Política

Mauricio Macri está en Olivos a la espera de la renuncia de Adolfo Rubinstein como secretario de Salud

Es un hecho la salida del funcionario luego de que el Presidente derogó por decreto su resolución sobre el nuevo protocolo de Interrupción Legal del Embarazo (ILE).

Mauricio Macri está este viernes en la residencia presidencial de Olivos, como ha sido habitual en el mandatario durante todo su mandato. Allí, sigue al minuto la evolución del caso de Adolfo Rubinstein, quien presentará este mediodía su renuncia al cargo de secretario de Salud en medio de las tensiones en el oficialismo por la derogación del protocolo de Interrupción Legal del Embarazo (ILE). Los días viernes, además, el jefe de Gabinete Marcos Peña ​encabeza un almuerzo en Olivos con varios de los ministros nacionales, donde los temas principales serán la salida del encargado del área de Salud y la polémica por la anulación del protocolo sobre el aborto no punible. Según trascendió, Adolfo Rubinstein redactó en la mañana de este viernes la renuncia a su cargo de Secretario de Salud de la Nación, como anticipó Clarín. Lo hizo después de la publicación en el Boletín Oficial del decreto que anula su resolución respecto de la ILE. El texto será presentado a la ministra de Desarrollo Social y Salud, Carolina Stanley, una de las firmantes del decreto junto a Macri y el jefe de Gabinete, Marcos Peña. El decreto expresa fuertes críticas contra Rubinstein. Por ejemplo, allí se especifica que la Secretaría de Salud "no consultó a sus superiores jerárquicos" y que tampoco participó el Instituto Nacional de Mujeres. Según trascendió en las últimas horas, antes de las PASO Rubinstein había convenido con Marcos Peña la necesidad de modificar el protocolo de Interrupción Legal del Embarazo para que las provincias pudieran adherir sin que los jueces distritales o los médicos se negaran a practicar los abortos no punibles. Acordaron avanzar después de las elecciones, según versiones del radicalismo que fueron relativizadas desde el equipo de Peña. El ministro volvió a reunirse con el jefe de Gabinete el martes, un día antes de que se publicara en el Boletín Oficial, aunque no trascendió sobre qué conversaron. Desde que estalló la polémica, Rubinstein habló por teléfono con el Presidente y le explicó sus razones. También volvió a comunicarse con Peña, quien le habría asegurado que no se derogaría el decreto. Se analizó también la posibilidad de revisar el texto de la resolución sin anular su nuevo espíritu; una salida que habría evitado la renuncia del secretario. Sin embargo, en la reunión de Gabinete del jueves hubo ministros que calificaron la actitud del funcionario radical como un alzamiento contra la autoridad presidencial. Fuentes oficiales afirman que el Ejecutivo se convenció sobre la necesidad de dar marcha atrás, también, para contener a la tropa celeste. La experiencia de Rubinstein como funcionario -primero como ministro y después como secretario de Salud- duró dos años. Su trayectoria política es más larga. Como muchos de sus correligionarios, se hizo radical por herencia. Su padre integró la corriente radical socialista en los 80, luego de haber seguido durante décadas al socialista Alfredo Palacios. “Fue una experiencia que no anduvo y creé la Juventud Radical Socialista, que tampoco anduvo demasiado. Esa es mi única experiencia pero nunca milité políticamente. Aunque me afilié al radicalismo para votar a Alfonsín en el 82”, le contó a Clarín en junio de 2018, cuando todavía era ministro de Salud. Heredó el nombre de su abuelo, nacido en Entre Ríos y concejal porteño por el socialismo. Sin embargo, su carrera política empezaría a tejerse en su consultorio del Hospital Italiano. Jesús Rodríguez, ex ministro de Raúl Alfonsín y eterno armador del radicalismo porteño, se convirtió junto a su mujer y a sus hijas en su paciente. Fue justamente Rodríguez, que también se convirtió en su amigo, quien se lo recomendó muchos años después a Ernesto Sanz, para integrarlo a los equipos del entonces precandidato presidencial de la UCR. Con ambos dialogó en las últimas horas de zozobra. El ex senador y titular de la UCR lo adoptó como uno de los suyos. Por eso fue uno de los primeros en defenderlo, cuando Mauricio Macri ordenó revocar la resolución que ampliaba el protocolo de aborto no punible. “Es un tipo de primera que cumple con su deber. Del otro lado, hay susceptibles por doquier que le saltan a la yugular”, le escucharon decir al socio fundador de Cambiemos. El maltrato del PRO a Rubinstein, logró sanar las fisuras del bloque radical en Diputados, que emitió un comunicado con 25 firmas (sin la de los “celestes”), quienes, no obstante, privilegiaron la unidad del bloque. Aunque no se reconoce político, sus amigos cuentan que también se apasiona en las discusiones partidarias. Participa activamente de la Fundación Alem. “Si bien es radical, no es de la rosca, no viene del comité, viene del desarrollo profesional. Nos jerarquiza, nos pone mirada”, insisten sus correligionarios. En efecto, tras graduarse en la escuela pública, se recibió con honores en medicina en la Universidad de Buenos Aires, hizo un Master sobre Salud Pública en Harvard University. Más tarde, se graduó en Economía de la Salud Internacional en la Universidad de York. Investigador del Conicet, dirigió el servicio de Medicina Familiar del Hospital Italiano y el Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria y colabora en The Lancet, uno de los medios científicos más prestigiosos. Su momento de mayor reconocimiento como ministro llegó en 2018, cuando expuso en el Senado a favor de la legalización del aborto. “Voy a centrarme en presentar datos y estadísticas. Entiendo que a veces pueden ser más o menos cómodos pero lo importante es la evidencia científica y estadística", sostuvo entonces, lejos de pasiones que generaba el debate. Se grajeó el repudio y un escrache de los antiabortistas. Es también el responsable de que el Presidente haya sumado a sus discursos la problemática de la obesidad infantil. Pudo haber renunciado al gabinete de Macri antes, cuando el Ministerio de Salud fue degradado a Secretaría. “Es una persona con sentido colectivo, no es un pavo real”, lo defienden sus amigos. COMENTARIOS Comentarios CARGANDO COMENTARIOS Para comentar debés activar tu cuenta haciendo clic en el e-mail que te enviamos a la casilla ¿No encontraste el e-mail? Hace clic acá y te lo volvemos a enviar. Para comentar nuestras notas por favor completá los siguientes datos.

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