Brasil no puede parar. Ese es el nombre de la campaña lanzada por el gobierno del presidente Jair Bolsonaro, macizamente compartida en las redes sociales, para movilizar a sus seguidores y ponerlos en las calles de centenares de ciudades del país, presionando a alcaldes y gobernadores por la apertura de comercios y escuelas. Al mismo, tiempo, en una medida que está llevando a muchos empleados del gobierno federal a cambiar su decisión de trabajar en casa, el Ministerio de Economía ordenó suspender el pago a trabajadores estatales de beneficios como el pago de transporte y otros adicionales. “Para los casi 40 millones de trabajadores autónomos, Brasil no puede parar. Para los vendedores ambulantes, ingenieros, feriantes, arquitectos, albañiles, abogados, profesores de la red privada, prestadores de servicios, Brasil no puede parar”, dice la campaña, mostrando imágenes de hombres y mujeres vendiendo baratijas y de trabajadores de distintas actividades, como operarios fabriles, recolectores de residuos, costureras y profesionales de la salud. “Para los comerciantes de barrio, para los que tienen tiendas en el centro, para los empleados domésticos, para millones de brasileños, Brasil no puede parar”, agrega, alertando también sobre el cierre de empresas y despidos masivos. La campaña apela también a los enfermos ocasionados por la pandemia y por otras dolencias. “Para los millones de pacientes de las más diversas enfermedades y los heroicos profesionales de salud que de ellos cuidan, para los brasileños contaminados por el coronavirus, para todos los que depende de atención y de la llegada de remedios y equipos, Brasil no puede parar”, afirma la campaña, recibida con indignación por muchos y con entusiasmo por los seguidores del presidente de Brasil. El Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, sale del Palacio do Alvorada. / EFE Los mensajes #OBrasilnaopodeparar y #Bolsonarotemrazao (Brasil no puede parar y Bolsonaro tiene razón) comenzaron a propagarse rápidamente en las redes, al igual que llamados a realizar recorridas en automóviles para pedir que abran todas las actividades que el coronavirus obligó a cerrar. “En el mundo entero, son raros los casos de víctimas fatales de coronavirus entre jóvenes y adultos. La casi totalidad de los fallecimientos se dio con ancianos. Por lo tanto, es preciso proteger a estas personas y a todos los integrantes de grupos de riesgo. Para estos, el aislamiento. Para los demás, distanciamiento, atención redoblada y mucha responsabilidad. Vamos, con cuidado y conciencia, a volver a la normalidad”, dijo la Secretaría de la Comunicación de la Presidencia de Brasil al presentar la campaña. Bolsonaro, en sus redes sociales, compartió imágenes de una caravana de automóviles en la sureña ciudad de Camboriú contra el aislamiento social y reclamando el regreso al trabajo. El gobernador de Santa Catarina, Carlos Moisés, un aliado del presidente conocido como Coronel Moisés, anunció que desde la próxima semana ese estado de la Región Sur de Brasil aflojará la cuarentena y autorizará una paulatina reanudación de la actividad. Grupos de Whatsapp y redes de seguidores del presidente de Brasil compartieron imágenes de caravanas en otras ciudades y también llamados a realizar movilizaciones. “Caravana en la gran Vitoria. 28/3 – Sábado - Concentración a las 9.30 – Caravana de los empresarios, comerciantes, choferes de aplicaciones, profesionales liberales y de todos los que necesitan que Brasil vuelva a funcionar ya. ¡Vamos a aislar a nuestros ancianos y tratar a los enfermos, el resto necesita volver a la guerra!”, dice una de las convocatorias distribuidas en el estado de Espírito Santo, en el sudeste del país. Siempre con la etiqueta #Bolsonarotemrazao, las convocatorias se repitieron en la sureña Curitiba, en Aracaju (nordeste) y otras ciudades del país, grandes y pequeñas. Bolsonaro, hablando brevemente con periodistas, dirigió duros mensajes a gobernadores y alcaldes que ordenaron cerrar comercios, asegurando que deberían pagar los aportes patronales mientras dure la suspensión. Carteles que rezan "Fuera Bolsonaro" en San Pablo. / Reuters “Hay un artículo de la ley laboral que dice que todo empresario, comerciante que fuera obligado a cerrar su establecimiento por decisión del respectivo jefe del Ejecutivo, los aportes laborales, quien los paga, es el gobernador o el alcalde. Cerraron todo. Era una competencia de quien iba a cerrar más”, dijo el presidente, insistiendo en la necesidad de que jóvenes y adultos sanos retomen sus tareas. El gobernador de San Pablo, Joao Doria, quien mantuvo una feroz pelea con Bolsonaro en una videoconferencia tras poner en cuarentena al distrito que es el corazón industrial y financiero de Brasil, recordó que Italia pagó un alto precio por resistir medidas de aislamiento. “Los números muestran que la medida está impidiendo el avance desenfrenado de infectados”, dijo. Doria radicó ante la policía una denuncia por amenazas de muerte que, indicó, recibió en su teléfono móvil. Los mensajes también hablaban de invadir su residencia particular, ubicada en el barrio de Jardins, en la ciudad de San Pablo, que fue cercada por la Policía Militar para aumentar la protección. Bolsonaro acusó a Doria de hacer politiquería y demagogia barata, y aprovechar la crisis sanitaria y económica para lanzar su candidatura a la presidencia. Brasilia, corresponsal COMENTARIOS COMENTARIOS CERRADOS POR PROBLEMAS TÉCNICOS. ESTAMOS TRABAJANDO PARA REACTIVARLOS EN BREVE. Comentarios CARGANDO COMENTARIOS Para comentar debés activar tu cuenta haciendo clic en el e-mail que te enviamos a la casilla ¿No encontraste el e-mail? Hace clic acá y te lo volvemos a enviar. Para comentar nuestras notas por favor completá los siguientes datos.
Coronavirus en Brasil: la increíble campaña de Jair Bolsonaro de reabrir todo y sacar a la gente a la calle
El presidente moviliza a seguidores para reclamar la apertura de comercios, bajo el lema "Brasil no puede parar".