Cansado de "caretearla" durante muchos años de carrera, Martín Souto decidió blanquear que es hincha de Boca y destapó un debate: ¿está bien que se sepa de qué cuadro es un periodista deportivo? ¿Así gana credibilidad, la pierde o es lo mismo? El conductor de Líbero y Paso a Paso en TyC Sports, marca la cancha y deja en claro su postura... -¿Cómo viviste el después de tu decisión? -Las repercusiones fueron muy positivas y eso es algo fácil de chequear porque, si ves los portales en los que salió la noticia, los comentarios son llamativos porque hasta mucha gente que no es hincha de Boca me decía que me bancaba y que está buenísimo que los periodistas digan de qué equipo son. Obviamente que hubo gente que me dijo que no me va a ver más, pero son muy pocos, contados con los dedos de una mano. Y después está la chicana de los hinchas de River, pero esa chicana ya la tenía desde antes porque la verdad es que mucha gente ya sabía que yo soy de Boca. Es más, una de las respuestas más comunes que vi era: “¿Y la noticia cuál es?”. No era un secreto. -¿Por qué creés que no es muy común que el periodista deportivo blanquee? -Yo entiendo que no es muy común pero, al mismo tiempo, también me pregunto por qué hizo tanto ruido lo que dije. Tengo claro que blanquear el club es algo difícil y en la Argentina tenés más para perder que para ganar. Pero creo que hay cosas mucho más importantes en la vida, en las cuales uno tiene mucho más para perder que para ganar y uno las tiene que hacer igual. -¿Hubo algún comentario que te haya llamado la atención? -Me pasó que Pablo Lunati, con quien no tengo relación más allá de algún amigo en común, me escribió y me dijo: “Te felicito, te banco más que nunca, me hubiese gustado poder discutir con vos porque sabés de fútbol”. Me sorprendió mucho que fuera tan generoso. Creo que él se sintió identificado, porque él era árbitro y no podía decir que era de River. -¿Y tus compañeros en el canal? -No es que los expongo, porque jamás voy a decir de qué equipo es hincha alguien, no me interesa eso, pero me parece que algunos sintieron que les podía tocar de rebote y que iban a empezar a preguntarles a ellos o que podía afectarlos. Ariel Rodríguez dijo que no está de acuerdo con decirlo porque profesionalmente no suma nada y yo le dije que a mí me sumaba humanamente. Porque a mis hijos les enseño a ser genuinos. Mi hijo incluso me mandó un mensaje diciendo que contara que lo tenía entrenado para no decir nada y mi hija me mandó otro diciendo que ahora iba a poder ir a la cancha con una campera de Boca. Son boludeces, pero para mí son importantes porque yo estaba siendo incoherente con lo que les enseño a mis hijos y lo que hice no tiene nada de malo. -¿Creés que se logra más credibilidad? -Creo que sería muy interesante, pero bastante imposible, que todos pudiéramos contar de qué equipo somos, porque le quitaría un poco de drama a esto que vivimos. Una referencia ineludible que tengo es el fútbol brasileño, ahí la mayoría de los periodistas dice de qué equipo es hincha y eso no le quita capacidad de análisis. Soy de Boca de toda la vida y siempre analicé fútbol. Mi viejo me enseñó a ser así, yo iba a la cancha y él no me decía: “Nos robaron”. Él me decía: “Jugamos mal”. Y yo aprendí a analizar así al fútbol. -Entonces, ¿por qué cuesta? -Yo creo que lo primero que pesa es una cuestión de salud mental, de entender que en el fútbol argentino tenés que ir a todas las canchas y estás expuesto a situaciones de mierda. Yo estuve expuesto a eso sin haber dicho de qué cuadro era. Iba a una cancha y sabía que me iban a insultar, que me iba a comer algún garrón. Creo que es por una cuestión de supervivencia. -¿Cuál fue tu peor experiencia? -Me pegaron en una cancha. Fue en un clásico entre Independiente y Racing porque pensaron que era del otro equipo. Me pegaron una piña en la cabeza y yo dije me estoy comiendo este garrón y yo soy hincha de Boca. También me han echado de una tribuna cuando hacía El Aguante. -Yendo al fútbol ya, ¿cómo ves la semi? -Yo veo a un Boca que está jugando a lo Boca, un Boca bostero. Que se reencontró con su historia y le rinde homenaje a ese estilo, algo que no hacía el Boca de Guillermo que perdió la final en Madrid. Ése era un equipo poco afecto a la lucha. Este equipo juega como si cada pelota fuese la última, un sello de Alfaro, y creo que puede complicar a Gallardo, como en el 0-0. Ojo, está claro que River juega un mejor fútbol y eso no lo puede discutir nadie, ni el hincha más fanático de Boca. Sería ridículo.
