¿Cuál es el delito? Si los parques eólicos fueron un negocio entre una empresa española, Isolux, con sus viejos socios del Grupo Macri y después un gigante chino, Goldwind, no son más bien trampas entre privados? ¿cuál es el perjuicio para el estado? Esto es lo que argumentaban en Comodoro Py alrededor del caso de los parques eólicos. Por primera vez, Página/12 devela el mecanismo con el cual el gobierno Macri y el Grupo Macri le produjeron un perjuicio al estado argentino de centenares de millones de dólares con los molinos de viento. Expertos en energía renovable calculan que en los 20 de años de contrato de cuatro de los seis parques eólicos que el Grupo Macri le compró a la quebrada Isolux, el gobierno de Macri --otra vez de los dos lados del mostrador-- perjudicó al estado en más de 700 millones de dólares. Isolux, la vieja socia de los Macri, se había adjudicado cuatro parques en 2009 y cuando Macri asumió en 2016, los españoles no habían construido nada, estaban en crisis total, denunciados por corrupción. No sólo correspondía quitarles esas concesiones, sino también aplicarle multas por los incumplimientos. El paso siguiente debía ser una nueva licitación, pero con los precios que el estado pagaba en 2016, es decir, 59 dólares por megawatt. Pero el gobierno Macri no licitó nada, el Grupo Macri se quedó con los cuatro parques y el Estado compró cada megawatt a más de 71 dólares. Esos 12 dólares por mega/hora, que el estado paga demás, son los que en 20 años producen una diferencia de cientos de millones de dólares. La trampa fueron los sobreprecios. Pero hubo un adicional. Pese a que Isolux había desistido de los cuatro primeros parques y anunció que se iba del país, la administración Macri le adjudicó otros dos más --Loma Blanca VI y Miramar--, que también se los quedó el grupo Macri, al punto que salió a venderlos de inmediato. En la propuesta de venta, el Grupo Macri no se escondió: en la carátula de la propuesta hecha a inversores --a la que Página/12 accedió de forma exclusiva--, figura el logo de Socma, Sociedades Macri. Trampa Las licitaciones en parques eólicos no son como todas las demás: no consisten en que el estado entrega un bien y el particular lo explota. En el caso de los molinos y también la energía solar, los particulares ponen molinos o paneles solares y ofrecen venderle la energía al estado a determinado precio. Se supone que gana la licitación --el estado acepta-- el que ofrece el precio menor. En 2009, durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y con Julio De Vido como ministro, se hizo la primera ofensiva para que el país sume energía limpia y renovable. El plan se llamó GENREN (Generación de Renovables): se licitaron parques eólicos y parques de energía solar. En aquella licitación, Isolux--Corsan, viejo aliado del Grupo Macri, ganó cuatro parques eólicos en Chubut: Loma Blanca I, II, III y IV. Por supuesto que hubo acusaciones contra De Vido de que se estaba pagando demasiado por cada megawatt y uno de los acusadores era, precisamente, Macri. Los especialistas están de acuerdo en que aquel precio era alto pero no aseguran que existieran sobreprecios, porque los valores fueron bajando de manera abrupta, más o menos un 20 por ciento anual, en todo el mundo. El mismo molino que en 2009 producía 1, 5 megawatt (mw) hora, hoy produce más de 5 megawatts. La tecnología avanzó de forma asombrosa porque la energía renovable se masificó en todo el mundo, algo parecido a lo que ocurre en telefonía celular. Hay un dicho simpático en el mundo de la energía. "the profits are blowing in the wind", parafraseando una canción de Bob Dylan: las ganancias soplan en el viento. Cuando Macri llegó al gobierno también los precios se fueron modificando a la baja año a año: en el plan Renovar I se pagaron, en promedio, 58 dólares el mw y en el plan Renovar II el precio bajó a 40. Entre uno y otro plan pasó apenas un año. Cuando Mauricio Macri llegó al gobierno, en diciembre de 2015, Isolux no había hecho nada con tres de los cuatro parques eólicos y sólo había puesto en marcha uno, Loma Blanca IV. La empresa estaba virtualmente en quiebra, acusada de corrupción en España y con deudas de todo tipo en la Argentina. Para colmo, el compromiso era comprarle los mw a los precios más altos determinados en 2009 por el programa Genren. En toda la industria de la energía renovable se daba por seguro que Macri anulaba las adjudicaciones y volvía a licitar los parques eólicos de Isolux, que a esa altura no sólo merecía que le quiten los parques sino que se le impongan punitivos por no haber concretado lo que era su obligación. Además, el ex presidente lanzó discurso tras discurso anunciando que ahora sí, con él en la Casa Rosada, las licitaciones iban a ser transparentes y no como en el plan Genren. La maniobra fundamental consistió en que Macri no le quitó los parques a Isolux sino que se los quedó para su grupo empresarial. Lo primero que hizo fue convalidar el Genren que tanto cuestionó: lo hizo a través de una resolución, la número 202, que firmó el mismo Macri. Eso sí, le bajó algo el precio al mw del valor original. Se fijó en 71 dólares, una cifra altísima comparada con los precios con los que licitaron los nuevos parques en ese mismo año, a lo sumo 59 dólares. Una vez validado el Genren, se puso en marcha para que varias empresas asociadas al Grupo Macri le compraran los parques a Isolux, una maniobra muy bien descripta por la periodista de Perfil Emilia Delfino. El tradicional contador del Grupo Mario Payaslian armó sociedades --Sideli, Sidsel, Usir y otras-- que se quedaron en octubre de 2016 con los parques de Isolux a cambio de 25.800.000 dólares. Parte del dinero lo pusieron Carlos Tévez, 17 millones de dólares y Guillermo Barros Schelloto, 800.000 dólares (ver aparte). Según Perfil, Payaslian reconoció que el Grupo Macri tenía el 12 por ciento de las sociedades compradoras, pero aparece con la mayoría la sociedad Usir que tiene toda la sospecha de ser, también, del Grupo Macri. Una prueba es que Usir le prestó 5 millones de dólares a Gianfranco Macri, sin explicación alguna y, además, aparece en el trasfondo una sociedad en Luxemburgo, paraíso fiscal, llamada Rainbow Finances. Un aspecto aún más grotesco es que un mes después de que Isolux anunciara que vendió sus cuatro parques eólicos y que se iba del país, el gobierno de Macri le volvió a adjudicar a la empresa española dos parques más, Loma Blanca VI y Miramar (ver aparte). En síntesis, el Grupo Macri se quedó, sin pasar por ninguna licitación y a cambio de 25.800.000 dólares, con seis parques eólicos, en cuatro de los cuales el estado pagaba un sobreprecio importantísimo por el mw, por lo que se trató de un grave perjuicio para el erario público. Pero el Grupo Macri no quería vender energía ni invertir. Sólo quiso concretar un pase de manos con enormes ganancias. De manera que tomó los parques eólicos y así como se los había quedado, así los vendió en menos de un año. Tenía una carta decisiva a favor: el estado le pagaba más que lo normal. Los compradores fueron una empresa china, Goldwind, que se quedó con cinco parques y Genneia, empresa liderada por Jorge Brito del Banco Macro, con el parque restante. En total, en la venta, el grupo empresario del presidente recaudó 95 millones de dólares, con una ganancia --en el pase de manos-- de 69.200.000 dólares. En un año, el Grupo Macri, prácticamente sin hacer nada, se llevó casi 70 millones. Pero, al mismo tiempo, lo que hizo el Grupo Macri fue transferir el perjuicio para el estado. Transfirió los cuatro parques originales Loma Blanca I, II, III y IV, a los que el estado les compra la energía a 71 dólares el mw/hora, en lugar de los 59 de 2016 o incluso los 40 dólares de las licitaciones de 2017. Un cálculo hecho por especialistas consultados por Página/12 indica que ese sobreprecio que la administración Macri dejó al no anularle la licitación a Isolux, significa una erogación de nueve millones de dólares adicionales por año y por cada parque. Si se considera que los contratos son por 20 años, la diferencia en contra del estado es astronómica: 180 millones por cada parque y 720 millones sumados los cuatro parques. Esto es lo que explica por qué el Grupo Macri encontró compradores tan fácilmente. El escandalo de los parques eólicos motivó una denuncia de los diputados Rodolfo Tailhade y Martín Doñate, del Frente de Todos. Pero el juez Marcelo Martínez de Giorgi se encontraba con un problema: no estaba claro el perjuicio al estado, porque aparentemente eran manejos entre privados, Isolux, los Macri y las empresas compradoras. Por supuesto que aparecía la sociedad armada en Luxemburgo y fuertes sospechas de lavado de dinero y evasión impositiva, pero no la estafa al estado. La investigación de este diario demuestra que las jugarretas no fueron para nada neutrales: perjudican al estado en centenares de millones de dólares. Y queda sobre la mesa un delito mucho más grave: administración fraudulenta en perjuicio del estado.
Parques eólicos: el negociado de los Macri perjudicó al Estado en cientos de millones de dólares
El Estado compró los megawatts a un precio superior al del mercado