Alberto Fernández ya definió quién ocupará un casillero de su gabinete que, aunque sin la visibilidad del área económica, generó tironeos internos. Finalmente, la abogada Elizabeth Gómez Alcorta, dirigente de Vamos y defensora de Milagro Sala, encabezará el Ministerio de la Equidad. También quedó fuera de carrera para Equidad, uno de los nuevos ministerios que creará Fernández, la concejal de Tigre Malena Galmarini, esposa de Sergio Massa. El jefe del Frente Renovador celebra, en cambio, las señales que indican que el exintendente de Junín Mario Meoni manejará el área de Transporte. Todavía no se confirmó si será un ministerio o una secretaría. La llegada de Gómez Alcorta a Equidad es también un guiño al Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), dado que la dirigente, precandidata a diputada nacional en 2017, integra la comisión directiva de la organización de derechos humanos. Abogada de víctimas de la represión ilegal en juicios de lesa humanidad y defensora de la causa indígena, se hizo conocida como abogada de Sala, en los procesos que la dirigente jujeña enfrentó desde 2016. En el gobierno de Cristina Kirchner se desempeñó como subcoordinadora del programa Verdad y Justicia del Ministerio de Justicia. Victoria Donda, primera candidata a ocupar esa cartera, dirigirá el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi). Donda, también abogada y dirigente de Somos, llega al Inadi después de haber ganado una banca como diputada nacional en las últimas elecciones. Había presentado un proyecto para desarrollar el Ministerio de la Equidad que finalmente no prosperó. En las conversaciones que mantuvo con el presidente electo se aseguró el fortalecimiento del organismo que le tocará dirigir. Si Donda renuncia a su banca como diputada, asumirá en su lugar otra mujer: la exdiputada nacional Mara Brawer, dirigente de la Corriente Nacional de la Militancia, el espacio que lidera Agustín Rossi, futuro ministro de Defensa.
Una de las abogadas de Milagro Sala será ministra de la Equidad
Alberto Fernández ya definió quién ocupará un casillero de su gabinete que, aunque sin la visibilidad