Era todo alegría en la presentación del Plan Nacional de Lecturas en el Museo de la Casa Rosada y de pronto un uhh -suavecito- cruzó la sala: el presidente Alberto Fernández acaba de hablar de "las novelas de Borges". Jorge Luis Borges es conocido por no haber transitado nunca ese género. Es el segundo dolor de cabeza que el autor de Ficciones le da al presidente: a poco de asumir, el empresario de Alejandro Roemmers le ofreció donar una colección de documentos del escritor para hacer un museo de Borges. Y enseguida la viuda del autor, María Kodama, denunció que varios de esos documentos son robados: la controversia por ahora no pasó de declaraciones. La sala estaba llena de gente del libro: editores y escritores, en particular. Se trataba de reactivar un plan que implica el envío de libros a las escuelas y, además, la organización de actividades para que esos libros se lean, se entiendan, se disfruten. El gobierno de Mauricio Macri desmanteló el programa y su regreso se anunciaba con la algarabía que la noticia merece. Muy emotivo el discurso de Fernández citando a Whitman y Baudelaire, pero dijo que aunque Borges fuese conocido por sus "novelas" son mejores sus poemas. Fail. El plan será dirigido por Natalia Porta López -con mucha experiencia al frente de la Fundación Mempo Giardinelli- en el ámbito del ministerio de Educación, a cargo de Nicolás Trotta. Fernández celebró "un plan que es volver a la lectura" y se confesó "analógico", es decir, lector de libros en papel. Dijo que le gusta "pasar las hojas, subrayarlas", a diferencia de su hijo que, contó, leyó un discurso que había escrito directamente de un celular. Unos minutos antes la escritora Claudia Piñeiro había leído en voz alta Juan López y John Ward, un poema que Jorge Luis Borges le dedicó al conflicto de Malvinas. Ese que termina: El hecho que refiero pasó en un tiempo que no podemos entender". El presidente habló de un poema que había leído de joven, en un taller de lectura del poeta Walt Whitman. "Leí un poema de Borges que se llamaba Las causas", contó. Es un poema hermoso que enumera cosas como "Los ponientes y las generaciones. /Los días y ninguno fue el primero. /La frescura del agua en la garganta de Adán. /El ordenado Paraíso. " Y, tras la larga enumeración, remata: "Se precisaron todas esas cosas/ para que nuestras manos se encontraran". El mandatario se entusiasmó: "Deben incorporarlo, es una maravilla". Y ahí se lanzó: "Borges es reconocido por sus novelas pero la poesía es maravillosa". Uhh en la sala. Bajito, nadie quería empañar la alegría por un error, en un hombre que en el mismo discurso habló de Baudelaire, de Pessoa, de Bukowski. Y, sobre todo, que estaba dándole primera jerarquía -con su presencia- a un plan de lectura. Quizás por eso nadie lo corrigió tampoco. El ministro Tristán Bauer, la flamante coordinadora del Plan Nacional de Lecturas, Natalia Porta López, la ministra Losardo, el presidente Fernández, el ministro Nicolás Trotta y las escritoras Claudia PIñeiro y Eugenia Almeida. / Luciano Thieberger. Después, en los pasillos, algunos recordaban que Menem había dicho que leyó a Sócrates (que no escribió) y que Mauricio Macri también afirmó haber leído una novela de Borges. Más allá del error, el presidente contó que ordenando su escritorio en Olivos se topó con otro libro, El año de Artaud. Rock y política en 1973, del crítico musical Sergio Pujol. "Me atrapó y dejé de ordenar". COMENTARIOS Comentarios CARGANDO COMENTARIOS Para comentar debés activar tu cuenta haciendo clic en el e-mail que te enviamos a la casilla ¿No encontraste el e-mail? Hace clic acá y te lo volvemos a enviar. Para comentar nuestras notas por favor completá los siguientes datos.
El furcio de Alberto Fernández: habló de "las novelas" de Borges, que nunca escribió una
El presidente estaba elogiando los poemas del escritor. En la sala se oyó un uhh bajito pero nadie lo corrigió.