A pesar de los más de 2.200 casos y 46 muertes, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro , volvió a minimizar este martes 24 de marzo el posible impacto de la pandemia del coronavirus en el país y afirmó que los gobernadores que adoptaron medidas de cuarentena ponen en riesgo la economía con una política de "tierra arrasada". "Algunas autoridades de estados y municipios deben abandonar el concepto de tierra arrasada : la prohibición de transporte, el cierre del comercio y el confinamiento masivo", porque "debemos mantener los empleos y preservar el sustento de las familias", dijo Bolsonaro en un discurso transmitido en cadena por radio y televisión. Hierve Brasil: se duplicaron casos de coronavirus y hubo cacerolazos contra Bolsonaro "El grupo de riesgo es el de las personas de más de 60 años. ¿Entonces por qué cerrar escuelas?", se preguntó el mandatario brasileño, pocas horas después de que Sao Paulo, el estado más rico del país, pusiera en marcha una cuarentena de todos los servicios no esenciales. El presidente aseguró que "hay raros casos fatales de personas sanas con menos de 40 años de edad. El 90 por ciento de nosotros no tendremos cualquier manifestación si nos contaminamos. Debemos tener extrema preocupación en no transmitir el virus para los otros, en especial a nuestros queridos padres y abuelos, respetando las orientaciones del Ministerio de Salud". En esa línea, según él, si es infectado por el virus "no necesitaría preocuparme. No sentiría nada o como mucho, una pequeña gripe o un pequeño resfriado". Bolsonaro volvió a criticar, como ya hizo en varias ocasiones, lo que considera una "histeria" de los medios en torno a la pandemia y reiteró que Brasil tiene una población joven y un clima cálido poco favorables para su propagación, contrariamente a Italia, que se convirtió en su principal foco europeo. "Gran parte de los medios de comunicación fueron a contramano. Escamparon exactamente la sensación de pavor, teniendo como argumento el anuncio del gran número de víctimas en Italia, un país con un gran número de ancianos y con un clima totalmente distinto al nuestro. El escenario perfecto, potencializado por los medios, para que una verdadera histeria se escampe por nuestro país", criticó. Los negadores de la pandemia Bolsonaro comentó que "se notó, de ayer para hoy, que parte de la prensa cambió su editorial, piden calma y tranquilidad. Esto es muy bueno. Felicidades, prensa brasileña. Es esencial que el buen censo y el equilibrio prevalezcan entre nosotros", finalizó. Hasta este martes, Brasil registró 46 muertes y 2.247 casos de coronavirus . "El virus llegó a Brasil, lo estamos enfrentando y en breve pasará. Nuestra vida tiene que continuar. Los empleos tienen que mantenerse. El sustento de las familias tiene que ser preservado. Debemos, sí, volver a la normalidad", declaró. Esas posturas le valieron al presidente ultraderechista críticas de sus propios aliados y una sucesión de cacerolazos en varias ciudades que este martes sonaron con fuerza durante su discurso. ED / DS
Con 2.200 contagios de coronavirus, Bolsonaro se resiste a imponer una cuarentena
Brasil ya suma 46 muertos, pero el presidente no quiere imponer el aislamiento para evitar poner en riesgo la economía. Los gobernadores lo desoyen y aplican sus propias normas.