Política

Los candidatos definieron sus propuestas

A pedido de LA NACION, Mauricio Macri y Alberto Fernández respondieron un cuestionario que muestra sus principales definiciones sobre la inflación, el acuerdo con el FMI y las eventuales reformas tributaria y jubilatoria

¿Impulsaría alguna reforma en la legislación laboral? ¿De qué tipo? Mauricio Macri: Para facilitar la creación de empleo formal y prepararnos para los cambios tecnológicos necesitamos una legislación laboral moderna. Las actuales regulaciones crean barreras de entrada muy altas. Ya estamos bajando impuestos al trabajo y reduciendo los costos extrasalariales que quitan competitividad. Pero no se puede continuar por este camino sin todos los actores, especialmente empresas y sindicatos. Alberto Fernández: No necesitamos una reforma laboral, menos si eso implica precarizar. Necesitamos prender la economía y reactivar el consumo. Hay que liberar la discusión salarial. En una economía recesiva, pagar salarios se vuelve un problema, como pagar insumos para la producción. El problema no son los costos; es que la economía no crece. Antes que quitar derechos a los que trabajan debemos recomponer el salario real en un ámbito de concertación. ¿Propondrá alguna reforma en la legislación previsional? ¿De qué tipo? MM: Creemos que los argentinos todavía pagan impuestos demasiado altos y complicados. En estos años bajamos 2% la presión impositiva y equilibramos el presupuesto. Pero queda mucho camino por delante. En 2017 el Congreso aprobó una reforma cuyos cambios se sentirán completamente en 2022. El objetivo, a medida que se estabiliza la situación macroeconómica, es seguir bajando impuestos y crear un sistema sin distorsiones. AF: La reforma previsional no es otra cosa que seguir restándoles derechos a los jubilados. No queremos profundizar la crisis de los que trabajaron toda la vida. Queremos recuperar el poder adquisitivo de las jubilaciones. Restituyendo la plena cobertura de medicamentos en PAMI, estamos recomponiendo ingresos jubilatorios. Vamos a cuidar a nuestros abuelos porque ninguna sociedad puede progresar desechando a sus mayores. ¿Impulsaría alguna reforma en la legislación tributaria? ¿De qué tipo? MM: Creemos que los argentinos todavía pagan impuestos demasiado altos y complicados. En estos años bajamos 2% la presión impositiva y equilibramos el presupuesto. Pero queda mucho camino por delante. En 2017 el Congreso aprobó una reforma cuyos cambios se sentirán completamente en 2022. El objetivo, a medida que se estabiliza la situación macroeconómica, es seguir bajando impuestos y crear un sistema sin distorsiones. AF: Vamos a alinear el sistema tributario con el objetivo de poner la economía en marcha. Necesitamos mayores incentivos para la inversión, la producción y el empleo. Hoy existen trabas y desalientos. Ganancias es casi igual para empresas grandes que para pymes. No hay incentivo para el que reinvierte. Las retenciones al sector agropecuario deben ser calibradas para garantizar el cuidado de economías regionales y pequeños productores. ¿Llevará adelante alguna reforma en la legislación referida al aborto? ¿De qué tipo? MM: Es una discusión cuyo escenario natural es el Congreso. Si el nuevo Congreso decide tratar un proyecto de despenalización o legalización del aborto, el Gobierno volverá a pedir un debate respetuoso e informado. Juntos por el Cambio es un espacio donde conviven dirigentes con opiniones distintas, pero convencidos de que discutir temas en los que no hay consenso es parte de la vida democrática. AF: El aborto es un problema de salud pública. Su punición no ha desalentado su práctica y solo ha favorecido que se realice en la clandestinidad, con riesgo para la vida de la mujer. Despenalizar el aborto debe ser el primer paso para poner fin a esa situación de clandestinidad. Después, hay que volver a dar un debate que permita al Estado involucrarse a través del hospital público y evitar que se genere un "mercado" que agudice el conflicto. ¿Contempla una revisión del acuerdo con el FMI? ¿De qué tipo? MM: No es necesario renegociar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Los desembolsos del programa acordado en 2018 terminan el año que viene y si quisiéramos un nuevo acuerdo deberíamos sentarnos a discutirlo recién en 2021. AF: Ya le dijimos al FMI que vamos a impulsar un cambio en el acuerdo, porque quedó demostrado su fracaso. La inflación sigue muy elevada, la economía no crece y no se va a cumplir la meta de déficit primario cero. Están destinando las pocas divisas disponibles a sostener una estabilidad cambiaria ficticia. Le mostraremos al FMI la consistencia de nuestro programa y la necesidad de financiar esa transición en la que nos metió Macri. ¿Haría alguna modificación de la política cambiaria o de la regulación del mercado de divisas? MM: La definición de la política monetaria en general, y cambiaria en particular, es responsabilidad del Banco Central, cuya credibilidad e independencia queremos seguir reconstruyendo en los próximos años. Sí podemos decir que no creemos en cepos o cambios de reglas para solucionar problemas de corto plazo. AF: Las economías en desarrollo son vulnerables a los movimientos de capitales de corto plazo. Para prevenir esas crisis hay que aplicar medidas de protección. En la Argentina venimos de dos visiones extremas. El cepo cambiario generó más problemas de los que resolvió. Pero la desregulación sin límites de Macri resultó mucho peor. Debe haber una regulación que ponga límites a los capitales especulativos, pero en un punto medio. ¿Qué medidas tomaría para bajar la inflación? MM: La inflación es responsabilidad del Banco Central, pero el Gobierno puede ayudar de diversas maneras, como con un presupuesto equilibrado, con no tener precios distorsionados y con no pedirle al Banco Central que imprima billetes. El Gobierno ya está cumpliendo con estos tres requisitos. Por eso, y por la política monetaria del Banco Central, creemos que la inflación ya está en un proceso descendente, creíble y sostenido. AF: El gran fracaso de este gobierno fue pensar que era un fenómeno exclusivamente monetario. No nos desentendemos del problema monetario, pero vemos que hay otros factores. Es necesario abrir un ámbito de concertación de precios y salarios con los grandes formadores de precios y los sindicatos. Tendremos una política monetaria y fiscal prudente, pero que incorpore algunos incentivos a la inversión y la producción. MM: El Poder Judicial está comenzando dos procesos de reforma profunda. Por un lado, la implementación del sistema acusatorio ya está abreviando los procesos penales. Por el otro, la implementación de la oralidad civil está haciendo de la Justicia algo cercano, rápido y accesible para todos. AF: La Justicia anda mal por diferentes motivos. A veces, por la conducta de sus jueces. Otras, porque responde a intereses políticos y no jurídicos. La estructura es una rémora. Debemos hacer una Justicia independiente. Que los jueces den cuenta de su probidad. Hoy el Consejo de la Magistratura está al servicio del gobierno. MM: El presidente Macri cree en un espíritu de reforma constante, de cambios que contribuyan a mejorar la vida de los ciudadanos y para dar oportunidades a los argentinos. Un Estado más moderno se construye con reformas cotidianas, como la Ventanilla Única de Comercio Exterior (VUCE). AF: La clave es un país federal en serio. Vamos a rediseñar la Argentina con los gobernadores. Algunos van a tener que ceder. No ganan ni los del interior ni los porteños, que tienen gente hacinada. Por ejemplo, tenemos que darles la salida al Pacífico a las provincias cordilleranas. Debemos poner fin al centralismo de Macri.

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