Sorpresa y malestar generó en la Iglesia de Morón la revelación del candidato Axel Kicillof, quien atribuyó a un sacerdote del barrio Carlos Gardel, en esa diócesis del oeste del conurbano, la afirmación de que "hay gente que se dedica a vender droga porque se quedó sin laburo". La reacción no fue por lo que se dijo, sino por el contexto que se ocultó. Según pudo saber LA NACION, en la reunión que mantuvo con Kicillof el sacerdote valoró muy positivamente la presencia de efectivos de la Gendarmería, lo que contribuyó a mejorar significativamente las condiciones de seguridad en el barrio. Así lo indicaron a LA NACION fuentes cercanas al obispo de Morón, monseñor Jorge Vázquez, el mismo que en la homilía que cerró la peregrinación de jóvenes a Luján pidió "superar todo tipo de grietas y diferencias". "El padre Vega también le dijo que el grave problema de la droga no se circunscribe a los últimos cuatro años -la gestión de María Eugenia Vidal-, sino a una situación estructural que se remonta a los últimos 30 años", comentaron las fuentes eclesiásticas. Ordenado sacerdote en marzo de 2000, el padre Vega tiene a su cargo la parroquia de la Virgen de la Asunción, en la villa Carlos Gardel, donde viven unas 600 familias, y extiende su acción pastoral a los alrededores del Hospital Posadas, en una zona de marcadas carencias sociales. El padre Rodrigo llegó al barrio en 2004 y construyó la parroquia con la ayuda de una fundación alemana. Y con el aporte de fondos provinciales levantó casas de encuentro para dar contención a familias con alta vulnerabilidad. "Tiene pleno apoyo del obispo", comentó una fuente diocesana, tras aclarar que las principales preocupaciones de la Iglesia en Morón pasan hoy por la pobreza, el narcotráfico y la grieta. Kicillof visitó al padre Vega en el barrio Gardel, junto con el candidato local del Frente de Todos, Lucas Ghi, para conocer su trabajo en la comunidad. El propio Ghi explicó que se habló del aumento de la demanda de ayuda social frente a la crisis. "Al margen de los problemas de la droga y el narcotráfico, el sacerdote valoró positivamente el trabajo de la Gendarmería en el barrio, por lo que aportó. En los últimos dos años, distintos operativos permitieron recuperar zonas que habían sido ocupadas por bandas delictivas", indicaron. En el Episcopado, en tanto, se explicó que la Iglesia quiere evitar toda referencia a una posible estigmatización de la pobreza. Tal posición surge de los últimos pronunciamientos de los obispos y de los sectores que trabajan en el área de la pastoral sobre adicciones y drogodependencia, donde se reclaman políticas públicas efectivas, a la vez que se trabaja en los Hogares de Cristo, dedicados a la atención de las víctimas de la droga y el narcotráfico.
Malestar de la Iglesia por las declaraciones de Axel Kicillof
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