que no tardaron en echar a la calle a los venezolanos que no podían pagar. En Perú, donde la xenofobia ha sido muy marcada, ya venía ocurriendo. Es así como muchos de esos venezolanos no tienen otra opción que regresar al país que dejaron, aun cuando hoy los problemas están más críticos que cuando se fueron: con gravísimos problemas de escasez de gas doméstico, electricidad, agua potable, alimentos, medicinas, combustible, entre otros. Pero tampoco les es fácil volver. Cierre de fronteras Hay que destacar que, pese al lamentable mensaje de la alcaldesa de Bogotá, la respuesta del presidente de Colombia, Iván Duque, fue otra: “Los migrantes venezolanos enfrentan la dictadura y ahora una pandemia; no podemos referirnos a ellos de manera despectiva. Pese a dificultades, seguiremos trabajando para ellos con programas sociales que tenemos y continuaremos haciéndolo de la mano con alcaldes y gobernadores”. Sectores de Oposición, en voz de Juan Guaidó, como sectores oficialistas les han dicho a esos migrantes que en Venezuela serán bien recibidos. “Estamos viendo el regreso de muchos compatriotas. Los estamos recibiendo de brazos abiertos”, dijo la vicepresidente Delcy Rodríguez. Mostró imágenes “de lo que está sucediendo en el estado Táchira por ejemplo, donde ya empezaron a regresar nuestros compatriotas. Allí tenemos ya protocolos y dispositivos para el control, donde estamos llenándoles una ficha médica a nuestros compatriotas que están regresando a nuestra patria”, agregó. A la vez que anunció que a quienes entran les han dictado la "cuarentena obligatoria por dos semanas en los estados receptores de los estados fronterizos”, dijo Rodríguez, quien se quejó haciendo un llamado a las Naciones Unidas porque “estos compatriotas fueron echados de sus casas, hogares, donde estaban alquilados y cómo se vinieron a píe de regreso a nuestra patria”. Nicolás Maduro, por su parte, dijo: Estamos pendientes de nuestros compatriotas quienes víctimas de la xenofobia han decidido retornar a Venezuela, su Patria. Aquí les abrimos nuestros brazos como lo hemos hecho con millones de personas que han encontrado en nuestro país una tierra de Paz y esperanza. ¡Bienvenidos!”. El ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, publicó; “Estamos listos!! Tenemos un plan integral para recibir a nuestros compatriotas, con un despliegue multidisciplinario a lo largo de la frontera. Táchira sigue siendo un caso especial, dada la cantidad de hombres, mujeres y niños prácticamente echados y desatendidos desde Colombia”. Pero otra vez la realidad choca con las palabras. Ayer el terminal de San Antonio del Táchira estaba militarizado y lucía repleto, con la gran incertidumbre porque no aparecían los autobuses prometidos. Si bien es cierto que los venezolanos fueron recibidos apenas entraron a territorio venezolano, para aplicarles pruebas rápidas, también lo es que muchas personas están entrando por algunas trochas. Hay mototaxistas circulando solo en el casco de San Antonio del Táchira, pero no hay ningún tipo de transporte que esté llevando pasajeros hacia San Cristóbal. Aunque llegaron varias unidades de autobuses del Gobierno, las mismas no se dirigieron hacia el terminal sino hasta el comando militar de San Antonio del Táchira. Hasta las 6 de la tarde de este domingo los pasajeros seguían esperando a ser trasladados a las ciudades prometidas. MÁS SOBRE ESTE TEMA: Nicolás Maduro envió una carta al pueblo de EEUU “para que ponga freno” a las presiones de Donald Trump contra la dictadura chavista El misterio del buque Resolute que se negó a ser inspeccionado y el guardacostas venezolano que terminó hundido

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