Diez días después de haber decretado el aislamiento social obligatorio en todo el país, Alberto Fernández confirmó la extensión de la medida "hasta que termine Semana Santa". Durante el anuncio desde la Casa Rosada, el Presidente felicitó a la mayoría de los argentinos por haber cumplido con las restricciones que implica la cuarentena. No obstante, también manifestó su disgusto tanto con quienes no la respetaron como con aquellos empresarios que despidieron a empleados para minimizar sus "pérdidas". Luego de comunicar la prórroga del aislamiento, Fernández ratificó la prioridad que el Ejecutivo le asigna a la salud de la población por sobre las pérdidas económicas que implica dicha medida. "No tenemos que caer en el falso dilema de que es la salud o es la economía. Una economía que cae, siempre se levanta. Pero una vida que termina no la levantamos más", aseguró. Luego, enumeró las diversas medidas dispuestas por el Gobierno para ayudar tanto a los "sectores más empobrecidos" como a las Pymes a atravesar la cuarentena. En el caso de estas últimas, destacó la eximición del pago de contribuciones patronales a diversas actividades y la generación de créditos de emergencia. "Hemos hecho todo lo necesario para sobrellevar este momento económico. Por eso, como hicimos un esfuerzo muy grande, no me resulta grato ver que alguien despide a un empleado", sentenció. De esa forma, el Presidente sostuvo que así como el Estado será inflexible tanto con aquellos que violan la cuarentena como con los especuladores que rompen el acuerdo de precios establecido, también lo será con las empresas que despidan a su personal. "Si algo tiene que enseñarnos la pandemia es la regla de la solidaridad. No podemos en semejante crisis desamparar a alguien dejándolo sin trabajo. Acá de lo que se trata para muchos de esos empresarios es de ganar menos, no de perder más", aseveró y remató: "Bueno, muchachos, les tocó la hora de ganar menos, y así lo voy a hacer respetar".
