En la mañana de hoy, y después de casi tres meses, la Casa Rosada amaneció con un sorpresivo vallado provisorio en su frente. El dato no pasó desapercibido para quienes llegaron temprano a Balcarce 50. Enojó al presidente Alberto Fernández , quien ni bien llegó a su despacho ordenó quitar las vallas. Fuentes oficiales culparon a la Policía Federal por el "olvido", y reafirmaron que durante su gestión no habrá "Plaza de Mayo partida", una medida ordenada por su antecesor, Mauricio Macri . Todo comenzó ayer, cuando la Policía Federal estableció la habitual defensa de hierro dispuesta en la Catedral Metropolitana para proteger también a la Casa Rosada, antes de la marcha de organizaciones de mujeres por el 8-M. El vallado solo cubría el frente del edificio, y no afectaba la circulación de transeúntes y autos por la Plaza de Mayo. Según fuentes oficiales, esa fuerza "hizo lo que era habitual", pero sin tomar en cuenta que "el Presidente no quiere más vallas", tal como lo expresara ni bien asumió su mandato. "No sé quien se equivocó, pero Alberto llegó a la Rosada e hizo sacar todo", contaron a LA NACION cerca del Presidente. Tras un acuerdo con el jefe de gobierno. Horacio Rodríguez Larreta, empleados de la Ciudad comenzaron, el 9 de diciembre, a desmontar las rejas que rodeaban la Plaza de Mayo . Fernández pudo tener la plaza "libre" para el acto de su asunción, un día después. "En la campaña electoral reclamé que levantaran las rejas que hoy distancian a la Casa Rosada de los argentinos. Muchas gracias por ayudarme a terminar con las divisiones y unir a la Argentina", agradeció Fernández al jefe de gobierno porteño, vía redes sociales y por aquellos días. Contrariado por la decisión de la policía, el Presidente activó los mecanismos para que su promesa siguiera en pie.
