ROMA. - En una carta manuscrita que le envió ayer al juez porteño Andrés Gallardo, presidente del Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales, el Papa advirtió sobre el "genocidio virósico" que puede llegar a darse si los gobiernos anteponen la economía a las personas. En la epístola Francisco ponderó a los gobiernos que "han tomado medidas ejemplares con prioridades bien señaladas para defender a la población". "Es verdad que estas medidas 'molestan' a quienes se ven obligados a cumplirlas, pero siempre es para el bien común y, a la larga, la mayoría de la gente las acepta y se mueve con una actitud positiva", subrayó al elogiar luego a los gobiernos que "muestran la prioridad de sus decisiones: primero la gente". "Y esto es importante porque todos sabemos que defender la gente supone un descalabro económico. Sería triste que se optara por lo contrario, lo cual llevaría a la muerte a muchísima gente, algo así como un genocidio virósico", alertó. El exarzobispo de Buenos Aires también contó que el viernes tuvo una reunión con el Dicasterio del desarrollo humano integral -uno de los "ministerios" del Vaticano-, para reflexionar "sobre el ahora y sobre el después" de la pandemia. "Prepararnos para el después es importante", aseguró, al advertir que "ya se notan algunas consecuencias que deben ser enfrentadas: hambre, sobre todo para las personas sin trabajo fijo (changas, etc), violencia, la aparición de los usureros, que son la verdadera peste del futuro social , delincuentes deshumanizados". Al principio de la carta, que es una respuesta a un correo que le envió el jueves Gallardo, según dijo a LA NACION este juez, que suele tener contactos regulares con el Santo Padre como presidente del Comité Panamericano de Jueces, Francisco admitió estar preocupado por la situación. "A todos nos preocupa el crecimiento, en progresión geométrica , de la pandemia", escribió. Aunque reconoció que se sentía esperanzado por "la reacción de tantas personas, médicos, enfermeras, enfermeros, voluntarios, religiosos, sacerdotes, que arriesgan su vida para sanar y defender a la gente sana del contagio". En otro orden, en otro Angelus dominical que se vio obligado a rezar hoy a puertas cerradas desde la Biblioteca del Palacio Apostólico, por streaming, Francisco evocó el llamado a un cese del fuego global e inmediato en todos los rincones del mundo lanzado días atrás por el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, en plena emergencia por el Covid-19. "Me uno a todos los que han aceptado este llamamiento e invito a todos que le den seguimiento deteniendo toda forma de hostilidades bélicas, fomentando la creación de corredores para la ayuda humanitaria, la apertura a la diplomacia, la atención a quienes se encuentran en situaciones de más grande vulnerabilidad", dijo. "Que el compromiso conjunto en contra de la pandemia pueda llevar a todos a reconocer nuestra necesidad de reforzar los lazos fraternos como miembros de una familia única", pidió. "En particular, que cause en los responsables de las naciones y en las otras partes en causa un renovado compromiso para superar las rivalidades: ¡los conflictos no se resuelven con las guerras! Es necesario superar los antagonismos y contrastes mediante el diálogo y una constructiva búsqueda de paz", sostuvo. Francisco, que el viernes presidió una oración extraordinaria en una Plaza de San Pedro totalmente vacía en contra de la pandemia, por otro lado reco recordó a las personas que están obligadas a vivir en grupo en este momento, en casas de reposo o en cuarteles. E hizo un llamado especial en favor de las personas que están en las cárceles. "Leí un informe de las Comisiones de Derechos Humanos que habla del problema de las cárceles sobrepobladas, que podrían volverse una tragedia", denunció. "Pido a las autoridades ser sensibles a este grave problema y tomar medidas necesarias para evitar tragedias futuras", exhortó.
Coronavirus. "Genocidio virósico ": la dura advertencia de Francisco en una carta
ROMA. – En una carta manuscrita que le envió ayer al juez porteño Andrés Gallardo, presidente del Com