Sociedad

Hay casi 12 mil viviendas en barrios del Procrear casi terminadas y Alberto Fernández podría entregar 5000 en seis meses

Son casas de 70 desarrollos urbanísticos en todo el país que vienen ejecutándose desde el fin de la administración de Cristina a paso lento.

Alberto Fernández asumirá la presidencia con los ojos puestos sobre la deuda externa, con los acreedores, y la interna (los miles de millones de pesos que deben beneficiarios de AUH y jubilados). También con la inflación y la pobreza al tope de las preocupaciones. Pero cuando levante la vista, encontrará que tiene 11.906 viviendas en desarrollos urbanísticos del plan Procrear casi listas para entregar. De ellas, indicaron en la secretaría de Vivienda, 5000 están terminadas y podrán otorgarse durante el primer semestre de 2020. El detalle, al que accedió TN. com. ar, da cuenta de un avance lento en la construcción de viviendas en desarrollos urbanísticos, una de las patas que tiene el Procrear desde su creación, en junio de 2012, cuando el Estado puso a disposición del programa terrenos para convertir en barrios. En el Frente de Todos y en funciones técnicas vinculadas al Programa de Crédito Argentino, entienden que hubo una ejecución lenta de las obras, que comenzaron con la gestión de Cristina Fernández de Kirchner. El secretario de Vivienda, Iván Kerr, relató distintos escollos que tuvieron que sortear en provincias y municipios, vinculados a la habilitación de servicios y obras. El 12 de junio de 2012, la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner presentó en sociedad al Procrear: un programa de crédito hipotecario para construir viviendas en lotes particulares y levantar desarrollos urbanísticos en terrenos que cedería el Estado. Desde entonces, el Procrear funcionó con el Banco Hipotecario como administrador del fideicomiso. Luego, el gobierno de Mauricio Macri abrió el juego al resto de los bancos públicos y privados, pero el Hipotecario quedó al comando del fideicomiso que tiene a los barrios bajo su órbita. Los créditos para construir en lotes particulares se asignaron relativamente rápido, los trámites y licitaciones para erigir los barrios se demoraron y recién a mediados de 2014 comenzaron las obras. Así las cosas, la gestión de Macri recibió 79 terrenos en todo el país con distintos grados de avance. Las obras continuaron en los 70 predios en los que las construcciones se habían iniciado. Allí, se levantaron 23.306 viviendas, de las cuales se entregaron 11.400. ¿Por qué tan lento avance? Según Kerr, por la complejidad de realizar las obras de ejecución nacional en predios que necesitaban habilitaciones y permisos provinciales y municipales que, muchas veces, se demoraron. El funcionario pone como ejemplo un desarrollo en el municipio de Tigre, provincia de Buenos Aires. Los beneficiarios habían sido sorteados hacia el fin del mandato de Cristina, pero un fallo judicial y cuestiones burocráticas trabaron la entrega de las primeras viviendas hasta 2017. “Heredamos Tigre todo sorteado y, cuando fuimos, salió un fallo de Arroyo Salgado que nos suspendió la obra en el predio porque los municipios no daban factibilidades de inundabilidad”, dijo Kerr. “Tuvimos que hacer todo el recorrido con la obra, acompañar a las familias, hacer el rulo para aprobar los planos y eso demoró muchísimo la entrega”, siguió. “Entonces, preferimos no hacer sorteos en ningún predio hasta no tener las obras terminadas”, continuó. El funcionario relató problemas de ese estilo en distintos predios. “En Paraná, tenemos 450 viviendas prácticamente terminadas, pero la planta de tratamiento no está aprobada por el municipio y no sé cuánto más va a llevar”, dijo. “En el Conurbano, teníamos predios con la factibilidad aprobada por ABSA (Aguas Bonaerenses), luego tomó la concesión AYSA y nos dijo ‘esa factibilidad no es válida’”, enumeró. “En Buenos Aires, hay viviendas que están terminadas, pero falta que venga Edenor a energizar”, continuó. “En Mendoza, involucramos al gobernador para que las empresas de agua y gas nos dieran las altas”, prosiguió. A raíz de eso, dice Kerr, el Gobierno decidió abrir las inscripciones solo cuando las viviendas estuvieran habitables. Con todos los servicios habilitados. El problema es que entre el fin de la construcción en sí y la puntada final de los servicios pueden pasar largos meses. Eso demora el proceso, ya que los trámites de selección, cotejo de condiciones y otorgamiento del crédito duran, al menos, seis meses más. Esas dilaciones burocráticas se dieron mientras la economía caía en picada y las condiciones de ingresos de las familias se deterioraban, lo que dificultó calificar para el préstamo y hasta animarse a tomar una financiación atada al índice de precios. Un técnico que forma parte del Programa ejemplifica: “Se hacen los sorteos y a veces la gente no aparece. Después, la suba de tasas más UVA frenó procesos”. Lo concreto es que hay casi 12.000 viviendas con alto grado de avance, en torno a un 95%, en distintos puntos del país y 85.000 inscriptos esperando por ellas. La mitad ya fue asignada, con familias que realizan trámites en el banco Hipotecario para recibir el préstamo, un crédito UVA con 3, 5% anual de tasa. “Dejamos las llaves en una bandeja para que las entreguen en seis meses”, dijo Alejandro Sparacino, director nacional del Procrear. Las casas, de entre dos y cuatro ambientes, tiene un precio estimado de entre 1, 8 y 3 millones de pesos, la mitad de lo que valdrían en el mercado. Demandaron una inversión de $40.000 millones hasta el momento. De ese monto, el 70% se ejecutó durante la administración Macri. Técnicos que participan del programa sostienen que el fideicomiso del Procrear, que administra el Hipotecario, gasta 70 millones de pesos por mes solo en custodia. Es el valor de 28 casas (a un promedio de $2, 5 millones). Por eso, necesitan entregarlas: al no asignarlas, se convierten en un costo de un programa que debería recuperar parte de la inversión con las cuotas de los créditos hipotecarios. “Con entregarlas al costo, a créditos que ajusten por CVS (índice salarial) más 1 o 2 puntos, se cubrirían los gastos y se haría política pública”, indicaron. Los planes hipotecarios de Alberto Fernández son una incógnita, aunque la silla del nuevo ministerio de Vivienda espera por María Eugenia Bielsa. Deberán aportar una solución para las más de 100.000 familias que se endeudaron con créditos UVA: muchas de ellas tienen la cuota congelada desde septiembre y hasta fin de año. ¿Seguirá el congelamiento, cuyo costo cubre el Estado? ¿Se reemplazará la indexación por un índice atado a la evolución de los salarios, como plantearon, en distintos momentos, referentes del PJ, Consenso Federal y hasta Macri en el tramo final de la campaña? Un tercio de esos préstamos son del programa Procrear, que entregó 31.600 préstamos con subsidio, por un total de $9500 millones. Así y todo, el último llamado a inscripción para la variante Solución Casa Propia (compra de vivienda) quedó en el limbo. Como consignó TN. com. ar, el Gobierno nunca anunció a los seleccionados para aplicar al préstamo. Las condiciones crediticias se endurecieron. La administración Fernández también recibirá 8461 lotes alojados en 54 predios de todo el país en los que se hace el trabajo de acondicionamiento para entregarlos a familias y posibilitar que construyan sus casas. Aquí también la ejecución viene lenta: se entregaron 1700 parcelas y quedan más de 6700 por otorgar. En el primer semestre, dicen en la Secretaría de Vivienda, podrían entregarse 2500 terrenos subdivididos y con servicios. “En esta línea, las deficiencias en el desarrollo de la infraestructura corresponden a que se trabajó principalmente con mandatos otorgados a los municipios para la ejecución de las mismas”, indican en la dependencia del Ministerio del Interior.

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