Cuenta un dicho popular que la mejor manera de esconder un elefante en una plaza es llenar la plaza con una manada de elefantes. Algo de eso sucedió con la decisión administrativa 443 publicada el esta semana en el Boletín Oficial donde, con la sola firma del Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero , y del ministro de Economía, Martín Guzmán , se reasignaron partidas presupuestarias en medio de la pandemia por el coronavirus . La noticia se la llevó el fondeo del Ministerio de Salud, al que le asignaron $4325 millones para el programa "Prevención y control para enfermedades inmunoprevenibles" y la adquisición de bienes por $2565 millones. Pero detrás de ese dinero justificado vinieron otros elefantes. Lo más llamativo es la partida que se destinó al Ministerio de Cultura. En momentos de pandemia, el ministro Tristán Bauer y sus funcionarios disponen desde el 26 de marzo de 1736, 2 millones de pesos para gastar. La emergencia sanitaria lleva, por estos días, a realizar las comparaciones con lo que se destina a salud. Y los datos son elocuentes . Por cada 2, 5 pesos que Cafiero y Guzmán destinaron a la compra de insumos para atender la crisis del coronavirus le dieron 1, 7 a Bauer para que lo gaste en cultura. Coronavirus hoy en Argentina: cuántos casos se registran al 31 de Marzo En la plaza no sólo hay dos elefantes. Hay más. Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT) , el lugar donde mora Aníbal Fernández , también tuvo su partida de varios ceros. En la página 49 de un decreto que tiene un anexo de 104 se puede leer el cheque que Cafiero le envió a su colega exjefe de Gabinete. Para la mina de carbón se destinaron 1190 millones de pesos. Y para seguir con las comparaciones propias de la pandemia, se podría decir que por cada dos pesos de gasto nuevo para remedios o equipamiento se destinó uno al yacimiento patagónico que, por ahora, no produce mineral. Pero si de elefantes escondidos se trata, hay más. Dentro de la partida que se le entregó a Salud hay una que también llama la atención. A El Calafate llegará un cheque importante. El Hospital de Alta Complejidad Samic "El Calafate" podrá funcionar sin problemas. El nieto más empoderado del histórico líder peronista Antonio Cafiero le envió una partida de 471 millones de pesos para gastos de funcionamiento. Hay una partida más que sirve para comparación. Al Instituto Malbrán, el único que realizaba los tests de para conocer si un paciente estaba contagiado o no de coronavirus, recibió 1512 millones de pesos, un poco menos que el Ministerio de Cultura. La explicación que dan en el Gobierno es uniforme. Sucede que este año se funciona sin presupuesto, ya que el cambio de Gobierno y las sucesivas devaluaciones del año 2019 llevaron a que no se apruebe la norma. Eso significa que se utilizan las partidas del año pasado con actualizaciones y para eso es necesario moverlas, o reasignarlas. No le falta razón a esa explicación aunque, como no, tiene matices. Sucede que todo el Estado se encuentra en iguales condiciones de atraso. Desde la obra pública hasta centenares de programas están con escaso financiamiento. El monto y la oportunidad sólo dan cuenta de dónde tienen están las prioridades presupuestarias. Otro de los enormes cheques que se pueden mirar con atención es el de compra de alimentos. La pandemia generó la necesidad de parar el país y el freno, a su vez, desplomó el empleo de gran parte de la sociedad. Para la compra de alimentos no hubo reparo: $36.000 millones, 13 veces el cheque para medicamentos. En la página 39 de aquellas 102 aparece la llamada Jurisdicción 72: Ministerio de Cultura. Lo que viene es el programa administrativo bajo el cual se ejecutará el dinero. "Formulación de Iniciativas para la Implementación de Contenidos de Parques Temáticos" dice el ambicioso nombre. Para esa destino se enviaron 497, 5 millones de pesos. Todo indica que será dinero para Tecnopolis , el parte temático que a Bauer lo desvela. Una página después se fondea otro programa : "Formulación de iniciativas para las Expresiones Federales", con una readecuación presupuestaria de $1134 millones de pesos, poco menos que el Instituto Malbrán. La historia del Hospital de El Calafate es distinta. Es una institución de gobierno tripartito (inaugurado 2015) y que estuvo intervenido por Mauricio Macri en abril de 2017. A finales de 2018 se empezó a hablar del traspaso del hospital Nacional a la provincia, pero sin fondos. Nunca ocurrió, pero tampoco se incluyeron fondos para su funcionamiento en 2019. Es decir que durante 2019, No hubo un partida presupuestaria y cada pago de salarios, según explicaba el interventor de entonces -Gastón Ortiz Maldonado, un radical de cercano a Eduardo Costa- debía ir a pedirle fondos a distintos organismos para funcionar. Siempre hubo retrasos en los pagos y reclamos. En agosto de 2019, la intervención había elevado un presupuesto de $1.302.361 para 2020 pero la partida que se incluyó finalmente fue de $ 686.808.279. Menos de la mitad. Este monto que se le asignó ahora sería la diferencia. El hospital es el mejor de la provincia y uno de los mejores de la Patagonia. En El Calafate hay 8 casos positivos de coronavirus de los 9 que tiene la provincia. Además, unos cuantos más sospechosos en análisis. Así está el Estado argentino. Sin presupuesto y con la sábana corta. Las deudas, la parálisis de proyectos y los incumplimientos con los proveedores se acumulan en cada rincón administrativo. Estas normas sirven para entender dónde están las urgencias. Pero también para mirar por el ojo de la cerradura de los despachos de poder y husmear cuáles son las prioridades. Aún en medio de una pandemia. (*) Con la colaboración de Mariela Arias
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Cuenta un dicho popular que la mejor manera de esconder un elefante en una plaza es llenar la plaza c