Con unos 50 mil vehículos, barcos, lanchas y hasta mulas, los efectivos de las Fuerzas Armadas y las Fuerzas de Seguridad federales y provinciales empezaron a llegar a las escuelas donde pasarán la noche para, mañana, custodiar la jornada de elecciones. Son unos 93.500 agentes de la Policía y el Ejército, bajo la órbita del Comando General Electoral que coordina el general de División del Ejército Argentino, Carlos Pérez Aquino. Algunos uniformados, incluso, fueron destinados a sus puestos desde el miércoles, debido a las condiciones geográficas de los lugares donde deben tomar posición. En provincias como Tucumán, Salta o Jujuy, se deben utilizar mulas para atravesar el Monte Impenetrable o superarlos cerros de la región, lo que demanda un tiempo y esfuerzo especial. "El control de la votación es uno de los operativos militares de mayor intensidad, donde se combina la labor militar con la de las Fuerzas Federales y Provinciales", explican desde la Secretaría General del Ejército. En lugares como Molulo, un pueblo a 40 kilómetros de Tilcara, en Jujuy, los efectivos deben llevar las urnas con mulas. En total, serán 15.000 los establecimientos de votación a los que concurrirán millones de personas a votar. En cada uno de esos lugares habrá efectivos en continuo diálogo con las autoridades educativas y judiciales para brindar el apoyo necesario, y también con los propios votantes, para asesorarlos o ayudarlos durante el escrutinio. Algunos lugares recibirán apenas 60 electores, como Molulo, un pueblo a 40 kilómetros de Tilcara (Jujuy) a más de 3.500 metros de altura. En otras instituciones votan casi 4.000 ciudadanos. Los agentes también deberán asegurar que la elección de detenidos en las 217 penitenciarías del país se realice en tiempo y forma. Y ellos mismos podrán votar, ya que todos los efectivos fueron previamente inscriptos a cada uno en los padrones correspondientes a las zonas que cubrirán. La mayoría de los efectivos llegarán a las escuelas este sábado, para esperar a los agentes del Correo Argentino y al delegado de la Justicia Electoral, de quienes recibirán todo el material pertinente como urnas, boletas y material didáctico informativo. Durante el escrutinio, los agentes también asisten a los electores y las autoridades de mesa. "Todo eso se guarda en un área continuamente custodiada. El resto de las aulas y salas serán minuciosamente registradas y se clausurarán todos aquellos espacios que no serán utilizados durante el proceso eleccionario", detallan en el Ejército. "Pasarán la noche durmiendo en cada lugar de destino, brindando seguridad, y el domingo a las 7 ya estarán listos para permitir el ingreso de las autoridades de mesa y fiscales, a fines de habilitar los comicios desde las 8", agregan. Después de las 18, militares y policías son los encargados de asegurar que quienes quedaron dentro de las escuelas terminen de votar y que, luego, los telegramas sean transmitidos al Centro de Gestión de Datos. También de controlar el traslado de urnas al lugar del recuento definitivo, donde algunos efectivos permanecerán entre 7 y 15 días posteriores al domingo. Además de 50 mil vehículos terrestres, por ejemplo en el Delta, se emplearán ocho embarcaciones de Prefectura Nacional Argentina. También habrá diez helicópteros y un avión Hércules a disposición, para cualquier urgencia, con tropas de reserva. Mulas, lanchas y hasta helicópteros quedan abocados al control de las elecciones. Durante el domingo el Ejército Argentino seguirá todo el despliegue a través de un sistema digital que permite hacer un seguimiento en tiempo real de las operaciones. Tendrán los establecimientos georeferenciados, contactar a los efectivos y, al finalizar los comicios, seguir segundo a segundo a las columnas que llevan las urnas desde las escuelas hasta el local del escrutinio. La seguridad del sistema está regulada por las aplicaciones del satélite ARSAT. Con el mencionado sistema, ante una anomalía se puede saber si es necesario enviar asistencia médica y rápidamente tomar las decisiones necesarias para volver todo a la normalidad.
