Política

La rutina de Mauricio Macri lejos del poder: paddle con amigos y reuniones en su nueva oficina

El ex presidente fue a jugar el miércoles a la tarde a Palermo con su cuñado Daniel Awada, el actor Martín Seefeld y el relacionista público Hernán Nisenbaum

Si existe un palabra en la que coincidan todos los allegados a Mauricio Macri para describir cómo se siente tras dejar la Casa Rosada el 10 de diciembre es “aliviado”. Esto quedó claro con la nueva rutina que comenzó el ex presidente luego de unas largas vacaciones en Villa La Angostura: paddle con amigos en el Racket Club de Palermo. El ex mandatario jugó durante una hora con el hermano de Juliana Awada, Daniel, el actor Martín Seefeld y el relacionista público Hernán Nisenbaum, con quien hizo pareja. No trascendió el resultado del partido. Macri está decidido a disputar el lugar de líder de la oposición a partir del 40 por ciento de los votos que obtuvo en las últimas elecciones frente a Alberto Fernández. Les asegura a sus íntimos que en cuatro años volverá a competir por la Presidencia. Para eso, tiene reuniones políticas todos los días. El regreso del ex presidente echa por tierra las versiones que indicaban que podía mudarse a España -rumor que surgió cuando Awada viajó junto a Antonia- o alejarse definitivamente de los armados políticos. Ya tiene donde vivir: alquiló una coqueta casa en Martínez con vista al río. Y sus intenciones están claras: planea monitorear la gestión de Alberto Fernández con los equipos técnicos de la Fundación Pensar y de algunos ex funcionarios de gobierno. También tiene otro objetivo en mente: escribir un libro sobre su paso por la Presidencia. Algo parecido a las memorias de su gobierno. Antes del inicio de sus vacaciones, se reunió con el senador Humberto Schiavoni, Patricia Bullrich, la ex ministra de Seguridad, Guillermo Dietrich, el ex ministro de Transporte; Eduardo Machiavelli, el representante de Horacio Rodríguez Larreta, y Fernando De Andreis, ex secretario general de la Presidencia. Los encuentros estuvieron dedicados casi con exclusividad a la organización del PRO. José Torello, todavía apoderado del partido, también pasó por las nuevas oficinas a fines del año pasado. "Yo siempre les decía a todos, cuidado, que yo conozco los mercados, que un día no te dan más plata y nos vamos a la mierda”, explicó. Además, lamentó que su gabinete y allegados le pidieran que se quedara “tranquilo” ante el incierto frente financiero. Allí volvió a hablar y se mostró orgulloso de haber sido elegido para ese rol: “Es un honor y una satisfacción enorme haber sido designado presidente ejecutivo de la Fundación FIFA. Agradezco al presidente Infantino por esta muestra de confianza y por darme la oportunidad de combinar mis tres pasiones: la educación, el fútbol y trabajar por los jóvenes, para que tengan un mejor futuro". Vestido con un pantalón pinzado gris, sweater azul y camisa haciendo juego, Macri no tuvo reparos en posar con la gente que le pidió selfies. Una señora, en tono de broma le dijo “no me saco fotos con famosos porque salgo mal” y él le respondió de buen humor “bueno, no te tires abajo”. Si bien Mauricio Macri está alejado por ahora de las actividades públicas, su equipo de colaboradores sigue de cerca la denuncia penal que presentó el senador del Frente de Todos, Oscar Parrilli. Lo acusó de los delitos de “daño agravado” e “incumplimiento de los deberes de funcionario público” por la demolición de una escalera histórica de la Casa Rosada (que databa del año 1895 y que era de mármol de Carrara, la cual fue reemplazada por un ascensor), por el abandono y deterioro de su museo (que se inundó por filtraciones y mal mantenimiento y permanece inhabilitado desde hace dos años) y por la destrucción del Salón Azul (que al momento de la asunción de Macri estaba en buenas condiciones). FOTOS: Maximiliano Luna

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